MAR SERENA

Como de costumbre y cada día, repasas los dolores viejos, las afrentas, las muchas causas pendientes, las recriminaciones, la suma de las desgracias… pero llega un momento en que, aunque todo está como siempre, algo parece haber cambiado. Las mañanas, que son los momentos más difíciles, son diáfanas y tranquilas. Vuelve una serenidad que creías haber olvidado y sientes algo semejante al final de un cálculo largo y farragoso. Por fin.

Marco Aurelio lo describe con esa frase inolvidable:

[…] doblado el cabo, todo está quieto y el golfo sin olas.

Ataraxia estoica, pauta de la indiferencia cuando es racional. Pero no, más bien se trata de eso que en la lengua de los marineros se denomina mar serena. Solo el mar llega a estar así de tranquilo.

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