ESCARNIO

El mensaje cristiano, a despecho del contenido y el estilo que emplean los predicadores reformados para trasmitirlo, no es amenazador sino que se apoya en el ejemplo. La fórmula es tan simple (y tan efectiva) que no puedo pensar que solo yo me haya percatado de ello. La historia de Jesucristo basa su sugestión en su capacidad para ejemplificar. ¿Pero qué es lo que ejemplifica? Pongamos que sea la resignación ante el sufrimiento o la confianza en Dios Padre o la humildad. Buena parte de la labor evangélica inspirada en su historia se sirve de esto. Curiosamente, no ejemplifica la fe y quizá por eso resulta tan verosímil.

Sin embargo, la inmensa sugestión de la historia de Jesucristo basa gran parte de su verosimilitud en un elemento empático, que la hace conmovedora incluso para quienes no son cristianos: describe en la persona de un dios el dolor físico y moral de un hombre; y, en cierto modo, por este medio, lo legitima y además lo comparte con el de todos los hombres.

El convento dominico de San Marco en Florencia guarda unos frescos maravillosos de Fra Angelico. De ellos extraigo este detalle:

angelicomockingofchrist

Aunque he paseado mi mirada por innumerables representaciones de la Pasión de Jesucristo, quizá sea este el episodio que más me conmueve, el más humano: el de su escarnio.

(El dolor que se sufre en el escarnio.)

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