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LA VIDA D'ADÈLE, d'Abdellatif Kechiche

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ELISA VARELA RODRÍGUEZ

LA VIDA D'ADÈLE, d'Abdellatif Kechiche

«La vida de Adèle» ¿La voracidad de la mirada de Abdellatif Kechiche rompe la emoción de un aparición?

La fuerza y la debilidad del amor.

Adellatif Kechiche es un actor, director de cine y guionista franco-tunecino. Su ópera prima como director fue La culpa la tiene Voltaire (La Faute à Voltarie), del 2000. También ha dirigido La escurridiza (L’Esquive), que obtuvo los premios César al mejor director y al mejor filme. Presentó en 2007 Cuscús (La graine et le mulet) en la 64 Mostra de Venecia, por la cual ganó el Gran Premio Especial de Jurado, además de que volvió a ganar dos César como mejor directo y por el mejor filem. Ganó, con La vie d’Adèle la Palma de Oro, el premio a la mejor película del Festival de Cannes 2013 y También el premio FIPRESCI.
¿Por qué deseo amadrinar La vida de Adèle? Porque La vida de Adèle se la pasamos a mis alumnas y alumnos de Historia de las mujeres del curso 2013-2014 y ya entonces quería mostrar que es lo que apreciaba y lo que me disgustaba de esta película. Una película inteligente, que toca puntos importantes para las jóvenes y los jóvenes de hoy, y que yo como mujer de otra generación puedo mirar desde otra distancia y desde otra perspectiva, en fin, de otra manera.
El director nos cuenta la historia, una historia de amor – una pasión, una historia de juventud- y busca y desea que llegue con emoción –, pero, tal vez su voracidad con la cámara que acentúa la fragilidad de la protagonista rompe en parte esa emoción.
Kechiche insiste en que la pasión amorosa que él nos quiere enseñar en la película acerque a la vida, nos lleve a la vida, a las ganas de vivir, y no a la muerte y, tal vez, por ello, cambió el final del cómic de Julie Maroh, en el que se basa esta historia de vida. Julie Maroh no edulcora la pasión amorosa, primero, y el profundo amor, después, entre Adèle y Emma, y su libro acaba con la muerte de Adèle, pero, aun, con la pérdida de Adèle qué bellas y cómo resuenan las palabras que Julie Maroh pone en boca de Emma: El amor se consume, nos desfallece, se rompe, nos rompe, se revive, nos revive. El amor no puede ser eterno, pero nos hace eternos…
Si estoy de acuerdo en algunas de la palabras que pronuncia el director “la pasión amorosa y el amor son algo maravilloso, merece la pena vivirlos a pesar de la rupturas, del dolor que puede provocar , y este dolor tiene que dar fuerzas para sobreponernos y vivir y volver a tener ganas de empezar otras historias de amor”.
“Porque al final lo más importante después de una historia de amor que terminó en duelo es vivir otra y quizá, haber aprendido de ella y estar más preparadas y preparados para vivirla. “Cuando caes, no te vas a quedar sentado en el suelo, hay que levantarse. Yo quería tener un personaje valiente, con más sed de vivir”.

Los personajes:
Adèle es una joven muy bella con unas inmensas ganas de vivir, es una joven valiente, libre y muy combativa y es, para mí, una joven, como muchas de las mujeres jóvenes que podemos encontrar en las aulas, en la calle, hoy en día...
Kechiche de que se dice que tiene un gran interés por el mundo femenino, porque para él es un mundo fascinante, que le hace interrogarse sobre el principio femenino y, por ello, en casi todas sus películas aparece de una u otra manera. No dudo en absoluto su interés por el mundo femenino, si es un mundo fascinante, también, lo es para las mujeres, pero, no comparto con él la mirada que en esta película ofrece sobre las relaciones pasionales y amorosas de las mujeres, aun teniendo en cuenta que es una película que como sostuvieron algunas de mis alumnas y muchos de mis alumnos les ayudaba a reflexionar sobre si mismos y sus relaciones, por tanto una película que resulta útil para un cierto grupo de jóvenes de ambos sexos. No comparto la mirada de Adellatif Kechiche porque es una mirada de voyeur, no una mirada de un cineasta que quiere explorar, conocer y está interesado en conocer el mundo femenino. Pienso que no es necesario que la cámara devore el cuerpo de Adèle y los momentos en que hacen el amor Adèle y Emma, pero, alguien puede pensar que puede justificarse de algún modo, de acuerdo, podría justificarse, pero no puede justificarse que devore también el cuerpo de Adèle cuando está en la ducha, para mí, en este momento y en otros muchos de la película el trabajo con la cámara de Kechiche no tiene justificación, si no el propio de un hombre que quiere, casi literalmente, echarnos los bellos cuerpos de ambas mujeres encima. Por otro, lado la justificación que así desvela la relación amorosa lesbiana, tampoco justifica nada, desde hace tiempo jóvenes y menos jóvenes conocen perfectamente las relaciones lesbianas o homosexual, si hablásemos de hace cincuenta años, alguien podría sostener que le descubría como se podrían dar placer dos mujeres, hoy tal premisa es insostenible, para las personas que vivimos en el primer decenio del siglo XXI, jóvenes y no tan jóvenes.
Y aunque Kechiche dice que es una historia que podría sucederle a cualquier pareja heterosexual, lesbiana u homosexual, señala, claramente, que “escogió a dos mujeres por una cuestión estética, porque le parecía hermoso estéticamente, pero también porque le parecía más misteriosa y más intrigante”. En fin, todos los calificativos son los de un hombre, independientemente de su orientación sexual. Como mujer, pienso que dos cuerpos masculinos bellos podían ser también hermosos estéticamente, misteriosos –para mí porque soy mujer-, como a él le parecen misteriosos los de dos mujeres porque él es un hombre, y lo de más intrigante, pienso que ni más ni menos intrigante resultan por ser dos mujeres y resultarían si se tratase de dos hombres. Lo que para mí puede resultar intrigante o más bien digno de reflexión es intentar entrar y desear conocer las relaciones entre las personas sean lesbianas, homosexuales o heterosexuales. Como ya he señalado, lo único que para mí salva o puede salvar esta afirmación es si algunas y algunos de nuestros jóvenes, que a veces están mucho más confusas y confusos de lo que nos pensamos, pueden entenderse a sí mismas y mismos y les puede ayudar a explorar la relación con alguien de su propio sexo. Pensamos que porque en la escuela y en secundaria les den algunas nociones de sexualidad ya les aclaran muchos de los interrogantes que se formulan, pero las y los profesores sobre todo en secundaria saben que no es así y que persisten numerosos interrogantes, porque, básicamente, las nociones de sexualidad están orientadas más hacia una buena praxis de salud sexual, que pensadas para orientar a las y los adolescentes ante el cúmulo de interrogantes de carácter afectivo que tienen, no están orientadas para que puedan explorar sus propios sentimientos e intentar entender los de sus compañeras y compañeros. Este si fue uno de los elementos que señalaron mis alumnas y alumnos, la información que se les da es una información de tipo utilitario-práctico, para resguardar –y es muy importante- la salud al mantener relaciones sean éstas lesbianas, homosexuales o heterosexuales, pero nada de trabajo sobre los sentimientos y esta es una gran carencia y tal vez la película de Kechiche nos sirva para darnos cuenta de esta carencia, si es así, bienvenida sea.
Otro elemento que hoy –no se puede generalizar- pero tal vez no sea tan dramático es el de que la madre y el padre conozcan la orientación sexual de sus hijas e hijos. El director dice que, intenta evitar que las y los espectadores tomen partido y se conviertan en jueces de la relación, y que así les hace mantener la distancia y mantener el foco en lo “fundamental que era una historia sobre dos mujeres”. No comparto esta elección, porque los padres, casi siempre, conocen a las amigas y amigos de sus hijos y muchas veces aunque no lo digan y lo hablen abiertamente, saben cuál es la orientación de la hija o hijo, y esta no modifica los sentimientos hacia sus hijas e hijos. En todo caso, para algunos padres supone una preocupación añadida, ya que temen que la elección de sus hijas e hijos puedan hacerles sufrir en una sociedad que todavía mantiene reductos de intolerancia contra el lesbianismo y la homosexualidad, frente a la heterosexualidad dominante. Y la película no es una película sobre dos mujeres, sino sobre dos mujeres lesbianas, la orientación sexual lo plantea el director como un hecho fundamental.
Si coincide con el director en que la estética de la película, los colores, las texturas están cuidadas, tal vez, más que en otras de sus películas.
La creación de un universo íntimo
Adellatif Kechiche insiste mucho en que la película es la creación de un universo íntimo, de acuerdo, pero hay escenas en la película que son superfluas, o mejor, están de más en la recreación de ese universo de intimidad entre las dos chicas. Discrepo, totalmente, cuando dice que trata de la misma manera las escenas de intimidad entre las dos jóvenes, que las escenas -muchas a lo largo de la película- que muestran la importancia que le da, como buen mediterráneo y magrebí a la comida, pero no solo al hecho de comer, sino al hecho de hacerlo en familia, en grupo, como un rito y mostrarlo como un acto placentero. Pero, no se puede paragonar el trabajo con la cámara cuando filma escenas íntimas entre Adèle y Emma y cuando filma escenas en las que se comparte una comida, aunque esta sea una buena y deliciosa comida, en uno y otro caso el trabajo de acercamiento y exploración de la cámara es muy distintos, entre otras cosas porque los planos y secuencias eróticos no son proporcionales a los del resto de las situaciones que nos muestra la película, si así fuera, se trataría de una película mucho más equilibrada, en la que se podía pensar que explorara distintos planos de las relaciones entre las chicas, pero no es así, los planos y secuencias eróticos son mucho más largos que el resto de planos de la película.
La película si es una película de amor y como tal el director explora, a veces acertadamente, a veces de forma inverosímil, este sentimiento, que es un sentimiento profundo y difícil de tratar, por las múltiples facetas en que se presenta en cada criatura humana, por su fuerza y su debilidad, como reconocía la filósofa Simone Weil. Pero, también es una película de pasión, y la pasión es diferente la pasión, puede ser un sentimiento y una acción pasiva que atraviesa el cuerpo y el alma o puede ser todo lo contrario, puede ser una acción vehemente huracanada, puede ser un padecimiento, un dolor o puede ser una perturbación del ánimo. La pasión es aquí una pasión arrebatadora, que no se muestra con palabras como la mostraron algunas místicas y místicos, y este arrebato puede delatar que no se hace epifanía de la realidad, y esto es algo que tenemos que pensar y reflexionar. En cualquier caso, la pasión puede considerarse un estado o un sentimiento con matices distintos al del amor.
La película si puede ser útil para mostrar la confusión de una joven o de un joven cuando todavía no tiene clara su orientación sexual, cuando está explorando que es lo que le gusta o no, o si le gustan tanto las relaciones homosexuales como las heterosexuales, pero, la película delimita, para mi gusto, cómo debe o no debe ser una relación lesbiana, aquí el director tendría que mantener una apertura y libertad que no mantiene, porque cada relación lesbiana, homosexual o heterosexual es distinta y depende de las personas que la mantienen de su experiencia, de lo que desean, etc.
La película si provoca reflexión y provoca un reguero de emociones intensas y de dilemas vitales y amorosos con los que es muy fácil, como señalaban mis alumnas y alumnos, sentirse identificada o identificado, porque, y, esto es interesante para mí, es un retrato determinado, del despertar adolescente llevado a sus últimas consecuencias que pone en evidencia, algo que el movimiento feminista ha dicho hace ya mucho tiempo, las mujeres, en este caso las jóvenes, practican sexo, y lo practican con pasión, aunque, como he señalado para un pequeño reducto, sea una verdad incómoda, pero es una verdad que existe, es una realidad, es un verdad normal de la vida. En este sentido la película, que es una película sobre el amor lésbico, mirándola con generosidad, podemos decir que es una película sobre el amor, y el amor es universal, así de simple y así de grande a la vez.

Mª Elisa Varela-Rodríguez (Duoda y UdG)

Universitat de Barcelona
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