SCHLEGELIANA

Friedrich Schlegel escribió que “Las palabras se comprenden a sí mismas mejor de lo que nosotros las comprendemos”. En general, así sucede con la lengua o el idioma en que cada uno de nosotros se encuentra confinado y esto es algo que debería saber cualquiera en la medida en que usa el lenguaje, sobre todo los escritores. Sin embargo, la lectura de la prensa evidencia que no es así.

Hoy, un individuo escribía en el periódico que la última película de Woody Allen es “agradecible” puesto que hace reír incluso al “espectador más glaciar”. Al hilo de estas perlas, recuerdo una pìfia en la que otro individuo agradecía en una carta haber recibido muchas “muestras de adherencia”.

No consigo imaginar qué o cómo sería un  espectador-glaciar, aunque puede que en esta simple torpeza haya alguna metáfora. En cambio se me ocurre que “muestras de adherencia” podría ser un perfecto eufemismo para lo que vulgarmente se refiere con la expresión “meter mano”. Así, cuando en el autobús somos víctimas de un acosador, podríamos interpelarlo diciendo: “Agradezco sus muestras de adherencia pero no se las he pedido”; o bien “Métase sus muestras de adherencia donde le quepan”.

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