STEVENSON

Al comienzo de Treasure Island, Stevenson describe el encuentro del Captain –todavía no sabemos que es Long John Silver– con un shipmate llamado Black Dog. El narrador, que es un niño, está fascinado con estos dos personajes perdularios y describe su encuentro sentados a la mesa de la taberna Admiral Benbow y como la conversación se convierte en una disputa. Oye cómo cambia el tono de las voces y cómo, poco a poco, el intercambio se hace áspero y violento, estallan los juramentos y las blasfemias y, al final la charla desemboca en gresca.

Son incontables los escritores que han copiado esta escena: todos los de la llamada “novela negra” y hasta el propio Ernest Hemingway que tanto admiraba cualquiera de las notas características del enfrentamiento entre varones. Sin embargo, lo más habitual es que los epígonos de Stevenson tiendan a copiar la catadura de los personajes que se revela en su habla o su indumentaria o la crueldad contenida que se deja ver en sus modales, cuando lo que merece ser copiado de esta escena es el discurso indirecto y la narración a distancia que Stevenson emplea para describir el dramatismo de la conversación con sólo traer a colación los juramentos y las imprecaciones que se cruzan los dos bucaneros, teniendo cuidado de no reproducirlos ni una sola vez. Lo que sería un innecesario realismo; y, por cierto, algo muy poco elegante.

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