SENTIMENTAL (III)

Nelson Goodman establece algunas distinciones en relación con la experiencia del sentimiento. Una cosa es poseer un sentimiento (estoy triste, tengo tristeza) –afirma– y otra muy distinta expresarlo (me siento triste). Sin embargo, estar triste o sentirse triste son por igual referencias al sentimiento como expresión. La distinción, por otra parte, no está libre de ambigüedad. ¿Cómo se distingue entre una persona en duelo y un actor que representa ese duelo? Incluso cabe la posibilidad de que un individuo tenga el sentimiento y no lo exprese, o que no sienta nada y en cambio simule que siente algo. Estos dos casos son situaciones harto habituales en los amoríos.

Una manera de enfocar la cuestión es formularla en términos metodológicos. Los objetos se representan, los sentimientos se expresan. Objetos y sentimientos no se distinguen por su referencia. Por ejemplo, la “fraternidad” queda representada o expresada tanto si se refiere a la relación con un hermano o con una hermana. Las relaciones con respecto al objeto son aparentemente las mismas. Las proposiciones

P expresa O

y

P representa O

dicen lo mismo.

Goodman observa, sin embargo, que la expresión es más literal que la representación, más directa e inmediata, de tal modo que O causa una expresión y que, si no hay expresión, entonces no hay O.

A ver: no nos pongamos tontos como los filósofos analíticos, hablemos más claro.

La expresión puede ser más literal que la representación simplemente porque en ella el sujeto y el objeto se nos dan fundidos en una sola entidad, en la misma experiencia. La expresión del amor de una mujer enamorada es Women in Love; la angustia de la confusión es el desdichado Áyax; la cólera de Aquiles es la Iliada y no obstante en todos estos casos la distinción es posible. La representación no permite la fusión del sujeto y el objeto sino que más bien los distiende y discrimina y separa sus distintos órdenes de experiencia: el actor puede simular la expresión de malestar sin sentirla –puede representar una expresión– y Mahler puede o no haber estado triste al componer los Kinder Toten Lieder. Por consiguiente, hay que estar atentos ya que todo sentimiento puede parecer expresado cuando en realidad es sólo una representación y, por el contrario, una representación puede expresar un sentimiento.

Ay, qué difícil…

Mira si no: ¿acaso puedes saber cómo me siento yo cuando escribo esto?

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