– ¿Cuál es el objetivo de este huerto?

El huerto de prácticas del Máster de Agricultura Ecológica de la UB cumple con dos objetivos principales. Por un lado, está la parte didáctica, pedagógica. El huerto sirve como espacio de prácticas donde los alumnos pueden ver de primera mano y poner en práctica diferentes técnicas mencionadas en las clases teóricas del Máster, como pueden ser el compostaje, las cubiertas vegetales, los acolchados o las rotaciones y asociaciones de cultivos.

Por otro lado, este espacio situado en un contexto urbano y aislado de otras zonas hortícolas constituye un lugar excelente para la multiplicación de variedades locales y tradicionales. Por eso, el otro objetivo básico del huerto es la conservación de la biodiversidad cultivada tradicional de la región.

 – ¿Cómo funciona? ¿Cada cuánto vienen los alumnos?

Como las clases del Máster empiezan los viernes por la mañana, las prácticas en el huerto se realizan los jueves anteriores a cada módulo, por la tarde. Se decidió hacer así para facilitar la asistencia a la gente que vive fuera de Barcelona y se desplaza hasta aquí para cada módulo de clases teóricas. Por tanto, las clases en el huerto se realizan aproximadamente una vez al mes.

No obstante, el huerto está abierto todos los días y queda a disposición de los alumnos que quieran implicarse en su gestión, fuera del horario lectivo.

 – ¿Cuál ha sido la acogida?

En general, las sensaciones que me transmiten las asistentes a las prácticas son buenas. Es un espacio donde se crea debate y se comparten los conocimientos vistos en clase, a la vez que se ponen en práctica, con las diferentes tareas del huerto.

Este año la asistencia, que es totalmente voluntaria, ha sido de unas 5 a 8 personas en cada práctica. Hay que tener en cuenta que una buena parte del alumnado no ha podido asistir por temas laborales o por vivir fuera de Barcelona. Sin embargo, la ubicación del huerto en la Facultad de Biología permite la asistencia los días de clases teóricas, en algún momento libre antes o después de las clases, y permite que el alumnado vea los progresos del huerto y se sienta partícipe, aunque no pueda asistir a las prácticas.

– ¿Qué se ha hecho hasta ahora?

Este ha sido el primer año del huerto. Partíamos casi de cero, y eso implica que hemos tenido que trabajar duro. Como se trata de un proyecto a largo plazo, había que empezar bien, y realizar una gestión óptima desde el principio. Hubo que cavar bien las parcelas para lograr una buena preparación del terreno, instalar el sistema de riego localizado, y plantar muchos abonos verdes para conseguir tener el suelo a punto para empezar con las hortalizas. Aunque con ciertos retrasos, finalmente hemos conseguido tener el huerto a pleno rendimiento, y obtener las primeras cosechas para nuestro banco de semillas, entre las que destacan el salsifí (Tragopogon porrifolius), los yeros (Vicia ervilia) y los guisantes de la variedad ‘Pèsol Floreta’. Actualmente tenemos plantadas diversas variedades tradicionales de casi todos los cultivos de verano, y por el momento todo está creciendo con éxito. ¡Pronto tendremos los primeros tomates!

 – ¿Cuáles son las previsiones de futuro?

El próximo año todo el trabajo será más sencillo, porque ya partimos con un suelo bien preparado, el sistema de riego en funcionamiento y dispondremos del compost preparado en una de las prácticas de este curso. Plantaremos muchas más variedades de cultivos, y esperamos obtener una buena cosecha de semillas para contribuir con nuestro granito de arena a la conservación de la biodiversidad agrícola tradicional de nuestra región.

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