Autor del post: Adrián González Gómez de Agüero

Durante la década de los 30, se generó en España un espacio político rico en el que diversas izquierdas se empoderaron de medios de producción y donde la demanda de derechos laborales fue uno de los motores históricos. El papel de los sindicatos fue muy importante en toda la época previa a la guerra civil y durante la misma. Se puede apreciar un amplísimo nivel de afiliación de todo tipo de trabajadores. Los sindicatos eran una forma de organización no solo laboral, sino también política y es que la carga ideológica de cada uno de estos, marcó el devenir de sus actuaciones.

En este sentido, cabe destacar la fuerza con la que los sindicatos como CNT o FAI realizaban sus acciones y cómo la presencia de estas ha perdurado en algunos marcos. Corbera de Ebro conserva aún fosilizados aunque en un grave proceso de degradación distintos vestigios que corroboran no solo la presencia de estos sindicatos en el pueblo, sino su participación activa y directa en la transformación política de la época. Estos restos perduran aun en la arquitectura  formando parte del pueblo actual. A veces, la línea para discernir su valor patrimonial frente a los intereses de los actuales propietarios a veces puede ser fina. Es por ello que es importante recordar cuál fue el papel de estos agentes sindicales y cuáles fueron sus acciones, para poder entender cuál es el valor que le otorgan actualmente los habitantes de Corbera de Ebro a los remanentes que aún hoy, corroboran la presencia de una política de incautaciones en el pueblo.

 Figura 1: Pintada de incautación de la CNT en la casa nº 20 del Carrer Major de Corbera de Ebro

Figura 2: Puerta de la casa número 20 del Carrer Major de Corbera de Ebro

Corbera de Ebro, fue uno de los pueblos de la zona donde menor intervención hubo por parte de los sindicatos y a pesar de que se recuerdan sucesos como la quema y destrucción de símbolos religiosos frente a la iglesia, no se produjeron delitos de sangre ni fratricidas. Es cierto que se produjeron asesinatos de gente de Corbera de Ebro, sobre todo de cargos religiosos, pero también lo es que esta violencia fue causada por agentes foráneos, es decir, que la izquierda de Corbera de Ebro, no asesinó a nadie durante este periodo. En definitiva la actuación directa de los sindicatos en este lugar fue breve y efímera, aunque aún se conservan huellas de su presencia. En este sentido, cabe destacar un conjunto de sucesos que marcarán el devenir de los nueve meses que dura aproximadamente el empoderamiento de los sindicatos.

En primer lugar, el 20 de Julio de 1936, se reunieron en el consistorio representantes de las organizaciones que apoyaban al Frente de Izquierdas: CNT, FAI, ERC Y UR, que constituyeron el Comité local ubicado en Ca l’Abadia. Cuatro días después, se produjo la destrucción de elementos religiosos y la incautación de la Iglesia, que posteriormente pasará a convertirse en un mercado, derribando uno de los muros, pudiendo así habilitar otra entrada y dejando la principal para la entrada de carros y mercaderías.

Figuras 3 y 4: Pintada de incautación de la CNT en la casa número 22 del Carrer Major de Corbera de Ebro. Fuente: Imagen propia

Figura 5: Casas incautadas por la CNT en el carrer Major de Corbera de Ebro. Fuente: Imagen propia

A mediados de Agosto de 1936, comenzaron las incautaciones en las casas de aquellos que eran más ricos o estaban vinculados a la derecha, requisando desde materiales de trabajo hasta tierras y almacenes, en definitiva todo aquello que supusiese un medio o forma de producción. En este sentido, tanto la CNT como la FAI crean una colectividad anarquista, que en otoño de 1936, se constituirá como la Colectividad Agraria, aglutinando propiedades y parcelas incautadas y estableciéndose en Ca Piñol, que fue una de las casas más grandes del pueblo. Dependiente de la Colectividad se crea una Cooperativa de Consumo, en la cual se redistribuían los productos a precio de coste. Las incautaciones fueron realizadas por la CNT y se han contabilizado más de una veintena de propietarios afectados, que se vieron forzados a ceder espacios tanto urbanos como rurales. [1]

Figuras 6 y 7: Pintada de la CNT en la casa número 33 del carrer del Molí. Fuente: Imagen propia

En Octubre de 1936, comienza desde la Generalitat una política de normalización de la vida municipal, cuyo objetivo es reducir el papel de la CNT-FAI en la vida política. Y no será hasta el 29 de Enero de 1937, que se reestructure el Consejo Municipal de manera paritaria, aunque hasta el 24 de Febrero no actuará de acuerdo a los dictámenes del Gobierno Catalán.

Figura 8: Grabado de la FAI en el dintel de una puerta del Carrer Pinyeres del Poble Vell de Corbera de Ebro. Fuente: Imagen propia

En ese momento y tras la reestructuración política, surgió entre los sindicatos y entes políticos una dicotomía en torno al problema de la propiedad y la colectivización de esta misma. Este clima tenso, supuso la estructuración de los criterios y puntos que determinasen como se había de organizar el trabajo y la redistribución, en caso de existir, desde los gobiernos, sindicatos y colectividades. A través de estos puntos, se pretendía reducir la capacidad impositiva de sindicatos y colectividades sobre los propietarios, pero también regular las incautaciones ya realizadas y promover la de aquellos terrenos que estuviesen sin explotar.

El problema que genera este suceso histórico de incautaciones está latente aún en Cobera de Ebro. La memoria colectiva de estos sucesos puede suponer una lucha de pasiones y es por ello que se ha de tender a realizar una lectura histórica y objetiva a la hora de valorar la conservación de elementos como estas pintadas o grabados, que son el testimonio de un suceso histórico del que apenas queda registro y cuya documentación es muy limitada o inexistente. En este sentido, se ha de reflexionar sobre el papel de estos restos en la creación de un discurso histórico del pueblo de Corbera de Ebro, ya que son una muestra única de la fuerza de los sindicatos a principios de la década de los años 30. Uno de los problemas que puede surgir de la conservación de este tipo de pinturas en las que aún hoy puedan ser propiedades privadas, es la estigmatización social que genera el hecho de vivir en la que un día fue una casa incautada, probablemente a sus antepasados. Este podría ser uno de los motivos por el cual apenas se conservan pintadas en las puertas y las que se conservan, lo hacen de manera precaria, con evidencias de haber querido ser borradas. Algunas de las puertas adyacentes a las que un conservan las pintadas, presentan zonas que podrían evidenciar una intencionalidad a la hora de tapar ciertas pintadas.

 Figura 9: Pintada de la CNT en la puerta de la casa número 24 del carrer Major en 2010. Fuente: Jordi Ramos

Figura 10: Detalle de la puerta barnizada y restaurada en 2016. Fuente: Imagen propia

A través de este acercamiento, surge la duda de si se ha de imponer el bien común y patrimonial a la hora de conservar estos vestigios o se ha de priorizar el interés individual, y en todo caso, si la descontextualización de estos restos, es decir el traslado de estas pinturas y grabados a un museo, puede beneficiar su conservación o empeorar su vinculación histórica. Sería interesante plantear también la importancia de la fuerza de la propaganda política y en este sentido, los conflictos sociales que pueda conllevar su conservación in situ. Este es un problema no solo patrimonial, sino de pasiones e ideologías y es por ello que se ha de hacer pedagogía para mostrar la historia de nuestro pasado más reciente desde una perspectiva objetiva, que trate de hacer futuro haciendo historia.

 

[1]  En el libro Corbera d’Ebre. 200 Anys d’Historia 1800-2007 de P. Clua, J. Sánchez & C. Margalef se recoge la relación de propietarios afectados e incautaciones realizadas, a partir del estudio de la Sección Guerra Civil, del ANH-Salamanca, elaborada por los propios autores.