Planes de gestión de fincas

Los ecosistemas mediterráneos han sido modelados desde la antigüedad por la agricultura, la ganadería y la explotación de los bosques. El abandono generalizado de estas prácticas tradicionales en áreas de montaña mediterránea a partir de mediados del siglo pasado, han comportado una disminución de los espacios abiertos de los que dependen muchas especies presa clave en la conservación de estos ecosistemas, como el conejo y la perdiz, base alimentaria de diversos depredadores amenazados como el águila perdicera.

En este contexto actual de homogeneización del paisaje, los incendios forestales suponen una oportunidad para estas especies de hábitats abiertos. Por este motivo, durante el periodo 2005 – 2008 el Equipo de Biología de la Conservación recibió el apoyo de la Diputació de Barcelona para realizar un plan de gestión de los hábitats en un sector del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac afectado parcialmente por un incendio que el año 2003 quemó 4.600 ha. El área objeto de este Plan corresponde a un antiguo territorio de águila perdicera actualmente desocupado, de manera que consistía en mejorar las condiciones de hábitat para favorecer una potencial recolonización de este territorio. Para hacerlo, se establecieron los objetivos de gestión en cada uno de los hábitats presentes en el área delimitada por el plan y, gracias a la financiación de la Obra Social “La Caixa”,  el año 2007 se actuó sobre 35 ha de matorral, donde se realizó un desbroce mecánico para reducir la cobertura arbustiva y favorecer el crecimiento del estado herbáceo, favoreciendo así la abundancia de conejo.

Por otra parte, después del incendio de 1994 que afectó gran parte del espacio protegido de Els Cingles de Bertí, los hábitats abiertos fueron desapareciendo progresivamente y el paisaje se homogeneizó, dominado por un denso matorral y encinar de rebrote con un elevado riesgo de incendio. Consecuentemente, las poblaciones de conejo, liebre y perdiz fueron disminuyendo drásticamente y la pareja de águila perdicera presente en el espacio mostraba una productividad muy baja (0,57 polluelos por año durante el periodo 2000 – 2007). Para revertir dicha situación, en el 2007 se signó un convenio de colaboración entre diversas partes que ha permitido gestionar una finca privada de 112 ha situada en este espacio. Las partes implicadas en este proyecto han sido; el propietario (cesión de la finca), el Equipo de Biología de la Conservación (redacción del Plan de Gestión y dirección de la ejecución de las actuaciones), la Diputació de Barcelona y la Fundació Catalunya-La Pedrera (financiación del proyecto), y la Sociedad de Cazadores (ejecución de las actuaciones y compromiso en la aplicación de criterios de gestión cinegética sostenible). Las actuaciones establecidas en este Plan de Gestión, ejecutadas progresivamente des del 2009, son diversas: creación de áreas abiertas como dehesas, pastos y cultivos, y su mantenimiento por medio de rebaños, la recuperación y creación de bebederos para la fauna y la regulación de la presencia humana. Después de haber ejecutado las actuaciones se pudo constatar un incremento de las poblaciones de conejo, liebre y perdiz y un incremento del éxito reproductivo de la pareja de águila (1,00 polluelos por año durante el periodo 2008 – 2011).

Estas experiencias de gestión de los hábitats se han mostrado efectivas para incrementar las abundancias de conejo y perdiz, principales presas del águila perdicera y de mucho otros depredadores de los ecosistemas mediterráneos, favoreciendo así a muchas otras especies vinculadas a la presencia de hábitats abiertos. Buscarlas sinergias entre diferentes colectivos implicados (propietarios, gestores, entidades y usuarios) es la clave no solo para garantizar el éxito de estas actuaciones, sino también para encontrar fórmulas que garanticen su mantenimiento a largo plazo.