El valor económico de la biblioteca pública: ¿no es mejor hablar de retorno social?

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Assumpta Bailac
Gerente del Consorci de Biblioteques de Barcelona


Jervelund, Christian; Kjøller-Hansen, Anders Oskar; Steen-Knudsen, Jossi [et al.] (2015). The economic value of public libraries. [Copenhagen]: Danish Think Tank Libraries of the Future. Disponible en: http://fremtidensbiblioteker.dk/wp/wp-content/uploads/2014/07/Samle_fina.... [Consulta: 07/04/2016]


Desde hace ya unos años se han incrementado las iniciativas, especialmente en diferentes sectores de la cultura y también en las bibliotecas, con el objeto de identificar el retorno económico y social de estas instituciones.  

Libraries of the Future es un think tank danés, constituido el año 2012 por treinta bibliotecas, cuatro asociaciones profesionales y diversas instituciones privadas del país, que tiene por objetivo producir conocimiento y analizar de forma interdisciplinaria el rol de futuro de la biblioteca pública, generando debate tanto a nivel político como profesional y ciudadano.

En el año 2015 presentaron el resultado de un trabajo con el título de The economic value of public libraries sobre el retorno social y económico de las bibliotecas de su país. Con posterioridad, recibieron recursos económicos de la Reading and Writing Foundation con el objetivo de diseminar los resultados del estudio y contrastarlos con experiencias de otras realidades europeas. Biblioteques de Barcelona y la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona colaboraron con una sesión de trabajo con los responsables del proyecto.

El informe, formulado a partir del resultado de una encuesta, quiere dar a las bibliotecas ideas e instrumentos para poder redefinir su rol en la sociedad, muchas veces como coprotagonistas de políticas públicas del estado del bienestar. Se parte de la idea que el papel de la biblioteca está cambiando de forma significativa y del hecho que las 500 bibliotecas públicas danesas son las instituciones culturales más visitadas del país, aunque es preciso tener presente que una cosa es medir la actividad y otra –muy distinta– su valor, su retorno social.

Ya en la introducción, el informe remarca que los daneses, usuarios o no de los servicios, estarían dispuestos a pagar casi el doble de lo que ahora aportan vía impuestos por el mantenimiento de las bibliotecas.

La ISO 16439 incorpora cómo debe medirse el impacto económico de las bibliotecas. Con el estudio se quiere poner el acento en el valor que las bibliotecas tienen para los usuarios y no usuarios y medirlo por el efecto económico y por el impacto que pueden tener en el incremento de las competencias necesarias en los nuevos entornos sociales.

El contenido del estudio está estructurado en cuatro apartados, con un sumario inicial y complementados por la bibliografía. Estos son: la contribución cultural y social; la contribución en la educación; la contribución en la digitalización y una visión sobre posibles contribuciones futuras de la biblioteca.

La introducción expone, en términos genéricos, el valor de la biblioteca como espacio democrático y el rol en sus tres dimensiones: cultural, educativa y social. En el texto se avanza el valor de su retorno económico a la sociedad danesa que supone el 0,1 % del PIB. El foco de esta introducción se sitúa en la mejora del hábito lector de los niños y en la transición al mundo digital a partir de la actividad de la biblioteca.

En el apartado sobre la contribución cultural y social, y a partir de diferentes estudios de Suecia, Noruega y Dinamarca, se concluye que la biblioteca es importante para todo el mundo (tanto usuarios como no usuarios) y que se está dispuesto a contribuir vía impuestos. Diferentes gráficos muestran cómo el usuario de biblioteca de origen danés es activo, también, en otros consumos culturales. Este comportamiento no lo encontramos en la población nacida en otros países. Se destaca también un mayor uso de la biblioteca por parte del colectivo de personas de origen no danés.

En el de contribución educacional, el apartado se centra en el interés por la lectura y las capacidades de comprensión lectora, así como en la relación entre nivel formativo, índice de lectura y uso de la biblioteca. Hay una clara correspondencia entre los lectores que lo son en tiempo de ocio, la comprensión lectora y el éxito escolar. El 89% de los niños que leen en tiempo de ocio lo hacen con libros de la biblioteca y también puede afirmarse que las bibliotecas pueden contribuir a minimizar las dificultades que muchos niños tienen en este ámbito, motivadas por la situación económica o por el nivel formativo de su familia. Los tres vectores desde donde valorar el retorno de las bibliotecas en el ámbito educacional son: cómo el uso de la biblioteca mejora las competencias lectoras, cómo la comprensión lectora afecta directamente el éxito escolar y, finalmente, cómo un nivel de formación alto produce sueldos más altos.

El entorno digital puede aportar beneficios sociales tanto a los ciudadanos como al mundo productivo, con ahorros en el sector público así como en las finanzas personales. El Gobierno danés tiene la voluntad de incrementar la “digitalización” en la sociedad con medidas concretas como, por ejemplo, la simplificación e informatización de muchos de los trámites administrativos actuales, buscando más eficiencia y ahorro de tiempo. El retorno económico de las bibliotecas en este ámbito es a través de cuatro canales: con ahorros en el sector público por el cambio de la comunicación postal a la electrónica; con ahorros públicos por la incorporación de autoservicio en las bibliotecas; con facilitar el acceso personal a la banca en línea y, finalmente, con el fomento del selfservice en los diferentes servicios.

¿Y qué pasa en las contribuciones futuras?

Los nuevos modelos de negocio de muchas empresas (Amazon, Facebook o Nemlig) buscan optimizar la información de los hábitos de consumo de los usuarios y definir perfiles de intereses. En este contexto, estructurar bien los datos es vital. Los bibliotecarios y documentalistas tienen experiencia en la construcción de bases de datos y en el diseño de sistemas de información, así como en la formulación de sistemas de búsqueda, pero, por los datos disponibles de las salidas profesionales, parecería que no se aprovechan suficientemente sus conocimientos. En Dinamarca, el 27 % de bibliotecarios están trabajando en el sector privado; el 25 % en el sector público nacional o regional y el 48% a nivel local. Según el estudio, la biblioteca pública, y el personal bibliotecario, debe explorar los nuevos servicios en dos direcciones: facilitar la búsqueda de información, especialmente la provista por la administración local, y formar a los usuarios en una selección de la información más efectiva. En este sentido, el informe incorpora dos experiencias concretas, la de la Biblioteca de Fredensborg y la de la Biblioteca de Aarhus, las dos basadas en la cooperación entre escuelas y bibliotecas y en el ámbito de la ALFIN (alfabetización informacional).

El informe acaba con un reconocimiento de la biblioteca también como espacio, un espacio seguro, neutro e inclusivo, donde los usuarios pueden recibir ayuda y apoyo cuando lo necesitan.

¿Qué iniciativas parecidas podemos encontrar en nuestro país?

FESABID promovió, por encargo del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, un estudio con el título de El valor económico y social de los servicios de información: bibliotecas, que concluyó que por cada euro invertido en bibliotecas había un retorno de 2,80-3,83 euros. El informe se presentó el año 2014.
Hay también dos estudios complementarios de la Diputació de Barcelona, uno sobre el retorno económico de la biblioteca pública, con datos de la inversión en las bibliotecas de la provincia (2007-2011), que supone un retorno de 2,25 euros de beneficio directo por cada euro invertido, y otro sobre el valor social de la biblioteca, que trabaja sobre cuatro ámbitos: el cultural, el social, el económico y el educativo, con unas conclusiones que proponen diez puntos sobre cómo incrementar este valor.

La Comunidad de Navarra fue propuesta por el Consejo de Cooperación Bibliotecaria como prueba piloto para valorar el impacto económico y social de las bibliotecas. El informe Estudio de impacto socioeconómico de las bibliotecas en la Comunidad Foral de Navarra 2016 se presentó el mes de febrero y estará próximamente accesible en la versión completa.

Una valoración personal del estudio

Con iniciativas como ésta se ayuda a hacer más visible la contribución de la biblioteca pública en la mejora de las condiciones de nuestra sociedad. El informe aporta ideas y datos interesantes, aunque el resultado es desigual y parcial en el contenido, especialmente el capítulo de propuestas de futuro. En este apartado el documento se centra en el rol de los bibliotecarios en la estructuración de la información y en el acompañamiento en la alfabetización informacional de los ciudadanos. Y en una mirada al futuro inmediato se hubiera podido avanzar también en nuevos servicios a incorporar a la biblioteca o en nuevas competencias a incorporar a los equipos, por poner dos ejemplos.  

Creo que es oportuno en estos tipos de estudios centrarse más en el valor social que en el retorno económico de las bibliotecas, como, pese al título del documento, se hace en esta propuesta. Una vez identificado que la biblioteca dobla con creces su coste en el retorno, no es un dato que aporte mucho más en el posicionamiento de la biblioteca en la sociedad. En cambio, es importante hacer un esfuerzo por explicar mejor qué puede ofrecer la biblioteca que conecte con las necesidades sociales actuales y de futuro, con nuevos indicadores de uso y de impacto y con estudios cualitativos específicos, poniendo en valor que, en este nuevo contexto, es cada vez más necesario el trabajo en red a nivel territorial.