Mireia Pérez Cervera
Directora de Desarrollo de Biblioteca
Universitat Oberta de Catalunya
Bergstrom, Tracy, and Makala Skinner. "The Current State of Academic E-Book Business Models: Access Strategies and Budgeting Realities." Ithaka S+R. Ithaka S+R. 13 August 2025. Web. 4 November 2025. disponible a: <https://doi.org/10.18665/sr.323373>.
El día a día. El fantasma del acceso perpetuo, la trampa de la suscripción y los retos de los profesionales
Otro lunes. Abro el correo y me encuentro con un mensaje de un investigador que no puede acceder a un libro electrónico que, teóricamente, deberíamos tener. Tras media hora peleándome con la plataforma del editor, descubrir que el enlace del catálogo se ha roto misteriosamente y revisar por enésima vez una licencia que parece escrita en arameo antiguo, logro resolverlo. Esta pequeña victoria no me durará mucho. Por la tarde tengo una reunión sobre presupuestos en la que tendré que explicar por qué un libro digital nos cuesta tres veces más que su equivalente en papel y, encima, no lo tenemos “en propiedad”.
Y es que la gestión de los libros digitales no es una simple cuestión técnica; es profundamente estratégica. La manera en que compramos o suscribimos los libros electrónicos afecta directamente a nuestro presupuesto, a nuestra capacidad de construir colecciones perdurables y, en última instancia, al servicio que ofrecemos a nuestros usuarios. Es una lucha constante entre la misión de preservar el conocimiento y la presión de un mercado que parece cambiar las reglas del juego cada seis meses.
El informe
El informe promovido por Ithaka S+R, titulado "The Current State of Academic E‑Book Business Models", de Tracy Bergstrom y Makala Skinner, es un documento que pretende analizar precisamente la complejidad del ecosistema que conforman el conjunto de modelos de negocio del libro académico digital y la adecuación de su encaje con las necesidades de sus principales consumidores, incluidos bibliotecas y autores.
El documento aborda el panorama de los modelos de libros digitales desde diferentes perspectivas a través de las conclusiones extraídas de 17 entrevistas realizadas a distintos grupos de interés (editores, autores, bibliotecas, agregadores).
La adopción del libro académico en formato digital ha sido más gradual que la transición digital de otros tipos de contenido como el de las revistas. A causa de la amplia variedad de modelos comerciales, y a pesar del impacto que tuvo la Covid‑19 como acelerador del formato digital, la mayoría de las bibliotecas siguen adquiriendo ambos formatos, tanto papel como digital. El dinamismo y el cambio de los modelos de adquisición están a la orden del día. Este mismo 2025, uno de los principales proveedores de libros digitales, Clarivate, ha sacudido y tensionado a las bibliotecas con su decisión de dejar de vender títulos a perpetuidad para virar hacia un modelo de suscripciones.
Puntos de partida y puntos clave
El informe puede ordenarse en diferentes grandes ámbitos de debate.
En primer lugar, se abordan los principales modelos de adquisición: compra título a título, colecciones completas, DDA (Demand‑Driven Acquisition) y EBA (Evidence‑Based Acquisition). Se constata que la EBA es el modelo más apreciado o pragmático para la mayoría de bibliotecarios entrevistados, quienes lo valoran como el sistema más eficiente para la gestión del presupuesto. Este modelo tiene el beneficio de permitir acotar una cantidad fija, dar acceso a un universo de títulos durante un año y, al final, comprar a perpetuidad aquellos que realmente se han utilizado. El informe también confirma la caída del modelo DDA. A pesar de ser un sistema de pago pensado para pagar por lo que realmente se usa, se evidencia que comporta una sobrecarga de gestión asociada a su mantenimiento y a sus niveles de configuración. La selección del fondo de libros realizada mediante el método tradicional de “título a título” sigue utilizándose para muchas bibliotecas.
En segundo lugar, el informe aborda la cuestión del Acceso Abierto (AO). Modelos como Path to Open o Direct to Open son vistos como opciones potenciales o esperanzadoras. Permiten dar apoyo a editoriales universitarias más pequeñas, promover la “bibliodiversidad” y avanzar hacia un conocimiento más accesible. Las bibliotecas encuentran en ellos una forma de cumplir sus compromisos estratégicos con el Conocimiento Abierto y, al mismo tiempo, invertir en modelos financieros más responsables. La falta de escalabilidad de estos modelos y las reticencias de algunos autores y disciplinas a publicar en entornos OA hacen que no acaben de arrancar.
El siguiente foco del informe se centra en consideraciones relativas a los precios de compra. Las bibliotecas disponen de presupuestos estancados o restringidos, un entorno en el que la priorización de la rentabilidad de las compras resulta indispensable. Se denuncia que el coste de las monografías electrónicas es significativamente más alto que el mismo título en formato impreso. Un coste elevado al que hay que sumar la carga de gestión y las limitaciones del préstamo (a menudo muy restrictivas), lo que hace que las bibliotecas reclamen más funcionalidades de valor añadido para compensar el alto coste del libro digital respecto al papel. En algunos casos incluso se valora un retorno al libro impreso. Los editores, por su parte, se justifican con la sostenibilidad económica como prioridad, y proponen, en cambio, potenciar el trabajo con consorcios.
Se evidencia la alta dificultad de la gestión de las adquisiciones tanto desde el punto de vista técnico bibliotecario como desde el de los editores. Las bibliotecas detectan carencia de personal experimentado que entienda como navegar las complejidades de las adquisiciones con experiencia para moverse entre editores y agregadores. Esta gestión comporta una sobrecarga de trabajo en los procesos de gestión debido a la complejidad de las negociaciones de las licencias, a la existencia de muchos procesos manuales y a la necesidad de invertir una cantidad significativa de tiempo del personal en el mantenimiento del acceso a los libros digitales.
Por último, el informe aborda los efectos de la pandemia de la Covid‑19, como agente acelerador de las tendencias de consumo digital, que cinco años después se mantiene, a pesar de cierta tendencia al retorno al formato impreso. El análisis se cierra mirando hacia un futuro en el que los bibliotecarios reclaman la incorporación de más dinamismo en las monografías electrónicas (incorporación de vídeos, ilustraciones enriquecidas y enlaces a recursos relevantes) que justifiquen los precios elevados, y en el que la llegada de la inteligencia artificial generativa se prevé como un elemento con un gran impacto de dimensiones aún hoy imprevisibles o desconocidas.
Conclusiones
El informe de Ithaka cumple su objetivo de ofrecer una panorámica transversal del entorno de las adquisiciones digitales. El documento no ofrece soluciones fáciles, porque no las hay. Pero sí articula con claridad las tensiones, las contradicciones y los retos que definirán el futuro de las colecciones académicas.
Los constantes cambios en los modelos de adquisición están haciendo, cada vez más, peligrar el concepto de acceso perpetuo a los contenidos. La apuesta incipiente por modelos de suscripción dinamita el principio de preservación, nos aleja del acceso abierto al conocimiento y dificulta el mantenimiento de una colección sólida. Esto es, desde mi punto de vista, una renuncia inaceptable a la función social y moral de la biblioteca. Hay que andar con cuidado con la pérdida de control en la gestión de contenido académico, que además se traduce directamente en una carga de trabajo insostenible para nuestro personal (incidencias, metadatos inconsistentes, negociaciones interminables y adaptación a los requerimientos jurídicos y de contratación). Me parece especialmente relevante que el informe destaque el coste humano invisible que el laberinto de los modelos de adquisición está suponiendo para los profesionales.
El ecosistema de los libros académicos expone una situación de desconexión entre editores, bibliotecas y autoría. Hay que seguir luchando por un acceso más abierto sin caer en modelos financieramente precarios. Debemos defender la propiedad y la preservación de los libros en un mundo que nos empuja hacia el alquiler efímero. Y, por si fuera poco, habrá que hacerlo al mismo tiempo que la inteligencia artificial generativa (y su impacto, aún desconocido) irrumpe en la manera en que los usuarios interactuarán con los contenidos de largo formato.
© Imagen inicial de Mohamed_hassan en Pixabay.

Si bien los libros electrónicos surgieron más o menos al tiempo que las revistas digitales, la evolución de los respectivos sistemas de comercialización han diferido notablemente, así como el momento y la manera. Pero el interés por incluir los libros académicos en el movimiento del acceso abierto ha ido creciendo en los últimos años. Basándonos en la experiencia de la AO de las revistas, el de libros se ha centrado mayoritariamente en modelos de negocio en los que el coste de publicar no lo cubren los autores, sino terceros, en muchos casos bibliotecas de universidades (ver algunos ejemplos en el artículo:
La Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA) agrupa un amplio colectivo de organizaciones comprometidas con la reforma de los sistemas de evaluación de la investigación. Esta iniciativa surge en un contexto de creciente consenso sobre la necesidad de superar los modelos de evaluación basados principalmente en indicadores cuantitativos (como el factor de impacto o el número de publicaciones), con tal de impulsar una valoración más cualitativa, centrada en la diversidad de las contribuciones científicas y en prácticas responsables. Más de 700 organizaciones de investigación, entidades financiadoras, agencias de evaluación y sociedades científicas han adoptado los principios recogidos en el Agreement on Reforming Research Assessment (
SCONUL, a través de su Grupo de Tecnología y Mercados (Technology and Markets Group), presenta un informe con estudios de casos de espacios bibliotecarios altamente tecnológicos en el Reino Unido e Irlanda.
