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Los franceses y la lectura: resultados 2023

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Marià Marín i Torné
Secretario técnico del Gremi de Llibreters de Catalunya
Exdirector del Àrea del Llibre del Institut Català de les Empreses Culturals
Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya


Mercier, Etienne; Tétaz, Alice; Leray, Alexandre. Les français et la lecture: résultats 2023. [Paris]: Centre national du livre, 2023. 87 p. Disponible en: <https://centrenationaldulivre.fr/sites/default/files/2023-04/Les%20Fran%C3%A7ais%20et%20la%20lecture%20Rapport%20complet%202023-04-12%20OK.pdf>. [Consulta: 21/09/2023].


Francia
En un país donde la cultura y la lengua son prácticamente cuestión de Estado –pero donde la crisis general de los valores que lo fundamentan, cada vez más, toma más fuerza–, donde la escuela está en debate continuo y permanente, y donde los gobiernos sucesivos coleccionan ministros de educación, en este lugar, que es Francia, modelo todavía, resulta interesante ver cómo evoluciona la lectura. En 2017 ya hicimos una reseña de este mismo estudio sobre los índices lectores y sus contextos. Compararlos no solo nos tenta, sino que resulta ilustrativo: la distancia temporal es bastante significativa para que los cambios que pueda haber sean indicadores de posibles tendencias, más todavía si tenemos en cuenta que cada dos años la actualizan, es decir, que podemos ver el rastro evolutivo bien segmentado en cinco ediciones desde 2015 hasta 2023.

Datos principales del estudio: mejora de los índices, pero con fragilidades.

Lectores espontáneos, por espíritu y placer
El 86 % de los franceses se declara espontáneamente lector, porque abre el espíritu y es placentero, es decir, se trata –y es fundamental en el análisis– de una actividad de ocio. Hay que destacar que la franja de 25 a 34 años, que había leído menos que los otros grupos de edad durante la COVID-19, recupera los índices prepandemia.

Los datos favorables «ocultan fragilidades»
Se acentúa el abandono lector en los jóvenes entre 15 y 24 años: son el grupo menos lector, con un índice estable respecto de 2021, pero 12 puntos por debajo del de 2019. De hecho, el 20 % de los jóvenes de este grupo no lee nunca.

El progreso –imparable– de la lectura en formato digital
Crece en todas partes, excepto en los mayores de 50 años, pero sobre todo (¡más de 15 puntos!), en los menores de 25 años. También aumenta el audiolibro, que ya escucha el 46 % de los menores de 35 años. Progreso imparable porque se prevé que estas nuevas prácticas de lectura se consolidarán los próximos años entre los más jóvenes.

Géneros pujantes
Se llevan la palma del éxito los libros prácticos, del arte de vivir y de ocio, pero los que experimentan unos crecimientos más fuertes son todas las variedades del cómic, con subidas en todos los grupos de edad, aunque con comportamientos diversos, con más de 14 puntos respecto al estudio de hace dos años.

Maneras y lugares de compra
La compra de libros nuevos para uno mismo recupera los niveles prepandémicos, aunque crecen con fuerza las alternativas: los libros regalados o dejados lo hacen más de 14 puntos y los de segunda mano lo hacen de 66 puntos respecto a 2021 (14 respecto a 2015), en particular en los grandes lectores, lo que resulta una tendencia de fondo y de contexto económico. Las librerías y las grandes superficies culturales continúan siendo los primeros lugares de compra de libros, pero, atención, la venta en línea sube fuertemente, de 10 puntos.

El tiempo dedicado a la lectura
Muy por debajo del dedicado a las pantallas: 41 minutos diarios para leer frente a las 3 h 14’ diarias a mirar pantallas –no leyendo libros en ellas. De aquí viene que la mayoría de los encuestados afirme que no tiene tiempo de leer. Ahora bien, los expertos consideran que esta actividad «desmaterializada» puede ser una aliada del libro, sobre todo para los menores de 35 años, más receptivos a las recomendaciones y a la presencia de autores en las redes sociales.

Algunas conclusiones a manera de reflexión estratégica.

La debilidad de mejorar con fragilidades
Prácticamente todos los indicadores del estudio mejoran respecto a la edición precedente –de hecho, de todas las anteriores, tanto por lo que se refiere a las motivaciones y la valoración del hecho de leer, como a las frecuencias, los tipos de lectura o los segmentos de edad. Pero la sensación de que todo ello es frágil, del éxito de determinadas acciones y géneros, como, sobre todo, en franjas de edad sensibles, todavía en formación y, consecuentemente, de garantía de futuro, plana sobre las reflexiones de los entendidos y también de la lectura simple y desnuda de los datos.

Así pues, el hecho de emprender el año anterior, el 2022, un plan de presencialidad lectora* que alcanzaba poblaciones más diversas y buscaba mayorías, parece el camino, esencial, a continuar. Una lección para apuntarnos en la libreta de pensamientos y acción.

           * En 2022, el Centro Nacional del Libro (CNL), para llegar a un público más amplio y más
             diverso, lanzó una multitud de iniciativas en el marco de la lectura declarada gran causa
             nacional: 200 residencias en la escuela, 800 masterclasses de autores en escuelas
             e institutos, el acompañamiento de un millar de intervenciones de asociaciones de toda
             Francia, y programas nuevos, como el Goncourt de los detenidos, Las noches de la lectura
             o el Cuarto de hora de lectura nacional, para «sensibilizar a todos los franceses de la
             importancia de la lectura».

¿Qué les pasa a los adolescentes?
La máxima debilidad claramente se consigna en los adolescentes, dado que los diversos factores de riesgo convergen: datos peores, comportamientos más inestables, atracción por las pantallas para llenar el tiempo libre, etc. Que las personas mayores lean menos es de impacto global relativo: que lo hagan los adolescentes es un riesgo –grande– de futuro.

Así, las reflexiones de la presidenta del CNL se focalizan en el hecho que lo que hacen los adolescentes es lo mismo que hace el resto de población, pero acentuado y más volátil. El 98 % de los franceses afirma que leer se asocia a valores positivos, y para el 96 % es una actividad placentera. Es por esto por lo que hay que ayudarles a hacer del tiempo dedicado al libro un santuario en su vida cotidiana, reforzando esfuerzos para devolverles el ansia de leer y tomar conciencia de los riesgos en el cerebro de la adicción a las pantallas. Y en los adolescentes, más todavía.

El peligro de las pantallas
Aquí radica la cuestión. Se trata de un peligro sanitario, según el estudio, pero también simplemente de competir por el tiempo disponible de la gente, especialmente los más jóvenes. Si leemos por placer y tenemos el tiempo que tenemos, en qué lo empleamos es la clave, y ganan las pantallas. La competencia por ocupar este tiempo limitado y de placer es, pues, el nudo de esta lucha. Las estrategias que se adopten deben tener en cuenta que: 1) es un combate; 2) el combate es desigual: las pantallas están omnipresentes y devoran el tiempo; 3) el atractivo de las pantallas es el punto fuerte que combatir; 4) los más jóvenes –la franja de edad que más tiembla en los datos– es la más inclinada a preferir las pantallas.

Medir para comprender. Comprender para actuar y Espíritu de servicio.

Medir, comprender e identificar las prácticas y las percepciones de los franceses respecto al libro y la lectura, pero también –y este punto nos parece relevante– comprender mejor lo que favorece o, por contra, frena la lectura, es la finalidad del Centro Nacional del Libro desde la primera edición de este estudio, en 2015. La empresa Ipsos se ha ocupado de él a manera de barómetro, con una muestra, pero, para nosotros corta, dada la población francesa, de solo mil personas, entrevistadas por teléfono y representativas de la población a partir de los 15 años.

El CNL insiste en que para acometer con rigor sus finalidades necesita disponer de datos y saber la respuesta de la población. Es decir, la política, a la hora de decidir, debe tener en cuenta los datos. Para tomar nota. Otro aspecto significativo y que ya recogí en la reseña anterior: la idea de servicio público al margen de la utilitaria. Más allá de la difusión del estudio, el CNL se pone a disposición de cualquier ciudadano: «Ayudadnos a mejorar. ¿Habéis encontrado algún error? Avisadnos si veis algún problema. ¿Tenéis alguna duda? En el fórum resolveremos todas las cuestiones». Esto es política de transparencia y noción práctica de lo que debe ser una res publica.

Más información (metodología, infografías, reporte completo, conclusiones, valoración) aquí.

 

Nota. Esta reseña se publica simultáneamente con el Blog de l'Escola de Llibreria

© Imagen inicial de hjrivas en Pixabay