Industria editorial y consorcios: la crisis no es igual para todos

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Tommaso Giordano
Istituto Universitario Europeo, Firenze
 

Consorcios y otros: Encuentro Europeo ICOLC, Viena 14-17 octubre 20121.

Ópera de VienaLa ICOLC (International Coalition of Library Consortia) es una organización mundial (sin ánimo de lucro) a la que se adhieren 200 consorcios para la adquisición y gestión de recursos electrónicos. La ICOLC organiza dos encuentros anuales: en Norte América, en primavera, y en Europa, en otoño. Este año la reunión tuvo lugar en Viena, en la facultad de Derecho (Juridicum), con cerca de 90 participantes (la mayoría responsables de consorcios y de programas de cooperación).

El programa se ha articulado en numerosas sesiones (algunas en paralelo) sobre argumentos de estricta actualidad, ofreciendo un panorama de los programas de adquisición y gestión de los recursos electrónicos de varios países de Europa, Asia y América. ¿Cuáles son las tendencias del mercado de la información? ¿Cómo reaccionan los consorcios y las bibliotecas en la impetuosidad de la publicación académica comercial? ¿Qué estrategias hay que adoptar para hacer frente a las restricciones impuestas por la crisis? Son estas las principales cuestiones sobre las que se ha desenmarañado el debate, a menudo animado y a ratos apasionante, que aquí buscaré resumir evidenciando los puntos que me parecen de mayor interés.

Industria editorial y consorcios: la crisis no es igual para todos

En la apertura de la reunión se ha presentado un estudio (llevado a cabo por Tom Saville) sobre los contratos de licencia al que han respondido 47 consorcios (25 de Norte América, 16 de Europa y 6 del este de Asia). De los datos recogidos resulta que en el trienio 2010-2013 los precios de los recursos electrónicos han aumentado en conjunto un 10%; de media, las revistas (12.2%) han aumentado más que las bases de datos (7.4%). Es interesante notar, comparando las áreas continentales, que mientras por las publicaciones periódicas no se rebelan fuertes diferencias, por las bases de datos emerge una notable brecha entre Norte América (6.3%) y Europa (9.7%), en detrimento del viejo continente. También las noticias relativas a los contratos en curso de negociación no son nada prometedoras: se tiene la impresión de que los editores, salvo raras excepciones, no se dan cuenta de las dificultades de balance en el que se debaten las universidades y los órganos de investigación. De hecho, los recortes que continúan reduciendo las bibliotecas del sur de Europa ahora se sufren también en otros países, incluidos aquellos que tradicionalmente inverten más en educación e investigación, como el Reino Unido, (12% de recortes en el año actual) y Francia, donde el 2013 se prevé una reducción del presupuesto en educación e investigación similar al 10%.

La recesión no parece afectar a los grandes editores académicos internacionales, que continúan prosperando y parece que obtengan, encima, ventajas de las dinámicas de la crisis. Es cuanto emerge de la intervención (The Stock Market View of STM Publishing with a Focus on Europe) de un experto de mercado de capitales, Sami Kassab, que ha facilitado una profundización muy interesante del lado financiero de la industria editorial, poco conocido en mundo de las bibliotecas. La presentación ha focalizado en particular el segmento "STM Publishing" que es también el más importante desde el punto de vista del volumen de negocios y también el más rentable. Según los expertos de mercados financieros la editorial STM es considerada el sector más rentable de toda la industria de los medios. Algunos editores de revistas son capaces de obtener beneficios anuales más allá del 40%. Estos márgenes no se encuentran en cambio en el sector de las monografías impresas, caracterizado por los beneficios más bien bajos en comparación con los libros electrónicos, sector este último en expansión, con altos márgenes de beneficio, no obstante la recesión.

Licencias

El tema de las licencias está siempre en los primeros puestos de la agenda ICOLC. El modelo holding based (basado en el gasto histórico de los abonos en papel) ha agotado sus vías y se buscan nuevos enfoques que se correspondan más con la realidad de las instituciones individuales. La discusión gira en torno a los modelos basados ​​en el uso, pero los parámetros propuestos de algunos editores aparecen del todo insatisfactorios. "Be careful what you wish for!", Advierte Lorraine Estelle (JISC). El modelo "based value pricing" se basa en la idea de que cuanto más útil es una revista para la institución, más debe pagar la institución por la revista en cuestión. Este enfoque puede parecer lógico para algunos bienes, pero no para la comunicación académica donde un mecanismo como tal introduce fuertes distorsiones y acaba por penalizar las instituciones más productivas (desde el punto de vista de la comunicación académica). Hay argumentos válidos para combatir las peticiones de las editoriales, ante todo la disminución de los presupuestos universitarios, también se debe considerar que un mayor uso de un recurso digital no disminuye el recurso en sí, ni supone costes extras significativos para el editor. En algunas bibliotecas alemanas hay en curso la prueba del nuevo modelo aplicado a los recursos ACS. Cambiar de modelo parece fácil en principio, pero en la práctica surgen varios problemas sobre el método de control del uso o sobre el diferente peso a atribuir a varios recursos consultados. En otras situaciones donde se ha probado el modelo, la operación se ha traducido en un aumento prohibitivo del coste de un solo título, en comparación a los precios del paquete o aquellos (basados ​​en las posesiones) históricas. Sin embargo es evidente que el modelo no se puede basar únicamente en el uso, pues debe ser integrado con otros parámetros. Crece la tendencia a negociar licencias a nivel de consorcio, las experiencias puestas en marcha en varios países conllevan también una evolución de la estrategia y de las prácticas para equilibrar los cargos entre los diversos grupos de usuarios. Los sistemas usados ​​por los proveedores se basan sobre todo en clasificaciones norteamericanas (Carniege, ARL, etc.), que parecen inadecuadas a las realidades de muchos países europeos. Alemania, para profundizar la cuestión, ha puesto en marcha un proyecto que se inicia a partir de un estudio internacional de las prácticas en vigor, a fin de poner a punto un modelo nacional y probarlo. De los primeros datos del estudio resulta que actualmente predomina el uso de los sistemas propuestos por los editores: la clasificación basada FTE (el cálculo de la cual no está siempre claro) es la más practicada, los parámetros por materia o disciplinas son considerados muy útiles (aunque difíciles de determinar). Incluso el uso está considerado un parámetro útil, mientras el más desagradecido resulta la clasificación basada en el balance de la organización. En general el sistema por bandas es considerado útil, aparte de flexible.

Consorcios

La exigencia de una colaboración más cercana y amplia entre consorcios, entendida también a individuar asociacionismo con otros órganos y programas se confirma con los programas puestos en marcha en diferentes países. Más allá de las iniciativas en el Reino Unido (que mantiene el liderazgo en este campo) y en Alemania, se registran nuevos programas de colaboración en Holanda (entre UKB, el consorcio de las bibliotecas universitarias, y SURFMarket, una organización sin ánimo de lucro que apoya IT al sector universitario y de investigación), en Noruega (el programa CRIS que ha reunido tres áreas de intervención: licencias, OA (Open Access - acceso abierto) e información sobre las actividades de investigación y en Francia, donde se ha establecido una estrecha colaboración en el área de los recursos electrónicos entre Couperin, Abes, INIST-CNR. Alianzas entre consorcios y fusiones verdaderos y propios se registran en Estados Unidos: Waldo (de Nueva York) recoge 900 miembros (bibliotecas universitarias, públicas y hospitalarias), Lyrasis
-nacido de la fusión de los consorcios Nelinet, Palinet, Solinet, BCR, Nylink- cuenta hoy con 1.700 miembros. Aumentar el poder contractual frente a los editores es uno de los objetivos principales de estas operaciones. En esta dirección se mueve también la tendencia a desarrollar alianzas y sinergias más allá de las fronteras nacionales. Por señalar, entre estas iniciativas, el proyecto lanzado por CRL (Center for Research Libraries, EEUU), CRKN (Canadian Research Knowledge Network) y JISC -por la adquisición del Churchill Archive (Bloomsbury Publishing)- que ha logrado obtener condiciones favorables y de descuentos de más del 30%. Este enfoque está secundado por algunos editores. Gale, por ejemplo, está estudiando la posibilidad de tratar la venta de NCCO (Nineteenth Century Collections Online) y otros productos a través de acuerdos entre consorcios a nivel europeo. Iniciativas transaccionales se registran también entre consorcios y agencias de los países europeos. Entre ellas el Knowledge Exchange Project, basado en la cooperación entre DFG-Alemania, SURF-Holanda, DEF-Dinamarca y JISC-Reino Unido, que opera en el campo del OA, Licencias e interoperabilidad. A destacar también la colaboración de JISC con Couperin y los consorcios alemanes y holandeses en diversos sectores. En conclusión, se tiene la impresión de que el choque de la crisis haya empujado a los consorcios a superar la pérdida inicial e intensificar la colaboración a todos los niveles.

Libro electrónico

El libro electrónico es ciertamente uno de los temas actualmente de mayor interés en ámbito bibliotecario y quizás hubiera merecido una atención más amplia en la economía del encuentro. Toda la discusión se ha centrado en la única relación específicamente dedicada al argumento: la aplicación del modelo Patron Driven Acquisition (PDA) a las bibliotecas de la Arizona State University. Una realidad que comprende 3 instituciones con 6 campus, 128.000 FTE y 11.7 millones de volúmenes. Se trata pues de una aplicación de notable relieve, de la que vale la pena referirse a ella brevemente.

En la base del proyecto está la constatación del bajo nivel de uso de la colección en papel, limitada al 50% de los libros adquiridos en los últimos 5 años mediante AP (Approval Plan). El objetivo declarado es el de incrementar el uso y alentar el hábito a los libros electrónicos en lugar del equivalente en papel, y reducir las adquisiciones de las monografías en papel. Objetivo draconiano perseguido eliminando el OPAC los títulos en formato papel cuando se adquiere el equivalente electrónico. El AP de los libros electrónicos ha sido confiado a Ingram, que provee el suministro de los registros bibliográficos de los libros electrónicos correspondientes al perfil de la propia colección y aquel de Amazon. Cuando el primer usuario accede al título de un libro electrónico desaparece el registro correspondiente de la edición en papel, si ya está en el OPAC. Después de 3 peticiones de los mismo título (la licencia prevé el acceso ilimitado) el libro electrónico se adquiere. De lo experimentado hasta ahora (noviembre 2009) el coste resultaría sostenible (en total $ 18,500 al mes, precio medio por título 140 dólares) considerada la población de la universidad -afirman los responsables del proyecto. Surgen varias cuestiones, para empezar: ¿estamos seguros de que el perfil de la AP para monografías impresas había sido definido de forma adecuada? Y luego, los datos de la circulación pueden también sugerir que el nivel de los currículos y el tipo de estudio y de enseñanza de aquella universidad necesitan algúna profundización. Sea como sea, el proyecto avanza hacia los objetivos prefijados: alivio de los flujos de trabajo, reducción de la encuadernación, economía de espacio... et tout se tient.

Acceso Abierto

En el Acceso Abierto se ha dedicado una sesión específica del programa (pero el tema ha devuelto más veces durante el encuentro). En particular la atención se ha focalizado en el Acceso Abierto como objeto de negociación en el contexto de las licencias. La cuestión está sobre la mesa hace ya algunos años y están en curso diversas iniciativas en diferentes países, entre otros el proyecto llevado adelante por la COAR (Confederation of Open Access Repositories), donde participaban agencias y consorcios de algunos países (en Europa, Asia y América) con el objetivo de promover acuerdos de licencia que aliente el Acceso Abierto (Open Access Agreements and Licenses Task Force). Este enfoque se está siguiendo en países diversos, con proyectos centrados en la estrecha colaboración entre grupos de Acceso Abierto y programas nacionales para la adquisición de licencias. En el encuentro se ha presentado un análisis de las prácticas de negociación con los editores adoptadas por varios consorcios y agencias para favorecer el Acceso Abierto, llevada a cabo por la específica Task Force. La atención se ha concentrado en los acuerdos relativos a la cláusula de self-archiving, al pago institucional de las comisiones por la publicación de los artículos -article processing charges (APCS) -a la cláusula de depósito en los repositorios (la obligación de depósito definido en las políticas OA -Mandate policies- de las facultades y de los organismos que financian la investigación), a las condiciones de reutilización. El estudio se finalizará con la evaluación de las prácticas examinadas y con la preparación, de parte de la Task Force, de directrices para alentar y ayudar a las organizaciones en la estipulación de los acuerdos de licencia con los editores.

Conclusión

En conclusión, enfrentamiento duro con los editores, pero también colaboración y asociacionismo en muchos programas (OA incluido), iniciativas transaccionales entre consorcios, reorganización de los consorcios en cooperación con otros sectores de la investigación, todo ello con el telón de fondo de las notas tristes de los recortes. La discusión ha sido casi siempre interesante y animada. Se ha echado de menos las "Publisher grills", las animadas sesiones con los editores de los encuentros ICOLC de los años anteriores. Pero sobre todo ha pesado la ausencia de tantos colegas (en los últimos dos años la participación se ha reducido notablemente), muchos de los cuales mantenidos alejados por el viento gélido de la crisis, que ni siquiera la espléndida Viena ha conseguido mitigar.


1. Una versión más amplia de este artículo está publicada por Biblioteche oggi, núm. 9, noviembre 2012.