Las bibliotecas públicas en el corazón de los centros comunitarios

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Mariona Chavarria
Biblioteca del Fondo
Santa Coloma de Gramenet


Thomson, Louisa; Murray-Sanderson, Arran (2017). Libraries as community hubs: case studies and learning: a report for Arts Council England. London: Renaisi. 82 p. Disponibles en: <https://www.artscouncil.org.uk/sites/default/files/download-file/Libraries-CommunityHubs-Renaisi.pdf>. [Consulta: 05/07/2019]. 


El estudio sobre las bibliotecas como centros de la comunidad fue encargado a la empresa social Renaisi1, por el Arts Council of England2, con la voluntad de encontrar elementos objetivos sobre la contribución que las bibliotecas pueden hacer en las líneas prioritarias de las políticas locales y nacionales. El estudio se basa en analizar el papel de las bibliotecas que se encuentran en hubs, en adelante, centros comunitarios, es decir en edificios compartidos con otros servicios en espacios comunitarios. Se centra en ver cómo colaboraciones que se dan en un espacio físico compartido donde hay bibliotecas puede facilitar el acceso a los diversos servicios ubicados cerca de donde vive la gente, y puede ayudar a fomentar las diversas actividades comunitarias y, finalmente, permite mantener los servicios bibliotecarios locales.

Definen un centro comunitario como un lugar central de actividades, servicios y equipamientos locales, accesibles para la comunidad local. Son polivalentes y con los tipos de servicios que pueden encontrarse reflejan las necesidades locales. La función social básica que tienen es reunir a la gente de la comunidad de una manera transversal, afrontando el aislamiento y son espacios seguros donde todo el mundo es bienvenido.

A través de un estudio de casos, el informe presenta una visión general del contexto de las políticas alrededor de los centros comunitarios, y las razones a favor de situar las bibliotecas con otros servicios, y las diferentes formas que ello puede tener; quiere aportar conocimiento de cara al futuro, en el momento de plantear situar una biblioteca en un centro comunitario. 

El informe presenta los resultados de un estudio de seis casos de bibliotecas en Inglaterra que se encuentran en centros comunitarios, con el objetivo de ver diferentes posibilidades de organización y oportunidades y retos que pueden darse para las bibliotecas que comparten espacios con otros servicios, y así identificar los elementos que puedan aplicarse a otros casos.

Los seis casos seleccionados, según los tipos de servicios compartidos, dependencia orgánica, relación, etc. recogen dos modelos principales de centro comunitario, que no se excluyen mutuamente. Uno de los modelos es el centro comunitario promovido desde el sector público (administrado por una organización del sector público, que reúne diferentes servicios bajo un mismo techo). Un impacto positivo de este modelo es que puede ayudar a fomentar formas más integradas de trabajar entre diversas organizaciones y sectores. El otro modelo es el de los centros comunitarios gestionados por organizaciones privadas con diferentes proyectos, actividades y servicios según el caso (a menudo funcionan con un alto nivel de participación de la comunidad local, siendo un lugar donde la gente puede autoorganizarse).

La investigación saca a la luz que la idea de una biblioteca de formar parte de un centro comunitario al lado de otros servicios no es una novedad, pero que en los últimos tiempos está más valorada. También se confirma el hecho de que las bibliotecas parten en buena posición para jugar un rol en los centros comunitarios donde puedan situarse dada la confianza que ya despiertan dentro de las comunidades a las que sirven, el que aportan a través de sus actividades y por su visión de trabajo en red con el entorno. También se ha visto que los tipos de servicios y formas de relación con la biblioteca en los centros comunitarios varían mucho de un sitio a otro, dependiendo de las circunstancias locales. De hecho, el éxito del centro comunitario se basa en la medida en que refleja y responde a las necesidades locales. Igualmente, se ha visto que cuando las bibliotecas están ubicadas en centros comunitarios, hay beneficios evidentes tanto para la biblioteca como para los otros socios y servicios del edificio y toda la comunidad. Finalmente, se observa que el hecho de cambiar a un modelo de trabajo en un centro comunitario genera cierta inseguridad, normal en el proceso, pero esto se ha ido superando, en los casos objeto de estudio, por los beneficios, que apuntan hacia una sostenibilidad a largo plazo de las bibliotecas locales.

Esta perspectiva de organización de los servicios comunitarios permite más eficiencia en el uso de los activos y reducción de costes, y también orienta hacia una gestión más participativa en la prestación de servicios. A pesar de estos beneficios aparentes, el estudio muestra que hay una tendencia a mantener las «capillitas», sobre todo a la hora de compartir recursos limitados de unos y otros, así como el miedo a perder la propia identidad dentro de la comunidad de servicios. 

El rol de las bibliotecas en los centros comunitarios. ¿Alguna novedad? 

El estudio reconoce que las bibliotecas pueden considerarse centros comunitarios o hubs por sí solas, dado que ya son un espacio abierto y de acogida donde la gente puede acceder a la información, recibir apoyo en diversas áreas, probar cosas nuevas y un espacio donde las desigualdades en la sociedad ya se tienen en cuenta. El rol de las bibliotecas como parte esencial de la vida comunitaria, con la capacidad de alimentar el sentido de arraigo y pertenencia es un tema bastante trabajado, y los autores del estudio recuerdan que esta cuestión hace ya tiempo que interesa tanto en el ámbito profesional de las bibliotecas como en el ámbito de las políticas públicas a nivel local. Se valora la contribución de la biblioteca en diversos ámbitos sociales, desde el apoyo al empleo, promoción de estilos de vida saludables, el acceso a la cultura, y muchos otros. 

Según el estudio, a partir de aquí, hay dos elementos que pueden ser especialmente positivos para las bibliotecas, si se refuerza la perspectiva de compartir con otras entidades o servicios públicos, u organizaciones privadas. El primer elemento es la oportunidad de compartir edificios y costes con servicios comunitarios, especialmente cuando la biblioteca se encuentre actualmente mal ubicada respecto al centro de la comunidad, el edificio actual sea demasiado caro de mantener o de renovar. El segundo elemento es cuando las bibliotecas forman parte de un centro comunitario que les permite beneficiarse de estar en un lugar visible, de paso, en espacios donde las personas ya acceden a los otros servicios. Finalmente, si se hace realmente respondiendo a la realidad del entorno, el espacio compartido puede facilitar la capacidad de mejorar el acceso a los usuarios más vulnerables, atraer nuevos usuarios que no hayan visitado previamente una biblioteca y crear experiencias conjuntas y oportunidades que sean más fáciles de mantener juntamente con otros, gracias a la proximidad.

El estudio presenta tres tipos de gestión de las bibliotecas: 1) gestionadas por el gobierno local, 2) dirigidas y mantenidas con presupuesto del gobierno local pero gestionadas por la comunidad, por ejemplo con voluntarios, o bien creada y financiada por el ente local pero entregada a una organización como una empresa social o fundación; y 3) finalmente, las bibliotecas totalmente gestionadas por la comunidad o por otra organización sin ningún tipo de apoyo público (sea el edificio de propiedad pública o no). 

El cuadro de las diversas tipologías de centros comunitarios incluye los espacios físicos: edificio de nueva planta, edificio de la biblioteca que se adaptaría a nuevos usos creando nuevos espacios para dichos usos, traslado de la biblioteca a otro edificio donde ya existen otros servicios comunitarios, o biblioteca ubicada en pequeños centros comunitarios de barrio. 

Por lo que se refiere al cómo y con quién se colabora, puede ser que la biblioteca sea el centro del espacio comunitario y que facilite partenariados en diversos espacios de la biblioteca con servicios, clubs y/o grupos que utilicen los espacios, pero sin compartir recursos humanos; en otro caso la biblioteca sería un colaborador más en el edificio compartido con otros (servicios de salud, atención a la infancia, sociales, comerciales...), todos se interrelacionan pero siguen sin compartir los recursos humanos; finalmente, hay el caso de la integración de servicios, compartiendo personal entre la biblioteca y los otros servicios. 

En cuanto a las actividades y servicios que se ofrecerían, se ve claramente que en el centro comunitario podrían existir tanto diferentes servicios y proveedores implicados, como tan solo unos tipos de servicios y actividades con un tema o interés más concreto. Los diversos ámbitos de la muestra del estudio incluyen colaboraciones con entidades y/o servicios de los ámbitos de salud y bienestar, empleo, niños y jóvenes, cultura y ocio, otros servicios sociales (ayudas a la vivienda, etc.), y otros como cafés.

El estudio presenta los seis casos, pero deja claro que ni son extrapolables a otros lugares ni a otros momentos históricos. En cualquier caso, ayudan a entender cómo es el entorno quien determinará el tipo de centro comunitario, y también aportar estímulos para la adaptación de las bibliotecas ante un futuro incierto, con los recortes de los gobiernos locales, el descenso en el uso del servicio de préstamo, etc.

¿Qué aporta este estudio a la comprensión de nuestra realidad de biblioteca pública desde la perspectiva del centro comunitario?

El estudio presenta tres modelos de gestión de las bibliotecas, en nuestro caso solo hay el primero, las gestionadas por los gobiernos locales. Pero aun con la diferencia de contexto legal y de tradición bibliotecaria, este estudio, por una parte nos confirma en la idea de la biblioteca pública como este centro de la comunidad, que tiene sentido en relación con el entorno en el que vive, recibiendo y aportando valor. Por otra parte, nos abre a nuevas posibilidades que todavía no se contemplan en nuestro contexto: una estrecha relación y orientación de los usuarios entre la biblioteca y otros servicios locales (de salud o de salud mental, de atención a la primera infancia, de apoyo a la vivienda, etc.), y también la apertura a una estrecha colaboración con otros servicios de ocio, como gimnasios o centros deportivos.

Personalmente, desde mi propia experiencia en el barrio del Fondo de Santa Coloma de Gramenet, una biblioteca como la del Fondo, ubicada en un edificio multifuncional (con mercado, supermercado, guardería y biblioteca), me doy cuenta de cómo, aun compartiendo edificio, el diseño arquitectónico nos ha separado de una manera casi irremediable y, consecuentemente, ha alejado a los usuarios y clientes de unos y otros. Todo lo contrario de lo que se busca de promover a partir de este estudio. Al mismo tiempo, no obstante, la ubicación de este edificio en el centro del barrio lo acerca a los servicios de salud, escuelas, centro de normalización lingüística, escuela de adultos, etc. Hay muchas fuerzas en diversas direcciones, y habrá que buscar las sinergias que nos sitúen a todos en una red colaborativa, una especie de hub distribuido en diversas calles. 

Así mismo, en toda nuestra geografía, cada uno puede mirar en su entorno y ver cómo ha llegado hasta donde está y cómo orientar los esfuerzos por maximizar los recursos y dar respuesta a la ciudadanía desde un entorno de acogida y solidario entre los diversos servicios y entidades públicos o privados. Habrá tantos modelos como comunidades, barrios o ciudades. 


1 Renaisi es una empresa social, fundada en 1998 en el barrio de Hackney al este de Londres. Entre sus líneas de trabajo actuales hay la de ofrecer servicios de consultoría a organizaciones y gobiernos locales para mejorar sus servicios de apoyo a la comunidad, partiendo de lo que está funcionando y por qué. Aportan elementos para medir el impacto de sus acciones y conocer donde se crea valor y, a partir de aquí, cómo tomar las decisiones más adecuadas de cara al futuro, escuchando y aprendiendo de la práctica y la experiencia.

2 Entidad pública que anima, desarrolla e invierte en experiencias artísticas y culturales que enriquecen la vida de las personas; apoyan actividades del mundo de las artes, museos y bibliotecas (teatro, lectura, música, literatura, danza, arte digital, artesanía, etc.)