Propera parada: finalizar las obras de tranvía

 Vitalina Koshevaya

Las obras del nuevo tranvía de la Diagonal se aceleran antes de las municipales en Barcelona con la previsión de que en 2024 se pueda viajar de Glòries hasta Verdaguer. Sin embargo, las discrepancias entre los partidos políticos dejan una pregunta pendiente: ¿prolongará el próximo alcalde de la ciudad el tramo hasta Francesc Macià o cerrará este proyecto urbanístico?

Las obras para conectar las dos redes del tranvía por la Diagonal es un proyecto del pasado que ha aparecido en los debates políticos desde el año 1987. Cuando en 2001 la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona (ATM) presentó el Plan Director de Infraestructuras (PDI) 2001-2010 para unir la periferia con el centro, nacieron dos proyectos urbanísticos: TramBaix (desde el bajo Llobregat) y TramBesòs (desde Besòs). TramBaix empezó a funcionar en abril de 2004 y TramBesòs un mes después. Así se enlazaron ocho municipios cercanos a Barcelona con dos redes distintas, divididas por la Diagonal.

La Diagonal quedó como un asunto pendiente hasta que en 2010 se celebró una consulta popular sobre su reforma, implementada por el entonces alcalde socialista Jordi Hereu. La consulta fracasó: solo un 12,2% de los barceloneses votó y más del 78% de ellos prefirió dejar la Diagonal como estaba. Con el siguiente alcalde de Barcelona, Xavier Trias, el proyecto de tranvía no prosperó y se quedó en un cajón. 

La llegada de Ada Colau en 2015 y las ideas de urbanismo táctico reactivaron los debates sobre el tranvía. Tras siete años, la iniciativa de conectar los dos tramos existentes fue aprobada por Barcelona en Comú, ERC, el PSC y la CUP. 

El proyecto de tranvía, uno de los medios de transporte más ecológicos, prevé reducir la contaminación en Barcelona, sobre todo en Eixample, y aumentar la capacidad para transportar pasajeros. “Cada día 350.000 vehículos atraviesan Eixample, convirtiéndolo en el territorio catalán más contaminado. Estamos cinco veces por debajo de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad”, explica Luca Telloli, miembro de la Plataforma Vecinal Eixample Respira, e insiste en la idea de sustituir los coches por el transporte público. Según ecomovilidad.net, un tranvía equivale a 2 o 3 autobuses en hora punta. Además, produce menos emisiones de CO2 y menos ruido.

Aunque las obras se ejecutan a gran velocidad, su segunda fase aún está por determinarse. Xavier Trias (Junts per Barcelona), Daniel Sirera (PP), Eva Parera (Valents) y Ana Grau (Ciutadans) todavía manifiestan su negativa hacia el proyecto.

Trias ha afirmado, en la conferencia de Barcelona Global y La Vanguardia,  que “el tranvía es un error”. Sin embargo, el candidato ha sorprendido al decir que si lo “agobian mucho”, consultará a la ciudadanía sobre la continuidad del tranvía. Respecto a esta intención, Ernest Maragall, candidato de ERC, ha asegurado que Xavier Trias “sigue instalado en 2011” – año en el que ganó las elecciones- porque plantea la “posibilidad de interrumpir” la infraestructura actual. Por su parte, Maragall apoya el proyecto, pero quiere acelerar el proceso para que no “tarde siete u ocho años”.

Además de ERC y BComú, la unión de las dos redes de tranvía es apoyada por el PSC. Jaume Collboni, alcaldable de PSC, ha defendido la conexión no sin recordar que el proyecto se implementó en su momento “gracias a  un conseller de Territorio y Sostenibilidad [Damià Calvet] que hoy está en la candidatura de Trias”. Damià Calvet ha sido consejero en la Generalitat en 2018-2021, cuando avaló la unión del tranvía como una gran necesidad para los barceloneses. Paradójicamente,  el ex conseller es ahora el número cinco en la lista de Xavier Trias.

Futuras paradas del tranvía se construyen de a poco, pero los 2.000 metros que faltan para acabar las obras no dejan de provocar debates políticos. Dónde acabará el tramo en 2024, en Verdaguer o en Francesc Macià, lo definirá el próximo alcalde de Barcelona.