Redes sociales y la apertura a nuevas formas de hacer campaña

El uso de las redes sociales se ha normalizado en el día a día de las personas. El 63,2% de los españoles han hecho uso de alguna red social en 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Este número explica por qué cada vez es más común encontrarse con políticos mientras se navega por las distintas plataformas existentes. 

Marcelo Osorio Rodríguez

En España la pirámide poblacional ilustra que la ciudadanía es, cada vez, de mayor edad. Por esto, muchas de las propuestas de campaña van enfocadas a ellos y suelen ser los primeros a la hora de votar. Pero la llegada al público joven es más compleja, y con las redes sociales se ha simplificado. “Muchas veces los partidos potencian políticas para gente mayor justamente porque hay más mayores. Las redes sociales vienen a revertir esto. Intentar la proximidad con las personas jóvenes, para que voten, participen y se haga una política para y con los ciudadanos de todas las edades”, señala Laia Márquez, politóloga e investigadora del Centro de Investigación y Gestión de la Administración Pública en la Universidad de Girona.

El rango de edad con mayor presencia en redes sociales es entre 16 y 24 años.  El 93% de ellos las ha utilizado, lo que explica que sea atractivo para los partidos políticos posicionar a sus candidatos allí. Adrián Caballero, periodista y politólogo, afirma: “si tengo un target joven o necesito reforzar al target joven, busco las redes sociales donde se puedan mover”. Y agrega: “el candidato persigue un público concreto al lanzar de una determinada manera un mensaje. Adapta sus palabras y su tono, pero también busca el lugar donde mandar el mensaje de acuerdo con el público que se busque llegar”. Por esto, también es común que los candidatos hagan uso de más de una red social, sea Instagram, Twitter, Tik Tok o Facebook.

Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona, es una de las candidatas a las elecciones municipales que se destaca por su actividad en las redes sociales. “Colau es una persona muy activa en redes sociales. Tiene proximidad y los otros partidos han ido copiando esta idea. Se abre esta ventana de oportunidades y se van sumando”, señala Laia Márquez. La candidata llega a más de 170.000 seguidores – entre TikTok e Instagram – y supera el alcance del conjunto de los candidatos. En sus redes sociales comparte sus actividades y, también, responde de manera directa a las preguntas de sus seguidores, una de las grandes facilidades que dan estas aplicaciones para conectar de manera directa con los potenciales votantes. Por otro lado, con el uso de estas aplicaciones, se aumenta el alcance del mensaje y gracias a los algoritmos, el perfil de un candidato aparece en la búsqueda de usuarios que les pueda interesar lo que propone. “Hay canales como TikTok que conectan directamente con el público joven y  dan herramientas para mostrarse y ser encontrado”, explica Caballero.

Sin embargo, el uso de las redes sociales y la importancia de llegar a la población joven no significa que se dejen de lado otras formas de comunicación, pues una elección no se gana solo con los votantes jóvenes. “A un partido político o un candidato, lo podemos ver utilizando TikToks muy bien trabajados pero no quiere decir que la campaña haya dado un vuelco y que se centre en los jóvenes. Sin los mayores de 50 es imposible ganar una elección”, argumenta Caballero. “Mientras el partido prepara cortes para TikTok, la parte más senior está preparando entrevistas para todo público. Si no tienen presencia en medios tradicionales, pierden a los adultos y jubilados”, agrega el politólogo. 

Ernest Maragall es un candidato que ha innovado en estas elecciones. El representante de ERC habilitó un número de Whatsapp donde dedica parte de su tiempo a responder mensajes a quienes deseen contactarlo. De esta forma, contesta directamente y logra una mayor cercanía con los posibles votantes. Inclusive, los encargados de administrar la aplicación publican, en otras redes sociales, vídeos con las respuestas del candidato, con el fin de alcanzar a distintos públicos. “Los candidatos pueden relacionarse con la gente de manera rápida, sencilla e inmediata”, señala Márquez. Y eso es justamente lo que buscan implementar estas formas de campaña. 

Otra apuesta llamativa en cuanto al uso de redes sociales es la utilizada por Anna Grau, candidata de Ciutadans. La periodista comenzó a realizar transmisiones en la plataforma Twitch. La candidata utiliza, como nombre de usuario, el pseudónimo ‘CitizenGrau’ y comenta distintos temas relacionados a Barcelona y al futuro. En sus streamings suele interactuar en el chat, pues como partido buscan una comunicación directa y sin intermediarios con los votantes.

El resto de los candidatos no se queda atrás en cuanto al uso de las redes sociales. En la siguiente galería se muestran ejemplos de cómo utilizan sus plataformas. Jaume Collboni es un recurrente usuario de Instagram al igual que Daniel Sirera y Xavier Trías.

Sin embargo, pese a que las redes sociales generan una apertura de las oportunidades políticas, también pueden traer consecuencias negativas. Ejemplo de esto es la manipulación de la información y el caso de Cambridge Analytica, empresa británica especializada en análisis de datos, que se le acusó de influir en el resultado de las elecciones estadounidenses del año 2016. Según Laia Márquez, preocupa que algo así pueda ocurrir en España, ya que “legalmente no hay normativa que lo pueda regular en el contexto español”, explica la politóloga. Pero ese no es el único problema. “En la realidad actual, muchas veces, se crea una gran confrontación y polarización”, agrega la investigadora. El abandono indefinido de twitter de Ada Colau en 2021 es un ejemplo de eso.

“Ahora tienes canales de comunicación directa donde podrán captar el ambiente que se respira en las redes, la reacción a tal propuesta y los temas que más se comentan”, señala Adrián Caballero. El desafío es constante para los responsables de comunicación de los partidos. Las redes sociales son, cada vez,  un mejor canal de comunicación con los potenciales votantes y cada plataforma cumple un objetivo: apuntar a un público  concreto, por ello, la diversificación de medios necesaria para que cada candidato interactúe con los ciudadanos.