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La respuesta de las bibliotecas públicas a la pandemia: una mirada desde Australia

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Maite Comalat
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)


ALIA Australian Public Library Alliance public library survey (2020). Deakin, ACT: Australian Library and Information Association. 16 p. Disponible en: <https://read.alia.org.au/alia-australian-public-library-alliance-public-library-survey>. [Consulta: 25/11/2021]. 


Durante estos meses, han sido diversos los países que, desde las propias administraciones o desde las asociaciones profesionales, han promovido estudios para conocer el impacto que la COVID-19 ha tenido en la prestación y el uso de los servicios bibliotecarios. A continuación, presentamos los principales resultados de la encuesta que la ALIA (Australian Library and Information Association) envió a las 293 bibliotecas públicas del país. Aunque el número de respuestas es poco representativo (un 32,74 %), el informe aporta unos datos interesantes que están en la línea de otros estudios similares. 

La encuesta, que se envió entre el 18 de mayo y el 10 de julio de 2020 a través de Survey Monkey, preguntaba a las bibliotecas públicas cómo habían respondido al confinamiento impuesto por la COVID-19 durante el mes de abril y hasta mediados del mes de mayo (cuando las bibliotecas abrieron con restricciones de prestación de servicio y únicamente atendían solicitudes y devoluciones de préstamo). Las respuestas obtenidas se analizan en un informe que es breve, pero que proporciona una instantánea de cómo el personal de la biblioteca adaptó sus servicios a una situación que cambió el entorno de manera drástica.

El informe recoge en un primer apartado las conclusiones principales y después un análisis detallado de los datos obtenidos. Destacan las siguientes conclusiones:

  1. El 88 % de las bibliotecas continuó aumentando el número de usuarios que se dieron de alta dado que se activó un sistema para poder hacerlo en línea;
     
  2. El período de confinamiento supuso una disminución muy significativa del personal, sobre todo del eventual, tal y como afirman un 16 % de las bibliotecas;
     
  3. El préstamo físico se redujo entre un 76 % y un 100 %, pero el préstamo digital aumentó, aunque no en la misma proporción;
     
  4. El 94 % de las bibliotecas mantuvieron el préstamo físico a través de servicios de recogida, en la propia biblioteca o servicios próximos, o de entrega a domicilio;
     
  5. Las bibliotecas prepararon paquetes temáticos que pudieran acompañar a los usuarios durante el confinamiento, como libros de manualidades o de misterio;
     
  6. El 70 % de las bibliotecas trasladaron al entorno virtual las actividades presenciales. Las transmisiones se efectuaron en directo o en sesiones grabadas a través de YouTube y Facebook y con un número de visualizaciones que aumenta muy significativamente cuando la sesión queda grabada y puede visualizarse posteriormente.

La encuesta se cierra con una pregunta abierta que da una visión amplia y muy interesante sobre los retos y el trabajo realizado y que, en el informe completo, permite ver la diversidad de opiniones recogidas:

  1. La transición a la prestación digital de servicios: las bibliotecas destacan el aumento de la inversión en libros electrónicos y recursos electrónicos y agradecen el apoyo recibido de los servicios centrales y de las asociaciones que han permitido llegar a acuerdos con la industria del libro. Ponen en valor, también, la programación de actividades de aprendizaje y de eventos en línea, la creación de contenido multimedia y el uso de materiales de estudios locales, el uso de programas de videoconferencia y de las redes sociales para promover la conexión y la interacción con la comunidad. Todo ello pone en evidencia la capacidad de innovación del personal, que ha demostrado su creatividad y su destreza digital para responder a un nuevo entorno. 
     
  2. La entrega de artículos físicos: se ha mantenido el préstamo físico a través de puntos de recogida y, entre otras iniciativas, se han creado lotes temáticos. Estos préstamos físicos han sido importantes para las personas confinadas y los grupos más vulnerables. 
     
  3. La respuesta del usuario de la biblioteca: el cierre ha hecho que los usuarios se den cuenta del uso que hacían de la biblioteca y su respuesta pone en evidencia el agradecimiento por los nuevos servicios. La rápida reacción de las bibliotecas ha tenido, además, un impacto positivo sobre la reputación del Ayuntamiento.
     
  4. El personal de la biblioteca ha trabajado desde casa y entre bastidores invirtiendo su tiempo en el desarrollo y la prestación de nuevos servicios, pero ha sido una oportunidad para el desarrollo y la formación profesional y, también, para tareas que muchas veces quedan en un segundo plano (inventario, restauración u otras tareas relacionadas con la gestión de la colección).
     
  5. Los nuevos socios se reducen, pero el confinamiento ha permitido llegar a nuevos usuarios a través de los servicios digitales. 
     
  6. Hay que mirar hacia delante, pero se percibe preocupación por la reapertura de las restricciones y la reacción de los usuarios. Algunas bibliotecas están recogiendo información sobre la experiencia comunitaria de la COVID-19 para investigadores.

Un informe con unos resultados que, seguramente, ayudarán a orientar los servicios en el futuro más inmediato en la línea de los estudios que la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona, con la colaboración del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, publicó entre julio y noviembre del año pasado. En este caso, unos estudios más detallados con el objetivo de analizar el tipo de usuarios y los usos de eBiblioCat durante el confinamiento, conocer las percepciones y las opiniones de los usuarios sobre el servicio, analizar la colección y, finalmente, evaluar el impacto del confinamiento en los usos presenciales. Un estudio, este último, que comparte algunos de los datos que dan las bibliotecas australianas por lo que se refiere, por ejemplo, al aumento del préstamo digital aunque sin llegar a compensar la disminución de los préstamos presenciales.