La lectura vista por otros ojos

Teresa Mañà
Departamento de Biblioteconomía y Documentación
Universitat de Barcelona


Entre las actividades que ha puesto en marcha el Observatorio del Libro y la lectura del Ministerio de Cultura se encuentra este estudio sobre los hábitos lectores de un sector de la población cada vez más numeroso.

Se trata de un estudio cualitativo sobre una muestra no especificada de cuatro nacionalidades con presencia mayoritaria en el distrito de Arganzuela (Madrid) donde próximamente se instalará una sede de la FGSR. El estudio, elaborado a partir de entrevistas individuales y grupales a colectivos de Europa del Este (Rumanía, Bulgaria, Ucrania), China, Iberoamérica (Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia) y Marruecos tuvo en cuenta, también , la segmentación hombre / mujer; adulto / niño; lector / no lector. El objetivo primordial del estudio era disponer de información sobre el comportamiento lector o no lector del colectivo de inmigrantes y, en concreto, quería conocer cuatro aspectos: qué significado atribuyen a la lectura, las motivaciones que les llevan a leer, las ideas «preconcebidas» vinculadas a la lectura y los elementos que inhiben la práctica de la lectura. El informe de la investigación, no muy extenso, se inicia con unos capítulos sobre las variables psicológicas y ¡socioeconómicas de los colectivos, los que siguen los resultados obtenidos, complejos y difícilmente concluyentes ya que que las características socioculturales y de comportamiento de cada grupo son muy diferentes.

Mirando al futuro: ¿cómo la tecnología puede cambiar las bibliotecas?

 
Lluís Anglada
Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Cataluña

Pocos mundos como el de las bibliotecas y pocas profesiones como la de los bibliotecarios han vivido tan intensamente y desde tan pronto los cambios producidos por las novedades tecnológicas que nuestra sociedad es capaz de producir de forma continuada desde mediados del S. XIX. Hay que añadir a la anterior que las novedades tecnológicas van apareciendo a un ritmo que se acelera enormemente a partir de la irrupción de los ordenadores y aún más a partir de la combinación de los mismos con la capacidad de transmitir información a través de las redes telemáticas.

Hay dos motivos que han hecho que las bibliotecas hayan sido siempre receptoras tempranas de las innovaciones tecnológicas. Por un lado, muchas de las tareas que forman los servicios bibliotecarios (los préstamos, por ejemplo) son rutinarios y repetitivos, y, por tanto, candidatos ideales a ser mecanizados o automatizados. Por otra, muchas bibliotecas están en entornos como universidades o centros de investigación que tienen gran capacidad de aplicación de nuevas tecnologías y que encuentran en las bibliotecas unas organizaciones predispuestas para la innovación.
   
Sea lo que sea lo que haya pasado en las últimas décadas, hay que mirar adelante y detectar cómo las innovaciones tecnológicas influirán en las bibliotecas del futuro. Y eso es lo que hace la Office for Information Technology Policy (OITP) de ALA que en 2008 creó el programa America's Libraries for the 21st Century. Lo que motiva el informe que reseñamos es que, en el S. XXI, "por ser relevante, cualquier institución, incluso las que como las bibliotecas están bien establecidas, deben evaluar cuál es su lugar en un mundo que cada vez vive más en línea".

Gallica y Google: políticas de digitalización en Francia

 
Lluís Agustí
Facultat de Biblioteconomía y Documentación
Universitat de Barcelona
 

La Bibliothèque nationale de France (BnF) ha sido pionera en los proyectos de digitalización en Europa desde que presentó su primera versión de Gallica en 1997. La biblioteca digital francesa pretendía preservar y difundir a través de Internet los fondos patrimoniales de la BnF en particular y de la cultura francesa en general. Pero muy pronto se convirtió en algo más que una biblioteca digital, en cierto modo representó y representa aún el gran proyecto europeo alternativo a la digitalización llevada a cabo por Google.

Esta alternativa se estructuró y tomó forma a partir de la labor bibliográfica y de selección de los materiales de Gallica, ante la digitalización masiva llevada a cabo por Google Books, por la vindicación de la "diversidad" de las otras culturas (i.e. la francesa) , ante el monopolio anglófono del buscador, y finalmente por la defensa de los derechos de los editores y los autores, ante el uso legalmente dudoso de las obras bajo derechos vigentes por parte de Google.

Recordaremos que esta reivindicación franco-europea ante Google tomó forma definitiva cuando el antiguo director de la BnF, Jean-Noël Jeanneney, publicó en Le Monde en 2005 "Quand Google défie l'Europe". Francia quería liderar un proyecto francés y europeo que hiciera frente a la voluntad totalizadora del buscador americano.

Mueran los buscadores, vivan las bibliografías!


Amadeu Pons
Facultad de Biblioteconomía y Documentación
Universidad de Barcelona
 
Ya me perdonarán los lectores por el título tan irreflexivo y encendido, que no me creo ni yo mismo. Cada cosa a su tiempo, como los higos en agosto: cada tipo de recurso informativo es mejor para una situación o para otra. No se puede decir que este sea mejor que aquel, sino que nos resuelve mejor una determinada necesidad informativa.
Que Google es una herramienta imprescindible para la vida moderna está fuera de duda, como también lo es que su buscador encuentra todo lo que está disponible en la red: tanto lo bueno como lo malo. A veces nos permite encontrar una aguja en un pajar ... ya veces nos hace perder el tiempo y nos desespera: todo depende de las circunstancias y las situaciones.

¿El mayor peligro de la automatización?

Xavier Agenjo Bullón
del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos
Director de Proyectos de la Fundación Ignacio Larramendi

No sólo las bibliotecas sino el conjunto de las actividades sociales están siguiendo a un ritmo crecientemente acelerado el título del ya clásico libro de Negroponte Being Digital (1995). Sin embargo, y de forma, en mi opinión, alarmante, ese enorme mundo digital no está siendo salvaguardado para su reutilización en cualquier momento. Si atendemos a las estadísticas de lo que contiene la Web en la actualidad y pensamos qué parte de esa información está siendo efectivamente preservada con una perspectiva de largo plazo… No, mejor será que no lo pensemos.

Al igual que parece existir un desconocimiento generalizado de que todo papel fabricado a partir, digamos, del segundo tercio del siglo XIX posee un pH ácido que va produciendo su degradación espontánea y que hará que muy pocos libros, documentos, etc., sobrevivan al siglo XXI y a pesar de que existe una norma para fabricar papel no ácido conforme a la norma ISO 9706:1994, parece existir un desconocimiento absoluto sobre los problemas que pueden darse para volver a utilizar información digital pasado ya algún tiempo. Alguna noticia aislada sobre determinados archivos de la NASA de los años 60 que no han podido recuperarse; problemas en Inglaterra sobre la ilegibilidad de ciertos CDs e incluso DVDs;  en resumen, nada.

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