Leer favorece la empatía

En uno de sus artículos, David Bueno, relata:

La lectura incrementa la capacidad de deducir qué piensan otras personas. Y para ver hasta qué punto la lectura de obras literarias de ficción puede contribuir a desarrollar estas capacidades, Kidd y Castano diseñaron una serie de experimentos que realizaron con un numeroso grupo de personas voluntarias. Primero, les pasaron unas pruebas estandarizadas que permitían valorar la capacidad de deducir el estado emocional y las intenciones otras personas a través de imágenes faciales.
Después, les invitaron a leer fragmentos significativos de varios libros de ficción de reconocida calidad literaria —no necesariamente best sellers—, obras de ficción de poco valor literario y obras divulgativas sobre temas diversos. Finalmente, les volvieron a pasar los cuestionarios. El resultado fue muy clarificador.

Los participantes que habían leído obras de ficción de reconocida calidad literaria obtenían más puntuación en la segunda prueba que en la primera, mientras que los que habían leído otros tipos de libros obtenían la misma puntuación en ambas pruebas. Es decir, los del primer grupo habían mejorado temporalmente su capacidad de deducir el estado emocional y las intenciones de las otras personas.

Traducido del artículo de David Bueno: «Entrenar la ment amb la lectura afavoreix l’empatia»  [Entrenar la mente con la lectura favorece la empatía]  publicado en Diari Ara, 2014

Te sugerimos algunos principios

Somos seres que vivimos y nos hacemos en el acto de conversar. Todo lo que nosotros, los seres humanos, ejercemos como tales, lo hacemos contando historias trabadas en conversaciones. Las historias nos ayudan a comprender mejor los hechos y las situaciones.

Todo el mundo explica historias. La chiquillería cuando no quiere ir a la escuela o la abuela que recuerda su juventud. Entablar una tertulia tomando un café, dar una clase, querer alguna persona, dar una conferencia, etc., consisten en explicar historias, También escribir libros lo persigue.

FORÉS, Anna; GRANÉ, Jordi. La resiliencia.

De todos los lugares que recorremos durante la vida, el más extraordinario seguramente sea el país de la niñez. Un territorio que desde la mirada retrospectiva de la adultez se vuelve cándido, ingenuo, colorido, onírico, lúdico, vulnerable.

Es curioso. Este país del que todos fuimos ciudadanos es difícil de recordar y reconstruir sin desempolvar fotos que, a la distancia, vemos en tercera persona, como si aquel niño fuera otro y no nosotros mismos en otro tiempo. Ni qué hablar de la primera infancia, que de tan lejana y borrosa se vuelve pura amnesia.

SIGMAN, Mariano. La vida secreta de la mente.

Como ha pasado con la naturaleza y la cultura, con frecuencia se ha situado la evolución y la educación en esferas opuestas. Nuestro objetivo aquí es reunirlas. El Cerebro ha evolucionado para educar y ser educado, a menudo de manera instintiva y sin esfuerzo. El cerebro es la máquina gracias a la cual se producen todas tas formas de aprendizaje: desde las ardillas pequeñas que aprenden a partir nueces, las aves que aprenden a votar o los niños que aprenden a ir en bicicleta y a memorizar horarios hasta los adultos que aprenden un idioma nuevo o a programar el vídeo.

BLAKEMORE, Sarah-Jayne; FRITH, Uta. Cómo aprende el cerebro: Las claves para la educación.

Cuando desperté, habíamos empezado ya el descenso. Me había quedado dormido lo suficiente para perderme el anuncio de que iniciábamos la maniobra de descenso, y el parte sobre el tiempo. Durante aquel rato no había tenido conciencia de mí mismo ni de lo que me rodeaba. Había estado sin sentido, inconsciente.

Pocas cosas en nuestra biología son tan triviales en apariencia como este producto que conocemos con el nombre de conciencia, la portentosa aptitud que consiste en tener una mente provista de un propietario, de un protagonista para la propia existencia, un sujeto que inspecciona el mundo por dentro y a su alrededor, un agente que en apariencia está listo para la acción.

DAMASIO, Antonio. Y el cerebro creó al hombre.

¿Por qué elegí ser maestro? Porque los maestros podemos abrir puertas y ventanas para que los niños se conviertan en personas plenas, porque está en nuestras manos el empujarles hacia delante para que ellos mismos construyan su presente y su futuro. Podemos hacerles que participen en la sociedad para que nos ayuden a cambiar las cosas. Y para eso también hemos de ofrecerles herramientas. Que sepan cómo expresar una emoción o un pensamiento, que conozcan cómo defender un argumento o aceptar las equivocaciones. Que consigan ser seres resilientes y que esa flexibilidad los transforme en personas más sociales, para poder luchar así por escapar de la individualidad y el egoísmo que, sin darnos cuenta, se convierten muchas veces en parte de nuestra vida.

BONA, César. La nueva educación.

¡Atento todo el mundo!

Imaginemos que alguien a nuestro alrededor grita esta frase: ¿qué reacción provoca en quien la escucha?, ¿qué cambios produce a nivel corporal?, ¿y en el modo en que el cerebro procesa la información? Es probable que las personas orienten su mirada hacia quien habla, y si quien grita lo hace al entrar en un banco, muy probablemente la frase produzca una subida mayor de adrenalina en quienes la escuchan que si la pronuncia un profesor en clase. Pero ¿qué sucede en el cerebro de alguien que atiende?, ¿cómo se procesa la información que llega al cerebro a través de nuestros sentidos cuando es atendida?, ¿cambian en algún modo nuestras acciones cuando se producen estando atentos? ¿Podemos lograr que nuestro cerebro trabaje en modo atento sin necesidad de que alguien nos inste a prestar atención? En definitiva, ¿qué es la atención?, ¿qué significa estar atento?, ¿en qué se diferencia el estado atento del inatento? Y, sobre todo, ¿para qué sirve estar atento?

RUEDA, Charo. Educar la atención con cerebro.

Esperamos tus sugerencias

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