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¿Cómo financiar el acceso abierto en ciencias humanas y sociales? Una bienintencionada propuesta

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Ernest Abadal
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona
 

Kennison, Rebecca; Norberg, Lisa. A scalable and sustainable approach to open access publishing and archiving for Humanities and Social Sciences. KN Consultants, 2014.
(http://knconsultants.org/toward-a-sustainable-approach-to-open-access-publishing-and-archiving/) [Consulta:01/09/2014].

Está claro que el acceso abierto ha avanzado mucho más en la teoría que en la práctica y esto se debe, en buena medida, a la ausencia de un modelo de financiación adecuado. Los APC (article processing charge) —las cantidades que paga el autor para compensar los costes de edición— sólo han tenido éxito en revistas de ciencias experimentales, tecnología y biomedicina. Es un sistema poco adecuado para determinadas disciplinas, como las ciencias humanas y sociales (CHS), en las que los autores tienen muchas dificultades para financiar su investigación.

Dar una respuesta adecuada a la financiación de publicaciones en CHS es lo que ha impulsado a Rebecca Kenniso y Lisa Norberg —dos consultoras actualmente vinculadas a las bibliotecas de Columbia University y Barnard College, respectivamente— a elaborar este informe relativamente breve (43 p., pero con otras 40 de anexos interesantes) en el que proponen un modelo "sostenible y escalable" para conseguir que las publicaciones científicas en CHS estén en acceso abierto.

¿Cómo funciona el modelo?

La propuesta está pensada inicialmente para artículos y monografías aunque se puede hacer extensiva a cualquier otro tipo de publicación. Los agentes implicados son tres:
a) Sociedades científicas: se trata de un tipo de editor muy habitual en CHS y la propuesta se centra, de entrada, sólo en ellos. No habla del papel que tienen y pueden tener los editores comerciales.
b) Instituciones de educación superior: son las universidades, aunque también se incluirían instituciones que se aprovechan de las publicaciones para la búsqueda. Deben financiar el modelo con sus presupuestos.
c) Bibliotecas académicas: tienen que ocuparse de la organización de los contenidos y de ofrecer apoyo técnico para la publicación.

Las instituciones de educación superior pagarían anualmente unas tarifas calculadas en base al número de estudiantes y de profesorado a tiempo completo para compensar los costes de edición. Se trataría de unas cantidades que, globalmente, serían más modestas que las que se invierten en estos momentos. Estas aportaciones irían a un fondo centralizado que financiaría, de manera competitiva, las infraestructuras y los costes de publicación, la distribución, el acceso y la preservación de publicaciones científicas de las sociedades científicas y otros agentes editores. Existiría un proceso de evaluación y un comité de gobierno para resolver las adjudicaciones.

La propuesta es gradual, aunque no se indica ninguna periodización temporal precisa.
Contempla una fase de lanzamiento (las universidades sólo pagarían el 10%), otra de prueba (1038 instituciones pagarían unos 57 M de dólares) y, finalmente, la expansión y la adopción global.

Un precedente de este modelo es SCOAP (http://scoap3.org), centrado en una disciplina muy concreta (física de altas energías) y con una veintena de países implicados que pagan unas contribuciones en función de sus publicaciones científicas en este ámbito.

A destacar

a) La biblioteca y el apoyo a la edición
El informe reconoce el papel pionero que han tenido las bibliotecas en la defensa del acceso abierto, los muchos y notables esfuerzos que han llevado a cabo para ayudar a los autores (tanto en la consulta de contenidos académicos como en la publicación) y su liderazgo en la creación de servicios e infraestructuras para la investigación (repositorios, especialmente). También se refiere a los bibliotecarios destacando sus competencias en la selección, la organización y la preservación de los contenidos académicos. Por todo ello, pide que se impliquen a fondo en los proyectos de publicación que deben presentar los editores. Estas consideraciones suponen modificar la orientación actual de la biblioteca universitaria, que pasaría de ser "compradora" actuar como "editora" y "preservadora".

b) Preservación
En el título del informe aparece el término "archiving" y no sólo "publishing" y esto es un claro indicador de la importancia (en extensión e intensidad) que se da en el documento al sistema de archivo y preservación de los contenidos, en general relegado siempre de las prioridades.

Las dudas

Se trata de una propuesta simple y aparentemente lógica pero, a la vez, un poco ingenua y cargada de dudas. En ninguna parte del informe, además, se hace referencia a las posibles limitaciones o problemas que la propuesta puede suscitar. Destacamos tres dudas fundamentales:

a) Asignación de costes demasiado simple
El cálculo para los pagos se basa exclusivamente en el número de estudiantes y de profesorado a tiempo completo, para cada uno de los cuales se tienen que pagar 5 euros. Esta simplicidad en el cálculo hace que la Universidad de Barcelona, única española que consta en la lista del millar de instituciones, tendría que pagar 438.000 dólares (por unos 80.000 alumnos y 4.000 profesores). Es la tercera institución que más paga: ocho veces más que el MIT, cuatro veces más que Cambridge y UCLA, y tres veces más que Harvard, por poner sólo algunos ejemplos de universidades de la máxima reputación (y presupuesto) que todo el mundo conoce.

No se tienen en cuenta indicadores más afinados y elaborados como puedan ser el gasto actual en revistas publicadas por las sociedades científicas (un parámetro utilizado por el CBUC para la distribución de los costes) o el nivel de investigación (indicador en el que se basa SCOAP, antes mencionado).

b) Dificultades en la coordinación internacional
El modelo exige una coordinación internacional difícil de imaginar y también unos acuerdos entre universidades y editores para los que, en estos momentos, no hay foros o entornos donde se puedan discutir y establecer. Las tarifas parecen difíciles de aceptar sin discusión por parte de las universidades y, menos aún, a gran escala.

c) Gestión económica compleja
No se entra en detalles sobre el funcionamiento del sistema de recaudación, que ya se vislumbra muy complicado. La base es la libre aportación y esto puede crear problemas y disfunciones para recaudar las tarifas de instituciones que, en un momento determinado, no quieran o no puedan transferir sus contribuciones.

En resumen, se trata de una bienintencionada propuesta que requeriría de un grado de consenso, acuerdo y buena voluntad por parte de las universidades que ahora mismo no se ve. Habrá que ir pensando otras fórmulas para facilitar la evolución hacia el acceso abierto en humanidades y ciencias sociales. En este sentido, el ejemplo de Brasil, con una política que ha permitido que más del 90% de sus revistas estén en acceso abierto, es un modelo a analizar con detenimiento1.


1. Rodrigues, R.; Abadal, E. (2014). "Scientific journals in Brazil and Spain: alternative publishing models". Journal of the Association for Information Science and Technology, (http://dx.doi.org/10.1002/asi.23115)