ACADREAMIA servicio de alquiler de libros de texto

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Julio Alonso Arévalo
Departamento de Traducción y Documentación

Universidad de Salamanca


Textbook rental service. http://www.acadreamia.co.uk/

Ya a casi nadie sorprende, o al menos así debería de ser, la aparición de nuevos modelos de negocio en relación al libro y las tareas que tradicionalmente realizamos los profesionales de la información, cuyo origen a veces se pierde en el devenir de los siglos. Quienes llevamos al menos una veintena de años en la profesión hemos tenido la gran fortuna de haber sido testigos de primera línea en este viaje iniciático cuyo principio fue próximo a la tradición casi milenaria del bibliotecario y cuyo final está por escribir. Actualmente en la profesión existe una gran incertidumbre sobre hacia dónde nos dirigimos y cuál debe ser la naturaleza de los servicios de información, ello también es en cierta manera lógico, ya que ahora más que nunca somos intermediarios que realizamos una serie de tareas poco visibles y definidas, que a veces son atribuidas a otros profesionales como editores, gestores o informáticos.

Acadreamia se presenta como el servicio número 1 en Reino Unido de préstamo de libros científicos para estudiantes, a unos precios que oscilan entre 2 y 10 libras, en función del tiempo de alquiler que puede ser desde 30 a 310 días con la posibilidad también de comprar el propio documento. La web como corresponde a un servicio comercial es minimalista, limpia y muy visual, permitiendo buscar un libro por autor, título o ISBN, pudiendo filtrar la información por área temática. Los libros se entregan en un plazo medio de 3 a 5 días.

Aunque curioso tampoco ofrece nada nuevo en el horizonte, si hacemos un balance de otros servicios en torno al libro, el primer gran hito lo llevó a cabo Amazon en 1995 con la venta de libros a través de Internet y cuyo origen está en el enriquecimiento y puesta en valor de los datos del ISBN estadounidense, a los que añade el poder de sugerencia e identificación de las portadas, sugerencias de otros libros que pueden interesar al cliente, y la posibilidad de introducir y ver comentarios de otros clientes sobre el material que estamos interesados en adquirir. El siguiente paso estaba ya escrito cuando en 2006 la empresa inicia la venta de libros electrónicos a través de su propio dispositivo el lector Kindle. A esta iniciativa le siguió una empresa tecnológica como Sony, que realiza el movimiento contrario montando su propia librería en línea ReaderStore a partir de la presentación de su lector Sony Reader, y finalmente Barnes & Noble la red de librerías más famosa de Estados Unidos con una tradición de casi un siglo ofreciendo su tienda virtual de libros electrónicos con su propio dispositivo "Nook". En este año el gran impacto ha venido desde otra tecnológica como Apple que ha presentado su IPad junto a su propia tienda virtual IbookStore. Recientemente se ha incorporado el gigante Google con Google Ebookstore. Todo ello es una síntoma claro de que algo se esta moviendo en torno al libro.

Otros servicios más cercanos a la profesión que también han sido asumidos por entidades comerciales a través de externalización han sido aquellas tareas más repetitivas como la catalogación, que tuvo un peso excesivo durante muchos años en la profesión, llegando a ser casi quintaesencia de la misma, y actualmente minimizado por la facilidad de compartir metadatos. En el ámbito del préstamo interbibliotecario tenemos una empresa comercial de éxito Subito cuyos clientes somos fundamentalmente las propias bibliotecas, aunque en cierto sentido la idea es próxima a la que ya realizaba la British Library a través del BLDSC, ahora denominado Document Supply Services, entendido como un servicio comercial desde una entidad pública.

Acadreamia trabaja con material impreso, pero esta propuesta ya ha sido lanzada por servicios que operan con el libro digital con su consecuente inmediatez respecto a la disposición de los contendios, como es el caso de Questia, que trabaja con monografías académicas y libros de ensayo, así como artículos en ciencias sociales y humanidades, y cuyo modelo de negocio se basa en suscripciones individuales de los estudiantes; el modelo tiene un éxito relativo ya que hay que ser muy optimista para pensar que los propios estudiantes estén dispuestos a pagar por el acceso a un documento. Otra de las variantes de este modelo es el pago por uso desarrollado por ebrary, que permite que cualquiera pueda hojear el texto completo de un libro gratuitamente, y solamente cobra una tasa cuando se realiza una acción como copiar, descargar o imprimir el texto completo o un capítulo.

Parece claro que el espacio tradicional de la lectura y de la información científica está siendo ocupado por nuevos operadores que concurren legítimamente en este otro espacio virtual que es Internet, en el que tradicionalmente ha sido terreno exclusivo de la biblioteca y el bibliotecario; sin embargo lejos de significar una amenaza en muchos casos esta suponiendo una oportunidad para aprender cómo lo hacen otros y para proveer servicios más competitivos. Recordemos que allá en 1257 en la Universidad de Salamanca se tiene noticia de ese primer bibliotecario que en los documentos de la época aparece con el nombre de "estacionario", que era el encargado de mandar copiar los libros que posteriormente prestaba a los alumnos a cambio de un montante económico. Realmente se juntan tal como indicaba el Pantocrator el alfa y el omega, el principio y el fin de las cosas, el estacionario y el servicio de préstamo de libros académicos a través de Internet.

Para acabar este recorrido con un poco de humor, alguien que asistió a la feria del libro de Guadalajara, me comento una anécdota, en la que un empresario del sector del libro electrónico les espetó a sus colegas editores que trabajan con el libro impreso que se parecían a la película "Los otros" porqué estaban ya muertos y no se habían dado cuenta todavía. Creo, espero y deseo que las cosas no sean tan determinantes, y simplemente, suponga un reequilibrio de acomodación al nuevo contexto adaptándonos al mismo y aprendiendo de cómo otros trabajan para mejorar en nuestro desempeño. La biblioteca ha muerto.. larga vida al bibliotecario.