Hábitos de lectura y compra de libros 2022

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José Antonio Cordón
Instituto de Estudios Medievales, Renacentistas y de Humanidades Digitales
Universidad de Salamanca


Hábitos de lectura y compra de libros en España 2022: informe de resultados (2023). Conecta. [Madrid]: Federación de Gremios de Editores de España. 133 p. Disponible en: <https://www.federacioneditores.org/lectura-y-compra-de-libros-2022-presentacion.pdf>. [Consulta: 06/04/23].  


La Federación de Gremios de Editores, con el patrocinio del Ministerio de Cultura y Deporte ha presentado, en el mes de febrero de 2023, su informe anual Hábitos de lectura y compra de libros, con la puntualidad de una cita comenzada en el año 1999, interrumpida entre los años 2012-2018 y felizmente reanudada desde entonces.

Con sus defectos, elementos perfectibles y variaciones, muchas veces caprichosas, en la formulación de algunas de las preguntas, se trata de la encuesta más extensa y exhaustiva de las realizadas en España para conocer la realidad de la lectura y compra de libros y de los perfiles de quienes las practican, en cualquier tipo de formato. La serie histórica, con más de 20 años de andadura permite, además, efectuar comparaciones verosímiles sobre la progresión de la lectura segmentada según los indicadores que se incluyen en el informe. Por lo tanto, esta entrega anual constituye un excelente termómetro y un buen diagnóstico de la actividad lectora entre diferentes colectivos. El estudio pretende delimitar:

  • El índice lector
     
  • Los hábitos de lectura en tiempo libre
     
  • La lectura en soporte impreso y digital
     
  • Las actitudes hacia la lectura
     
  • Los hábitos de compra de libros
     
  • La actividad en las bibliotecas
     
  • La lectura en menores, tanto niños como adolescentes

Cuando se realizaron las primeras ediciones de este estudio, la lectura se encuadraba en el ámbito de las prácticas de ocio y tiempo libre. Interesaba la lectura voluntaria y quedaba fuera la lectura obligatoria, tanto la que imponía el sistema educativo, en el caso de los estudiantes, como la que se realizaba por necesidades de orden laboral, en el caso de los trabajadores.

A partir de 2010, se recoge en el informe la lectura por motivos de trabajo y/o estudios, también la lectura de temas de actualidad (prensa y revistas) y la realizada en los distintos soportes de lectura, aunque la parte más substancial del informe sigue desarrollando la lectura de libros en tiempo libre.

El estudio contempla individuos de más de 10 años, residentes en España.

Para una correcta interpretación de los datos es preciso conocer la categorización de los lectores y su consideración a efectos estadísticos. Los lectores se clasifican en cuatro clases: 

  • Lectores frecuentes: formado por aquellas personas que leen por lo menos alguna vez a la semana. 
     
  • Lectores habituales: si a los lectores frecuentes (semanales) se suman los que declaran leer al menos una vez al mes tendríamos los lectores habituales. 
     
  • Lectores ocasionales: constituido por todos aquellos que leen libros con una frecuencia menor que semanal, pero leen alguna vez al mes o al trimestre. 
     
  • No lectores: son aquellos que no leen libros nunca o casi nunca. 

Resultados 2022

Este informe sobre los datos de lectura del año 2022 es el primero en el que se pueden observar informaciones no alteradas por los efectos de la pandemia, el confinamiento y la inercia de este. El encierro obligatorio durante unos meses, determinado por la emergencia sanitaria, constituyó un buen laboratorio para probar algunos de los asertos mantenidos durante décadas en relación con las prácticas de lectura, sobre todo con su vertiente negativa, la no lectura. La falta de tiempo ha sido uno de los argumentos aducidos con insistencia para justificar las conductas más renuentes a esta práctica, y precisamente tiempo fue lo que, de manera vicaria y por inducción negativa, se encontró en todos los hogares como un regalo inesperado o como una maldición insalvable. Encerrada con un solo juguete, como diría Marsé, la población se vio enfrentada a la poderosa dialéctica de las economías de la atención, en las que la lectura ocupó una desigual suerte. ¿Qué ha quedado de esa inercia, sobre todo digital, y que se ha perdido por el camino? Son cuestiones que sería muy prolijo responder, pero algunos datos para ello los ofrece este informe, además de muchas más informaciones de gran utilidad para radiografiar el presente de la lectura en España.

La lectura de libros

El primer dato que aparece en el estudio es el relativo a la lectura de libros y otros tipos de documentos, como revistas, periódicos, cómics, webs, blogs, foros y redes sociales. Según esto, el 68,4 % de la población española mayor de 14 años lee libros. Si se compara con los datos de 10 años antes, los relativos al año 2012, se observa que el porcentaje de los que leen libros, al menos una vez al trimestre, ha aumentado 1 punto. Sin embargo, la lectura de revistas ha disminuido 20 puntos, o la de periódicos 10, por tomar otros medios como referencia. Pero lo que constituye una evidencia es que, lentamente, la lectura de libros ha experimentado un crecimiento en los últimos años, mayor que el mencionado si se tienen en cuenta la lectura de libros en tiempo libre, en cuyo caso las diferencias entre 2012 y 2022 alcanzan los 5,7 puntos. Son datos, por otra parte, que afectan sobre todo a los lectores frecuentes, esto es a los que leen diaria o semanalmente, pues los lectores ocasionales, esto es los que lo hacen mensual o trimestralmente, apenas han experimentado un crecimiento de 4 décimas entre 2012 y 2022. Estos datos nos indican que existe un núcleo de población que lee con asiduidad, pero que las personas más resistentes a la lectura siguen siéndolo, sin apenas cambios en sus posiciones a lo largo de los últimos años. De hecho, desde el año 2018, con un 12,5 % han experimentado un descenso en su frecuencia lectora, bajando 2 décimas en el año 2022. 

Precisamente, uno de los datos más interesantes de este informe es el relativo a los no lectores, que en un 44 % aducen la falta de tiempo para no leer, pero que un porcentaje elevado manifiestan falta de interés por la lectura, no les gusta leer, con porcentajes medios que están en torno al 30 %, pero que en el sector de población entre los 14 y los 24 años se acerca al 50 %. Este dato, con ligeras variaciones se ha mantenido constante en los últimos años, y apunta hacia el núcleo de población en el que se han de centrar con mayor profundidad los estudios con objeto de ganar un contingente importante para la causa de la lectura.

En cuanto a la práctica de lectura de nuevas obras, un porcentaje elevado busca recomendaciones para las mismas, con una incidencia muy acusada de las que efectúan los amigos, familiares, compañeros, etc. (64,8 %), así como en las redes sociales (21,8 %). Las reseñas o las bibliotecas representan unos valores muy inferiores y escasamente relevantes (las recomendaciones de bibliotecas son seguidas por un 4,4 %). Esta circunstancia cobra especial significación pues pone de manifiesto la importancia de las redes informales para la promoción y visibilización de las obras, en detrimento de sistemas más convencionales como reseñas o informaciones en publicaciones especializadas.

El capítulo que revela una progresión más potente a lo largo de los últimos años es el relativo a la lectura digital, con porcentajes en torno al 85 % de la población encuestada, 30 puntos más que en el año 2012. Se trata de una lectura que se desarrolla sobre todo en la web y en las redes sociales (con un 64,9 % y un 59,5 %) principalmente, que reviste elevados valores en la lectura de periódicos (54,9 %), y en menor medida de lectura de libros, con una evolución muy lenta, con altibajos, en torno al 29 % en los últimos 10 años. La tendencia en las prácticas de lectura digital apunta hacia el consumo de contenidos no convencionales e informales, con poca incidencia en los medios más clásicos, como los libros. El año de la pandemia, 2020, por ejemplo, la lectura digital de estos sólo subió un punto, situándose en el 30,3 %, para bajarlo en el año siguiente. Esto explica que el dispositivo de lectura digital que ha experimentado un crecimiento más espectacular en los 10 últimos años haya sido el móvil, que ha pasado de emplearse para este cometido de un 12,9 % de la población en el año 2012, a un 72,7 % en 2022, frente a porcentajes mucho más moderados del e-reader o las tabletas. La razón no puede ser otra que la tímida progresión de la lectura digital en materia de libros, pero muy intensiva en el ámbito de las redes sociales, para las que el móvil es el dispositivo más propicio.

En el capítulo de compra de libros, nos centramos en los que no son de texto, por el carácter cautivo que tienen estos y por no representar la libre voluntad de adquisición de la población. En este capítulo, la evolución ha sido muy positiva pues ha experimentado un crecimiento de 12 puntos desde el año 2012 (40,5 %) al 2022 (52,8 %). El lugar habitual de compra de la mayoría de la población sigue siendo la librería (69,9 %), pero la compra por Internet ocupa ya el segundo lugar con un 44 %, que entre la población de entre 25 y 44 años se eleva a un 55,5 %. La compra de libros se dirige principalmente a la literatura (64,2 %), frente a otras materias como humanidades o libros infantiles y juveniles que le siguen muy de lejos (10,2 % y 9,2 % respectivamente). Y es que el principal motivo de la compra es el ocio/entretenimiento y para el regalo (30,5 %).

Un epígrafe de la encuesta está destinado al estudio de la actividad de la población en las bibliotecas. Aunque el Ministerio de Cultura dedica publicaciones específicas para un estudio en profundidad de esta práctica, el informe de Hábitos de compra y lectura de libros comenzó a ofrecer información sobre ella desde sus comienzos. El informe deja patente algo que se ha ido poniendo de manifiesto en los últimos años, esto es, el paulatino descenso de la frecuentación de las bibliotecas entre el público lector. Si en el año 2017 afirmaban haber visitado una biblioteca el 31 % de los encuestados, en 2022 lo hacen solo el 26 %. El cometido principal es el de coger o devolver libros tomados en préstamo. Esta disminución tiene que ver con la evolución de la lectura y el préstamo digital y la consolidación de Ebiblio, la plataforma digital de préstamo de las bibliotecas públicas, como alternativa al préstamo físico. En cierto modo, los progresos en el préstamo digital son parejos a la disminución de estos de manera presencial.

Concluye el informe con datos sobre la lectura entre adolescentes y mayores, con un mayor grado de granularidad que los datos que, sobre lectura en general, se aportan al comienzo del informe, y con un curioso ranking de los libros más leídos, según confiesan los encuestados, que ha ido variando en cada una de las entregas, pues en algunas figuraban también los más comprados. Se trata de un ranking interesante por cuanto, en cierto modo, contradice las tendencias sobre lectura que pueden verificarse en las diferentes listas que aparecen en suplementos y revistas culturales, en las que la novedad impera sobre otras consideraciones. En la lista que aparece en el informe de Hábitos de lectura y compra de libros se encuentran autores y obras con varias décadas de andadura, alguna más reciente, pero en general priman longsellers como El Principito, la serie de Harry Potter, Los pilares de la tierra o El señor de los anillos. Lo mismo ocurre con los autores más leídos, en cuya lista figura en sexto lugar Arturo Pérez Reverte que, sin embargo, no cuenta con ninguna de sus obras entre los libros más leídos. Paradojas de las listas.

 

 

Fig. 1 Libros y autores más leídos 2022. Fuente: Hábitos de lectura y compra de libros 2022. Madrid: Federación de Gremios de Editores, 2023.

En definitiva, el informe Hábitos de lectura y compra de libros 2022 confirma su utilidad para el colectivo variado y complejo relacionado con el mundo del libro, desde responsables de políticas culturales, investigadores, bibliotecarios y mediadores que encontrarán en él abundantes datos para caracterizar y ponderar muchas de las prácticas relacionadas con los hábitos de lectura. La segmentación de casi todos los indicadores por edad, nivel de estudios, sexo, y población, permite además profundizar con detalle en diferentes aspectos de la población lectora, extrayendo perfiles más especializados, adaptables a las diferentes necesidades de quien consulta el mismo. 
Se trata de una herramienta especialmente útil si se observa con sentido diacrónico, pues sus más de 20 años de andadura permiten establecer un seguimiento consistente de la evolución de la lectura en España, tanto en su vertiente más convencional, como en los fenómenos emergentes, como en su momento fue la lectura digital, o en la actualidad con los audiolibros.

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