La biblioteca de prisión como factor de transformación de la vida de los internos

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Andreu Sulé
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona


Krolak, Lisa (2019). Books beyond bars: the transformative potential of prison libraries. Hamburg: UNESCO Institute for Lifelong Learning. 50 p. ISBN: 978-92-820-1231-4. Disponible a: <https://www.unesco.de/sites/default/files/2019-12/books_beyond_bars_krolak_2019.pdf> [Consulta: 29/03/2020]. 


Las bibliotecas de prisión han sido, desde hace muchos años, uno de los patitos feos en el campo de la Biblioteconomía. Se trata de un tipo de biblioteca que ha llamado muy poco la atención a los investigadores, como lo demuestra el hecho de que realizando la búsqueda «prison librar*» en cualquier campo de Web of Science se recuperan únicamente 109 resultados, desde 1958 hasta nuestros días. Es por ello que la publicación, el año pasado, de Books beyond bars: the transformative potential of prison libraries es una muy buena noticia para las bibliotecas penitenciarias, y no únicamente para sumar un recurso más a la escasa lista de obras sobre bibliotecas de prisión, sino por el prestigio de la entidad que la ha hecho posible, el UNESCO Institute for Lifelong Learning (UIL), y de su autora, Lisa Krolak, responsable de la biblioteca del UIL y especializada en el papel de las bibliotecas en la alfabetización (ResearchGate, Academia).

El objetivo de Books beyond bars es evidenciar la capacidad que tienen las bibliotecas penitenciarias para transformar la vida de los internos, favoreciendo su rehabilitación social y reduciendo su reincidencia una vez han salido de la prisión. La autora quiera demostrar que la biblioteca de prisión ha de ser parte integrante de la estrategia multidisciplinaria que el centro penitenciario lleve a cabo para cubrir las necesidades educativas, informativas, legales y recreativas de los internos.

Sin embargo, la singularidad del trabajo de Lisa Krolak no recae en los elementos expuestos para justificar la importancia de las bibliotecas de prisión, sino para la ejemplificación de estos elementos con una diversidad de países tan amplia como nunca hasta ahora se había recogido en una publicación. Además de los casos más conocidos de Australia, los Estados Unidos y el Reino Unido, Lisa Krolak pone a disposición del lector experiencias de Alemania, Argelia, Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, Croacia, Ghana, India, Turquía, etc. Países estos que habitualmente no aparecen mencionados en las publicaciones, donde el predominio del mundo anglosajón es abrumador. La autora explica que toda esta información ha sido recogida gracias no solo a un amplio trabajo de investigación, sino también a sus visitas a diversas bibliotecas penitenciarias de diferentes partes del mundo y, sobre todo, a una llamada global a contribuciones a través de la listserv de la IFLA que fue respondida por bibliotecarios y grupos de interés de 38 países diferentes.

La obra se estructura en siete capítulos. Después de un primer capítulo introductorio, Lisa Krolak expone, en el segundo, la importancia de la educación permanente (lifelong learning) para los internos, entendida esta no solo como educación formal, sino también como educación no formal e informal, como por ejemplo, programas de alfabetización, habilidades para la vida, formación profesionalizadora, actividades artísticas, religiosas y culturales, educación física y acceso a las bibliotecas. A continuación (cap. 3), destaca el papel que pueden jugar las bibliotecas penitenciarias para conseguir este objetivo, ya sea facilitando el acceso a material educativo, o bien ofreciendo a los internos un espacio de libertad relajado y seguro. En el cuarto capítulo, Lisa Krolak hace un breve repaso a las políticas y recomendaciones sobre bibliotecas penitenciarias de ámbito nacional, regional e internacional (artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; United Nations standard minimum rules for the treatment of prisoners; European prison rules; normas y recomendaciones nacionales –Australia, Brasil, Bulgaria, Croacia, Estados Unidos, Finlandia, Noruega, Reino Unido, etc.– e internacionales –Public Library manifesto de la IFLA y la UNESCO, Guidelines for library services to prisoners de la IFLA; etc.)

Hasta aquí, la parte de la obra que simplemente reproduce información ya disponible en otras publicaciones. Es en el capítulo quinto donde la autora hace su singular aportación, ilustrando cinco elementos de las políticas y recomendaciones expuestas en el capítulo cuatro con experiencias de, literalmente, todo el mundo. Los cinco elementos analizados son:

  • La relación de la biblioteca penitenciaria con la red de bibliotecas públicas (5.1).
     
  • El perfil y el rol del bibliotecario (5.2). 
     
  • La política de colección (5.3).
     
  • El uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (5.4).
     
  • Los servicios de extensión (outreach services) y las actividades de alfabetización (5.5).

En cada elemento se sigue el mismo patrón. Primero se expone lo que debería ser y después se analiza de manera comparativa cómo se está aplicando este elemento en diferentes países del mundo.

La obra finaliza con un sexto capítulo a modo de conclusión donde Lisa Krolak sintetiza en cinco recomendaciones los principios rectores que deberían tener en cuenta todos los responsables de sistemas bibliotecarios de prisión:

  1. Las bibliotecas penitenciarias deberían seguir el modelo de biblioteca utilizado por las bibliotecas de fuera de la prisión.
     
  2. Las bibliotecas penitenciarias deberían ser una parte esencial de las regulaciones políticas y de las redes.
     
  3. Las bibliotecas penitenciarias deben ser gestionadas por personal formado y con acceso a recursos suficientes.
     
  4. Las bibliotecas penitenciarias deberían contribuir a un entorno de alfabetización que motive a los internos a desarrollar, mejorar y consolidar las habilidades de alfabetización.
     
  5. Las bibliotecas penitenciarias deberían utilizar sus materiales i espacios para ofrecer actividades de alfabetización.

Finalmente (cap. 7), la obra ofrece al lector una amplia (seis páginas) y variada bibliografía que constituye una muestra más de la orientación internacional de la publicación.

Así pues, estamos ante una obra original, fácil de leer gracias a la gran cantidad de experiencias que incluye, de interés para todas aquellas personas relacionadas con las bibliotecas de prisión (investigadores, bibliotecarios, gestores, etc.)