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Textos de la Era de la Perla

Presentación de la Revista DUODA

AZUCENA RUIZ VIEDMA

“EL SÍ A LA RELACIÓN EDUCATIVA”

“EL SÍ A LA RELACIÓN EDUCATIVA” Revista Duoda núm 35

El Seminario de Primavera, titulado El sí a la relación educativa, nos ha acercado a la realidad de la relación educativa vivida por Marta Caramés Boada con su ponencia ”La trena de la llibertat, temps i amor: enfilant les preguntes per la relació educativa”, y que dedica a la memoria de su amiga Caterina Lloret, que le ayudo en su búsqueda de la relación educativa con el mayor regalo: su amor, a través de una frase “No hay mayor afirmación de algo o alguien que amarlo, a saber decir: quiero que seas”. Palabras de Hanna Arent y que basan la relación educativa en el amor que se establece entre las personas.
En estas página ha narrado su experiencia de relación entre mujeres en un grupo de estudio de lengua española para mujeres inmigrantes, del amor en la relación educativa, y para la cual hace una metáfora hermosa de esa relación viéndola como una trenza de libertad, tiempo y amor. Libertad relacional como dice Diana Sartori, en la que se establezca esa libertad en la relación educativa entre maestra y alumna y alumno, como también entre madre e hijas e hijos. Se cuestiona el sentido de la libertad, de donde comienza y esta comienza en la relación de libertad entre nosotras. El tiempo es el dedicado a esa relación educativa junto con el espacio que se crea para que esa relación sea efectiva. El amor es la vía por la que debe pasar la relación educativa para que haya una relación viva. Pienso que todas las profesoras han sido y son una figura mediadora que ha posibilitado a otras mujeres la apertura de una vía directa al conocimiento experimental, es decir, al acceso a un conocimiento no mediatizado el cual se consigue a través de una mediación femenina, que gracias a la relación educativa se crea. El fundamento de la educación es la relación entre madre e hija, también el respeto a la autoridad, como en el caso de Hildegarda de Bingen, que mantenía una autoridad pero no fundamentada en una jerarquía, si no que se distanciaba de lo emocional con respecto a sus discípulas, aunque si que había mucho amor en esa relación entre maestra y discípula, pero ella pone freno a lo emocional para que no se pierda la autoridad. Hildegarda practica una pedagogía del amor. Pone una distancia en las prácticas educativas.
La experiencia de relación educativa vivida por Marta me hace pensar y comentar mi experiencia por el paso a la maestría (como dicen mis compañeras duodinas de México) de Duoda. Empecé a entender que significaba poner en relación y el partir de sí, durante todo el master. Y a valorar la genealogía femenina que poseemos. Fue en ese preciso momento que me di cuenta que estaba aprendiendo historia. La historia que yo necesitaba y que yo quería estudiar. Si, puedo afirmar que era un deseo que tenía y que con Duoda había encontrado. Aprendí junto a mis compañeras y profesoras que el deseo es algo que está ahí, que todas tenemos y que ponemos en práctica con la relación entre mujeres. Y que gracias a ese deseo y relación femenina nace una relación de libertad, de libertad relacional, como bien dice Marta Caramés. En ese espacio creado por todas nosotras no sentía miedo, ni tenía que guardarme mis pensamientos, ya que en la relación amorosa que se estableció entre nosotras des del el principio quedaba implícito una relación de cuidado entre nosotras y gracias a ese amor y ese cuidado nos permitía abrir nuestros sentimiento y pensamientos y vincularnos entre nosotras. Aprendía historia viva, oral y relacional, gracias a la relación viva que se establecía en esa aula, en ese espacio de Duoda.
Pero también hicimos extensible el espacio de Duoda fuera del espacio físico de éste y haciendo de ese espacio un espacio simbólico que llevábamos cada una de nosotras y que hacíamos extensible allí donde nos encontrásemos. Quedábamos por el gusto de estar en relación, de compartir experiencias propias, de explicarnos nuestras historias y de escucharnos, también de transmitirnos los saberes aprendidos por nuestro bagaje vivencial como por lecturas que poníamos al saber de las compañeras para aclarar dudas y hacernos preguntas sobre los nuevos conocimientos a los cuales teníamos la gran oportunidad de adentrarnos, no ya solas delante de un texto o en un aula llena de personas pero vacía de relaciones y mediaciones, sino que ya era en compañía relacional. Nos hemos reunido por el simple placer de vernos, porque nos apetecía vernos hiciera mucho o poco tiempo que nos hubiésemos visto, para hacer fiestas de reencuentros, por festejar una buena noticia y también para despedirnos de las amigas que vuelven a retomar sus proyectasen sus países de orígenes, para ir juntas ha entregar los trabajos de la maestría en Duoda y sobre todo hemos estado en contacto, tanto por teléfono como por mail cuando las posibilidades geográficas no nos permitían reunirnos, en donde nos hemos sincerado y mostrado nuestras debilidades y fortalezas. Hemos hablado, hablado mucho más, y mucho más hemos escuchado; reído hasta desencajarnos la mandíbula, llorado de felicidad en la boda de una amiga y por su regreso feliz a su casa, llorado de tristeza con esta amiga acompañándola por la tristeza de la perdida de su ser querido; hemos hecho excursiones, bailado, paseado, visitado a amigas duodenas( que es como me gusta llamar a mis compañeras del master) que están en otros pueblos y compartido con ellas su casa, su comida, su familia, sus animales, su toda persona que nos ha regalado con su compañía. Nos hemos cuidado, regalado, tocado, abrazado, besado, querido y todo siempre con mucho amor y comprensión dentro de esa libertad relacional de la que ha hablado Marta Caramés, y que para que esta suceda ha de haber una relación amorosa, ya que el amor permite abrirnos a lo otro, posibilita abrirse y confiar.

Universidad de Barcelona
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