Papel y pantalla: el medio es la lectura

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Ana González Tornero
Profesora asociada
Departamento de Filología Hispánica, Teoría de la Literatura y Comunicación
Universitat de Barcelona


Kovač, Miha; Weel, Adriaan van der (eds.) (2020). Lectura en papel vs. lectura en pantalla. Trad., Laura Tibaquira. Bogotá: Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC). 140, [6] p. (Dosier CERLALC. Ecosistema del libro). Disponible a: <https://cerlalc.org/publicaciones/dosier-lectura-en-papel-vs-lectura-en-pantalla/>. [Consulta: 14/02/2021].


El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) ha publicado la traducción de un dosier muy útil, que difundió previamente la revista First Monday en 2018. Diversos expertos del proyecto Evolution of Reading in the Age of Digitisation (E-READ) reflexionan en esta obra sobre la repercusión de la tecnología en los procesos de alfabetización, sobre la coexistencia de dispositivos digitales con el libro impreso y con la escritura manuscrita, y sobre los efectos de la biblioterapia.

Lectura en papel vs. lectura en pantalla trata ejes clave en el debate contemporáneo en torno a los libros y a la lectura: el contraste entre la materialidad del papel y la intangibilidad digital –Miha Kovač, Adriaan van der Weel, Anne Mangen, Theresa Schilhab, Gitte Balling, Anežka Kuzmičová, Mirit Barzillai y Jenny M. Thomson–; el perfil lector de los nativos digitales –Hildegunn Støle y Pasqualina Sorrentino–; o los efectos terapéuticos de la lectura compartida en línea –Moniek M. Kuijpers–. Los autores estudian la complejidad del tema para ir más allá de dicotomías e invitan a considerar los pros y los contras digitales, a sopesar en qué contextos y a quiénes benefician los dispositivos electrónicos, o a entender la hibridez del ecosistema del libro según las necesidades y los canales más adecuados para los lectores.

El volumen apunta cambios hacia los que se dirigen las formas de lectura. Recoge, además, una numerosa bibliografía que corrobora empíricamente las tesis expuestas en los artículos y permite adentrarse en el panorama científico de la investigación. Así pues, tanto los lectores interesados en los futuros del libro como los profesionales del sector encontrarán en esta obra reflexiones argumentadas sobre temas clave de la lectura y la alfabetización.

Partiendo de datos, análisis detallados y conocimientos sólidos, los colaboradores del dosier ahondan en cuestiones como el acto de leer en contextos digitalizados, la postextualidad, los modos de escritura, los nativos digitales, la biblioterapia, la comprensión y nuevos enfoques de iniciación a la lectura. De los estudios se extraen consideraciones prácticas para el fomento lector. Por ejemplo, la necesidad de incrementar la cooperación entre desarrolladores tecnológicos, expertos en educación y lectores; o la importancia de impulsar debates sobre la transformación digital, sin sesgos y basados en evidencias. Así, sería posible encontrar otras formas de lectura que facilitaran la alfabetización y la comprensión, además de lograrse estrategias para mejorar las pedagogías digitales.

Los autores llaman la atención sobre aspectos que afectan al desarrollo cognitivo y a los procesos de comprensión en lectores infantiles y juveniles. Diversas investigaciones han probado empíricamente que la lectura de textos largos es más efectiva a partir de libros impresos. Los anclajes de la materialidad que facilitan el recuerdo y el distanciamiento de las actividades multitarea facilitan la comprensión de obras extensas de contenido profundo. Esto, además, se ha comprobado que sucede también en los estadios iniciales de la escritura.

Según señala el grupo E-READ, el perfil diverso de los lectores no debe perderse de vista. El hecho de que los más jóvenes sean nativos digitales no implica que sus habilidades para leer en pantalla vengan incorporadas de nacimiento, ni que sepan manejar tecnología avanzada. En su entrenamiento alfabetizador y lector se demuestra que el acompañamiento familiar y educativo resulta imprescindible para generar un buen aprendizaje.

Las conclusiones que arroja Lectura en papel vs lectura en pantalla indican que los nativos digitales presentan una menor comprensión general de textos electrónicos extensos. Esto demuestra que el soporte repercute en la lectura profunda, aunque los participantes de los estudios, irónicamente, muestren más confianza en sus capacidades digitales. En contraste, la tecnología beneficia a personas con necesidades especiales, así como a la mayoría de lectores, si se promueve una lectura consciente. De ahí que los autores llamen a detectar y corregir los hábitos lectores fragmentarios, superficiales y dispersos.  Confirman, pues, que la lectura sigue siendo un reto para la sociedad.

Estos expertos apuntan la importancia de crear estrategias que contrarresten los efectos de distracción de las pantallas y que garanticen oportunidades de lectura para subsanar la brecha entre la comprensión en papel y la digital. De esta manera se lograría, tal como apunta Maryanne Wolf, un cerebro lector bialfabetizado capaz de leer con igual profundidad en cualquier formato o dispositivo.

Diariamente, hallamos contextos donde priman la infoxicación y la desinformación; no obstante, un sólido bagaje lector puede proporcionar el contrapeso necesario para neutralizarlas. Los soportes digitales tienden a generar prácticas de barrido de información y cognición superficial que impiden la lectura profunda. Si, además, sumamos las dinámicas de la apresurada vida actual, no extraña que la nuestra, entre otros marbetes, empiece a ser conocida como La civilización de la memoria de pez, título de un reciente ensayo de Bruno Patino (Alianza Editorial, 2020). Por eso, la promoción de la lectura impresa no debe asociarse con la defensa de ideales sin sustento objetivo, ni con la voluntad de recuperar pedagogías superadas, ni siquiera con el refugio neoludita. Se trata de acompasar el indispensable progreso tecnológico con la razón, la práctica emocional y la lectura diversa, puesto que no solo obtenemos información al leer; también ampliamos conocimientos, aprendemos técnicas inferenciales, adquirimos perspectivas, reforzamos la actitud crítica, ganamos salud y aumentamos la empatía.

Nota. Esta reseña se publica simultáneamente en el Blog de l’Escola de Llibreria.