David Rodríguez Mateos
Departamento de Comunicación
Universidad Carlos III de Madrid
ARL White Paper on Wikidata Opportunities and Recommendations (2019). ARL Task Force on Wikimedia and Linked Open Data. Washington D.C.: Association of Research Libraries – Wikimedia Foundation. 59 p. Disponible en: <https://www.arl.org/wp-content/uploads/2019/04/2019.04.18-ARL-white-paper-on-Wikidata.pdf>. [Consulta: 19/05/2020].
¿Cómo conseguir que las principales bibliotecas universitarias de Estados Unidos y Canadá, y algunos otros grandes centros con recursos de información pública de esos países, aumenten la visibilidad de sus colecciones, de sus actividades y de sus investigadores? ¿Y, cómo compartir esfuerzos para aprovechar su experiencia describiendo esos contenidos? Responder, entre otras, a estas dos preguntas fue lo que llevó a la Association of Research Libraries (ARL) a unir sus fuerzas con una de las iniciativas de difusión de conocimiento colaborativo más conocidas del mundo: la Wikimedia Foundation, organización responsable de la Wikipedia.
La Ciencia Abierta se guía por tres principios rectores: apertura (disponibilidad de datos y de publicaciones para uso y reuso), transparencia (de todos los procesos, sean el de investigación o las etapas editoriales y publicación, incluidas las inversiones financieras) y reproducibilidad (permite evaluar la calidad de la investigación porque los datos son abiertos). Esto quiere decir que la investigación pública debe permitir el uso y reuso de datos y publicaciones, que todo el proceso tiene que ser transparente para verificar su integridad, que no deben existir sesgos políticos y que se debe evitar el malbaratamiento de recursos en investigaciones sin datos abiertos y, por tanto, no reproducibles. Todos los agentes implicados, ya sean investigadores, financiadores, editores, revisores, etc. deben estar comprometidos con estos principios que rigen el funcionamiento del sistema de comunicación científica.
Es bastante conocida la tarea de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (FGSR) en el ámbito de la lectura y el libro a la hora de generar conocimiento y producir innovación y experiencia en ámbitos vinculados a la cultura impresa y también digital, y por extensión en las bibliotecas. Esta labor se produce a partir de la investigación realizada por investigadores y expertos siempre en colaboración con la comunidad, y su resultado más directo son a menudo proyectos experimentales que dan como resultado informes y estudios que son divulgados y transferidos públicamente muchas veces en forma de «modelos de utilidad», esto es, de nuevos procedimientos para trabajar con más eficacia en el ámbito del fomento de la lectura, de las bibliotecas, de la cultura.
Los cambios que se producen continuadamente tanto en el mundo de la educación como de las bibliotecas requieren que los bibliotecarios escolares actualicen sus conocimientos y adquieran nuevas competencias y, por ello, se hace necesaria una revisión permanente de la formación básica y/o continuada que estos reciben para desarrollar su tarea. Para asegurar que esta formación es la adecuada, en algunos países de tradición anglosajona las asociaciones profesionales acreditan titulaciones, tanto a nivel de máster como de postgrado, en base a unos estándares que sirven para evaluar los programas de formación, y que se renuevan periódicamente para adaptarlos a las necesidades cambiantes de los entornos. Unos nuevos estándares, pues, establecen unos requerimientos actualizados para aquellos que muy pronto serán bibliotecarios escolares, pero también sirven de indicadores para aquellos profesionales que están en activo y, evidentemente, de guía para que los centros de formación revisen y actualicen, a su vez, los planes de estudio.
El Digital Preservation Working Group de las instituciones de memoria histórica del Canadá ha realizado un estudio sobre las necesidades y la capacidad de preservación digital de dichas instituciones, entre las cuales destacan instituciones gubernamentales, archivos, bibliotecas y museos.
