Núria Ferran-Ferrer
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)
Hansen, Jitka Stilund (ed.) (2021). Citizen science skilling for library staff, researchers, and the public. [The Hague]: LIBER Citizen Science Working Group. 29 p. (Citizen science for research libraries: a guide; section 1). Disponible en: <https://doi.org/10.25815/hf0m-2a57>. [Consulta: 02/05/2022].
La ciencia ciudadana es un modelo de investigación participada que involucra al público como voluntario en los proyectos de investigación científica. De esta manera, la ciencia, en concreto la ciencia abierta, resulta colaborativa, transparente y con más impacto para influir de forma positiva en la sociedad. La UNESCO, en su Recomendación sobre ciencia abierta, la relaciona de forma directa con la democratización del conocimiento.
La participación de la sociedad en los proyectos científicos puede darse a diferentes niveles. De hecho, los proyectos de investigación en ciencia ciudadana pueden clasificarse en función del tipo de participación que hacen las persones voluntarias: existen los proyectos contributivos, en los que las persona participantes recogen datos y, puntualmente, ayudan en el análisis y difusión; los proyectos colaborativos, en los que la participación también se da en la fase de análisis de muestras y también puede ayudar en el diseño del estudio; y cuando la participación entre investigación y público es más estrecha hablamos de proyectos cocreados, es decir, que el voluntariado colabora en todas las etapas del proceso de investigación. Los proyectos cocreados parten de una perspectiva de innovación abierta de generación colectiva del conocimiento.
La salud mental y el bienestar están íntimamente vinculados a una amplia gama de factores ambientales y sociales. En consecuencia, las maneras en que los investigadores se aproximan, entienden y confrontan la salud mental deberían ser amplias, yendo desde los mecanismos biofisiológicos que sustentan la función cerebral hasta los determinantes sociales que la alteran. La importancia del entorno social ha sido mostrada, por ejemplo, por los
Con la llegada de la pandemia de la COVID-19, los servicios bibliotecarios tuvieron que rediseñarse y acelerar la conversión a la modalidad virtual a raíz del cierre de los equipamientos. Buen ejemplo de ello es la respuesta de las Bibliotecas de Investigación del Reino Unido (en adelante, RLUK1) que consistió en una precipitada revolución digital en los servicios, procesos y colecciones que gestionaban hasta entonces y que se analizan en el documento que reseñamos.
Seguro que a nadie le sorprende que afirme que vivimos una época de academia acelerada, donde la presión por publicar a toda costa aumenta por momentos y en la que la existencia de tiempo para pensar y reflexionar es casi un mito. Esta situación tiene su origen, en gran parte, en los baremos bajos los cuales se evalúa la producción científica, que priorizan cantidad por encima de la calidad y la rapidez por encima del sosiego. El informe The changing role of funders in responsible research assessment: progress, obstacles and the way ahead se hace eco de esta situación y propone un nuevo camino hacia un sistema de evaluación de la investigación responsable en el que los financiadores de la ciencia tienen un papel clave. 
