Responsable del Servicio de Bibliotecas
Dirección General de Patrimonio Cultural. País Vasco
Mary Ann Wolf, Rachel Jones, and Daniel Gilbert (2014). Leading In and Beyond the Library. Alliance for Excellent Education. Disponible a: http://all4ed.org/wp-content/uploads/2014/01/BeyondTheLibrary.pdf [Consulta: 10/08/2014]
Entre el 2006 y el 2011, el número de puestos de profesionales en bibliotecas escolares en EEUU descendió casi un 8%, debido, probablemente, a la reducción presupuestaria, pero sin olvidar otros factores tan importantes como la no comprensión de sus funciones y tareas por parte de los líderes escolares y/o de distrito y la contratación de personal que no tienen la certificación de bibliotecario/a escolar.
El objetivo de este informe es revisar el rol de la biblioteca y del personal bibliotecario escolar en este periodo de transición a la enseñanza y el aprendizaje digital, y analiza tanto las funciones como las interacciones que se deben potenciar para garantizar su relevancia en el nuevo escenario de la educación del siglo XXI, definida por un recorrido curricular cada vez más dinámico y digital.
Recientemente, Ithaka, la consultora estratégica que da apoyo a las comunidades académicas, ha publicado el artículo de Anne R. Kenney y de Carl A. Kroch, bibliotecarias de la Universidad de Cornell, que estudian el cambio que actualmente deberían hacer los bibliotecarios académicos de enlace, a menudo llamados en nuestro contexto, bibliotecarios temáticos. Actualmente, la comunidad académica cuestiona el valor y sobre todo el coste de la biblioteca y las tareas de la biblioteca clásica han quedado totalmente obsoletas; es en este contexto que las autoras proponen diferentes vías para hacer evolucionar el modelo a partir de la figura del bibliotecario de enlace.
Está claro que el acceso abierto ha avanzado mucho más en la teoría que en la práctica y esto se debe, en buena medida, a la ausencia de un modelo de financiación adecuado. Los APC (article processing charge) —las cantidades que paga el autor para compensar los costes de edición— sólo han tenido éxito en revistas de ciencias experimentales, tecnología y biomedicina. Es un sistema poco adecuado para determinadas disciplinas, como las ciencias humanas y sociales (CHS), en las que los autores tienen muchas dificultades para financiar su investigación.
