Docente. Asesora de bibliotecas escolares en la Consejería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria.
Dorothy Williams, Caroline Wavell and Katie Morrison (2013). Impact of School Libraries on Learning. Critical review of published evidence to inform the Scottish education community. Robert Gordon University Institute for Management, Governance & Society (IMaGeS). http://www.scottishlibraries.org/storage/sectors/schools/SLIC_RGU_Impact_of_School_Libraries_2013.pdf [Consulta:02/02/2015].
Pasan los años y los estudios sobre el papel de las bibliotecas escolares en el sistema educativo y su impacto sobre los aprendizajes, cuando estas funcionan con un mínimo de requisitos, se suceden. Es verdad que estos estudios ocurren, mayormente, en países con una cultura bibliotecaria más asentada, donde no se concibe un centro educativo sin una biblioteca convenientemente dotada de recursos y de personal, principalmente en la enseñanza secundaria. Es verdad, también, que los legisladores educativos habían olvidado durante mucho tiempo a las bibliotecas escolares en este país, y el panorama es muy diferente aún en las diferentes comunidades autónomas. Pero son tan categóricos los resultados de los informes que nos fueron llegando del otro lado del Atlántico, principalmente; son tan claros los argumentos de todos los expertos que se han acercado a la realidad de la biblioteca escolar; tan evidentes los resultados en los centros donde la biblioteca se activa (aún con profesorado sin apenas tiempo para atenderla), que nada parece explicar la ausencia de medidas para asegurar la presencia de bibliotecas realmente útiles en todos y cada uno de nuestros centros escolares.


Desde las declaraciones de Budapest, Bethesda y Berlín hasta la progresiva generalización de políticas institucionales sobre el acceso abierto en todo el mundo han transcurrido más de diez años y el camino que no ha sido fácil, aunque se ha ido jalonando de logros de diferente magnitud que finalmente han ido conduciéndonos, entiendo que de manera irrevocable, a la consolidación del acceso abierto como modelo alternativo de comunicación científica. Quizá esta expresión grandilocuente en España debería ser matizada, pero en cualquier caso son muchos los pasos dados, para trabajar en el éxito del Open Access. Uno de los más significativos fue la consagración de un artículo de la
Parece que seguimos con la tradición de reseñar en una sola nota tres informes de temática común (Peset, 2013; Fenoll 2014). Vayamos pues a la tercera vez, completando el 3 con 3. Tratando de buscar un hilo conductor entre los informes de esta nota, podríamos leerlos de la siguiente manera: comenzaríamos por Erway, seguiríamos con LERU y terminaríamos en Filippov. Y pasaremos a exponer por qué lo hemos deducido tras su lectura: el primero identifica los stakeholders en el escenario de los datos de investigación y plantea el rol líder que puede asumir la biblioteca; el segundo informa exhaustivamente sobre qué debe acometerse; y por último, Filippov es una muestra de cómo el análisis de los datos con técnicas de minería pone en valor los datasets, única justificación de la extendida frase "los datos son el nuevo petróleo de la economía".
