Australia estudia sus bibliotecas escolares y establece vías estratégicas para aprovechar su potencial

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Marta Roig
Bibliotecària, especialitzada en promoció de la lectura i biblioteques escolars


House of Representatives, Education and Employment Committee (2011). School libraries and teacher librarians in 21 century Australia. Canberra: The Parliament of the Commonwealth of Australia. XX, 155, [5] p. ISBN 978-0-642-79396-6. <http://www.aph.gov.au/Parliamentary_Business/Committees/House_of_Representatives_Committees?url=ee/schoollibraries/report/fullreport.pdf>. [Consulta: 20/09/2012].

En 2004 el Gobierno encargó el primer estudio parlamentario federal sobre bibliotecas escolares. Cuatro años después, en 2008, Edith Cowan University, la Escuela Australiana de la Asociación de Bibliotecas (ASLA) y la Asociación Australiana de Bibliotecas e Información (ALIA) llevaron a cabo un estudio que ponía de manifiesto que el 29% del total de centros educativos y el 54% de centros educativos públicos tienen un presupuesto anual de menos de 5.000 dólares para la biblioteca escolar, una cantidad inferior a los datos del 1975, según el Children's Book Council of Australia (libro del Consejo de los Niños de Australia - CBCA). Esta cifra disparó la alarma. (Una situación, sin embargo, muy lejana en comparación con las bibliotecas escolares españolas, en las que sólo en un 15% de los casos declaran1 tuvo un presupuesto por encima de los 700 euros anuales.)

A nivel institucional se empezó a gestar la reforma del sistema educativo australiano que previó flexibilizar el uso de los recursos presupuestarios y apoyar el Acuerdo Nacional de Educación, que entre otras finalidades pretende que todos los estudiantes australianos adquieran la formación y las habilidades para participar eficazmente en la sociedad y en el trabajo en el contexto de una economía globalizada. También el mismo año se firmó la Declaración de Melbourne, que determinaba los objetivos a diez años vista de la escuela australiana.

Paralelamente, sin embargo, el mundo vive tiempos de cambios. Entidades, empresas y personas individuales buscan su lugar en el nuevo orden mundial. Se cuestionan funciones, estructuras, fines, procesos y presupuestos para encontrar nuevas fórmulas que garanticen la continuidad de la esencia importante que hay en el fondo de cualquier entidad, proyecto o producto.

En el ámbito de las bibliotecas, el debate sobre los cambios que se deben llevar a cabo es más vivo que nunca. El avance tecnológico ha cambiado las vías de acceso a la información, así como el volumen, el control de lo que se publica, etc.

En 2010 el Libro del Consejo de los Niños de Australia (CBCA) dio a conocer que la media presupuestaria anual de las bibliotecas escolares australianas era de 25 dólares por alumno. La primera etapa de la reforma educativa programada del 2009 al 2012 está en marcha y se incorporan los primeros iPads en el sistema. El sector bibliotecario hace tiempo que reclama al Gobierno un análisis serio y urgente sobre las bibliotecas escolares.

En este contexto se encarga finalmente del estudio School libraries and teacher librarians in 21st century Australia, presentado el 23 de mayo de este año en el Parlamento australiano.

De esta manera el Gobierno responde a las demandas que se formulaban desde el sector bibliotecario e investiga el papel, la adecuación y la dotación de las bibliotecas escolares y los bibliotecarios de las escuelas públicas y privadas de Australia.

El informe, de 180 páginas y disponible aquí, comienza con los preliminares, el último de los cuales presenta 11 recomendaciones que el comité del estudio hace al Gobierno. La presentación de estas recomendaciones al inicio del documento es toda una declaración de intenciones y evidencia la importancia que tiene para los autores pasar a la acción, todo implementando cambios concretos para evitar que el estudio quede en papel mojado.

A continuación indicamos los seis capítulos en los que se ordenan los resultados de la investigación. En el primer simplemente explican los antecedentes, la cronología y las bases de la investigación y la estructura del informe, que aunque no dedica un capítulo exclusivo al impacto y el potencial de las tecnologías digitales, ciertamente está omnipresente en todo el informe.

En el segundo se presenta el impacto de las recientes políticas del gobierno federal y de las inversiones realizadas en bibliotecas escolares. En relación con este punto, los autores aconsejan apostar por el desarrollo de una base de datos de recursos electrónicos para todo el país y elaborar una declaración política nacional que defina la importancia de la alfabetización digital y de la información para el aprendizaje en el siglo XXI.

En el tercer capítulo se analiza el potencial futuro de las bibliotecas escolares y los bibliotecarios a la hora de contribuir a la mejora de los resultados educativos y de los objetivos comunitarios, poniendo especial atención en la alfabetización. Para aprovechar al máximo este potencial se recomienda aumentar la visibilidad de la información estadística sobre profesores especializados, incluyendo los maestros bibliotecarios en las páginas web de los centros, dar apoyo adicional a las iniciativas para promover la lectura, iniciar un estudio sobre la impacto que tienen los programas de la biblioteca, sobre todo de alfabetización, en el rendimiento escolar y en la mejora de los estudiantes en desventaja socioeconómica y, por último, difundir buenas prácticas en materia de e-learning, llevadas a cabo por los maestros bibliotecarios, para demostrar a la comunidad escolar la valiosa labor que llevan a cabo.

Los factores que influyen en la contratación y el desarrollo profesional de los maestros bibliotecarios son el núcleo del cuarto capítulo. En este punto, los autores exponen las desigualdades de criterios a la hora de seleccionar un maestro bibliotecario, la poca oferta de plazas cualificadas y la sensación muy extendida, desde la biblioteca escolar, de tener que justificar constantemente su trabajo y del que se hace frente a las direcciones y las comunidades educativas, para obtener recursos. En este apartado, las recomendaciones del comité al Gobierno son incluir en el nuevo plan de estudios áreas para la capacitación de maestros bibliotecarios, elaborar un estudio más concreto para llenar las lagunas del análisis respecto de los maestros bibliotecarios y establecer un diálogo nacional sobre el rol actual y futuro del maestro bibliotecario.

En el quinto capítulo se presentan las diversas estructuras de colaboración y apoyo a las bibliotecas escolares y los bibliotecarios que se hacen cargo. En este sentido, se recomienda intensificar la cooperación entre los diversos niveles de la Administración y producir un documento que recoja las asociaciones y los programas exitosos que pueden ser de interés para el sector bibliotecario y para las bibliotecas escolares.

Ya en las conclusiones, los autores destacan la pasión con la que los maestros bibliotecarios han desarrollado durante muchos años su trabajo, a pesar de tener presupuestos muy pequeños. También explican que aún quedan dudas sobre el rol futuro que deben asumir los profesionales y hacen hincapié en algunas de las recomendaciones, ya comentadas.

Para terminar, cabe destacar el último de los apéndices: unas estándares de excelencia profesional para maestros bibliotecarios elaborados por la Australian Library and Information Association (ALA) y por la Library Association (ASLA).

Estudios como el que comentamos aquí, orientado al avance y la implementación de acciones de mejora son referentes que han tener en cuenta todos aquellos que apuesten por la implantación y normalización de procesos de evaluación serios, diversos y constantes en el sistema educativo. Herramientas como la reciente Biblioteques escolars entre interrogants y estudios como el de esta reseña deberían facilitarlo en el ámbito de las bibliotecas escolares.

1.Estudio de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez 2004-2005, con la colaboración del Ministerio de Educación, liderado por Álvaro Marchesi e Inés Miret: Las bibliotecas escolares en España, anàlisis y recomendaciones.