«Viure entre llibres», pódcast de Martí Figueras

Antoni Daura Jorba
Llibreter i editor
Llibres Parcir
Manresa


Figueras, Martí. Viure entre llibres [pódcast]. [Sant Joan Despí]: 3Cat, 21 de abril de 2025. 12 episodios. <https://www.3cat.cat/3cat/viure-entre-llibres/>. [Consulta: 15 julio 2025].


La creación de pódcasts, es decir, contenidos grabados en audio de manera aparentemente espontánea y natural, como una conversación, difundidos mediante canales en línea, se ha convertido en una nueva forma de comunicación. Su agilidad y la simplicidad técnica a la hora de elaborarlos los han convertido en un producto atractivo, tanto para sus creadores como para los oyentes. Otra cosa es su perdurabilidad en el tiempo, pero eso ya es otra cuestión. No deja de ser, de hecho, un reportaje realizado en un momento determinado.

El mundo del libro también ha entrado de lleno. A veces, para hacer promoción de títulos o autores concretos. En esta ocasión, la serie que reseñamos se dedica a las librerías. Efectivamente, Martí Figueras visita una docena de establecimientos y mantiene un diálogo fluido con sus responsables: Ricard Caba (Nou Rals de Viladecans), Maite Cusó (La Pebre Negre de Barcelona), Irene Bonet (Drac de Olot), Fe Fernández (L’Espolsada de les Franqueses del Vallès), Toni Ferrón (Foster & Wallace de Vic), Marta Farré (La Singratalla de Tremp), Andrea Giovannoli (L’Argonauta de Balaguer), Anna Riberaygua (La Puça d’Arsèguel), Jaume Huch (Casa Huch de Berga), Ester Galindo (La 2 de Viladrich, de Tortosa) y Lídia Lobato, Meritxell Rals y Jordi Vilà (una representación de los libreros presentes en la booktown «Poble de Llibres», en Calonge).

Como podéis ver, una muestra variada y bien repartida por el país, con unos perfiles diversos, pero que mantienen unas afinidades compartidas: ser emblemáticas en su espacio, voluntad de actuar como foco de irradiación cultural, con un peso muy importante de las personas que las dirigen en lo que respecta a su gestión. El planteamiento de los diversos pódcasts es similar: describir la librería y su historia, así como reflexionar sobre el sector, especialmente desde su perspectiva local. Todo a través de un diálogo, que no entrevista. Eso hace que, a menudo, las respuestas a los temas que plantea el periodista se conviertan en unos monólogos algo largos, para mi gusto. Salvando aspectos particulares y personales, lo que explican y comentan los libreros se puede compartir y hacer extensivo a la mayor parte de la red librera de Cataluña. Se corroboran, una vez más, las dificultades cotidianas para sacar adelante el negocio, la supeditación al mercado editorial, que va siempre a lo suyo, escuchando poco la opinión de los libreros. Y el hecho, bien transversal, de que detrás de una librería habitualmente hay un/a emprendedor/a; en la mayoría de los casos, si no es de creación reciente, fruto de la tradición familiar.

En cualquier caso, se trata de una magnífica radiografía de una muestra representativa de la red de librerías independientes, cada una de las cuales con su singularidad e idiosincrasia. Todas venden el mismo producto, pero no de la misma manera ni exponen ni ofrecen los mismos fondos bibliográficos.

Es bueno que la ciudadanía tenga una percepción general y a la vez concreta de las librerías de nuestro país. Hasta ahora este formato atomizado ha funcionado –con dificultades, eso sí– razonablemente bien. Pero, ¿Cómo será el futuro? ¿Los nuevos modelos de venta en línea y a través de grandes cadenas permitirán su subsistencia? No lo sabemos. El tiempo nos lo dirá, pero conviene que el cliente lector continúe dándole apoyo, si no quiere perder la librería de proximidad, en favor de establecimientos clónicos e impersonales.

 

Esta reseña se publica juntamente con el Blog de l’Escola de Llibreria.

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Las bibliotecas, a lo largo de toda nuestra vida

Teresa Fèrriz Roure
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)


The New York Public Library. Libraries & Well-Being: A Case Study from The New York Public Library [en línea]. Nueva York: The New York Public Library, 2024. https://www.nypl.org/spotlight/libraries-well-being-report. [Consulta: 9 juliol 2025].


El informe Libraries & Well-Being: A Case Study from The New York Public Library, publicado en 2024, es fruto de la colaboración entre la Biblioteca Pública de Nueva York y The Humanities and Human Flourishing Project de la Universidad de Pensilvania, y se centra en el estudio transversal de los factores que favorecen el bienestar de las personas y las comunidades, entendidas estas como instituciones cívicas que trabajan por el bien público.

La colaboración se inscribe en una investigación ya consolidada que ha llevado a la Universidad de Pensilvania a vincular el Proyecto HHF con instituciones culturales de todo Estados Unidos, en línea con la investigación en Arts in Health, que se ha acelerado en la última década a escala internacional.

El objetivo principal fue explorar el impacto positivo de la Biblioteca Pública en el bienestar individual y colectivo, a partir de un modelo de análisis propio que interconecta transversalmente conceptos clave y métodos cuantitativos y cualitativos procedentes de disciplinas como la psicología, la sociología, la información y las humanidades.

El estudio

Entre noviembre y diciembre de 2023 se realizó una encuesta multilingüe a los usuarios de la NYPL, en formato digital y presencial —se eligieron quince subsedes seleccionadas por su representatividad y heterogeneidad. Se obtuvieron 2.401 respuestas (1.765 en línea y 636 en papel), de las cuales el grupo investigador analizó 1.974, una vez excluidas aquellas que no cumplían los requisitos básicos. La encuesta se complementó con grupos de discusión dirigidos que se utilizaron para poner a prueba las preguntas antes del inicio de la campaña y, posteriormente, ampliaron las respuestas que se habían dado a cuestiones abiertas como: «How would your life be different without The New York Public Library?».

La estructura siguió el modelo PERMA modelizado por la Universidad, eminentemente descriptivo y correlacional, no causal. Tal como reconocen los investigadores, este análisis no genera evidencias científicas sino que permite observar patrones y tendencias que enriquecen los indicadores de evaluación empleados habitualmente por las bibliotecas.

Los resultados

Estas tendencias se conceptualizan a partir de veinte indicadores desplegados dentro de los tres grandes ámbitos analizados —tres estadios progresivos de lo que los investigadores denominan «flourishing», el proceso de desarrollo/enriquecimiento personal. He aquí las conclusiones más relevantes:

1. Las bibliotecas crean las condiciones para el bienestar: las bibliotecas proporcionan las condiciones ambientales necesarias para que las personas puedan sentirse bien; esto significa estabilidad, seguridad, refugio, evasión, paz y capacidad de concentración. Un resultado relevante fue el casi unánime 92% de los encuestados que expresaban la sensación de tener más calma y tranquilidad después de visitar la biblioteca. La describían como un «refugio seguro», un «segundo hogar» o un «oasis de calma» que les permitía huir del estrés y concentrarse en sí mismos.

2. Las bibliotecas activan los elementos centrales del bienestar que describe el modelo PERMA:

  • Emociones positivas como el optimismo y la capacidad de minimizar sentimientos negativos: un 74% afirmaba sentirse más preparado para afrontar sus retos personales, y el 73% comentaba sentirse más optimista sobre su futuro.

  • Compromiso a partir de una mayor implicación individual con el entorno: el 90% coincidió en que el uso de la biblioteca aumentaba su voluntad de aprender cosas nuevas e inspirarse.

  • Relaciones que fomentan los vínculos sociales, el apoyo mutuo y un mayor sentido de pertenencia: un 75% expresaba más empatía hacia los demás, y el 72% hablaba de una mayor conexión con la comunidad.

  • Sentido como propósito vital a partir del conocimiento y la reflexión: el 86% sintió que se informaba mejor de su entorno, y el 77% que sus actividades eran más útiles y relevantes.

  • Logro, que hace posible alcanzar los propios objetivos en los ámbitos profesionales, académicos y personales: un 73% mejoró en los estudios, un 72% en el trabajo o carrera profesional, y, de forma destacada, el 80% comentaba que su tiempo de ocio era más creativo.

3. Las bibliotecas promueven el desarrollo personal a lo largo de la vida: estas condiciones previas y los elementos centrales del bienestar mencionados hacen que las bibliotecas puedan describirse como espacios para el «flourishing», la expansión personal a lo largo de la vida. Así lo expresan más del 88% de los encuestados.

Dos indicadores me parecen especialmente significativos: una valoración más positiva, en general, de quienes viven en comunidades con menores ingresos y también de quienes visitan regularmente la biblioteca y hacen un uso más intensivo de ella, especialmente de las actividades programadas. Este uso cotidiano hace que los colectivos con más condicionantes sociales consideren las bibliotecas públicas como un«tercer espacio» de vida, complementario a los entornos domésticos y laborales. En el contexto norteamericano no abundan los lugares públicos a los que se pueda ir sin la expectativa de gastar dinero y las bibliotecas, además, permiten llevarse a casa bienes que no les sería fácil conseguir de forma cotidiana. Sin las bibliotecas —así lo afirmaba uno de los usuarios— su vida sería muy diferente, y no precisamente mejor.

El contexto

Este informe toma como marco teórico la llamada «psicología positiva», un campo de estudio que no tiene nada que ver con los libros de autoayuda: se dedica a comprender qué elementos construyen las trayectorias vitales de las personas, cuáles son más favorables para el enriquecimiento individual («flourishing», lo llaman) y qué características comparten las «instituciones duraderas y adaptables», que son reconocidas mayoritariamente por inspirar a las personas, conectar a las comunidades y generar sociedades más resilientes.

El análisis de una de las bibliotecas públicas norteamericanas de referencia, en un contexto como el actual con un cada vez mayor cuestionamiento de la inversión pública y una disminución del mecenazgo cultural, plantea un posicionamiento político claro. Si las bibliotecas son reconocidas por su capacidad de generar capital social, capital cultural y compromiso cívico es porque generalizan los beneficios del acceso a la información, y eliminan barreras socioeconómicas. Además del compromiso comunitario, que facilita las conexiones interpersonales en clave de equidad y responsabilidad: tener al alcance un bien público promueve la participación cívica y aumenta significativamente el sentido de la autoeficacia y del compromiso político.

Una lectura desde el sistema público catalán

Ciertamente, la gestión de las bibliotecas públicas norteamericanas difiere bastante de la catalana, que afortunadamente cuenta con el compromiso económico y político de todas las administraciones públicas. Aquí no tenemos la necesidad de justificar su utilidad, ya ampliamente legitimada, pero tampoco somos ajenos a un relato de cuestionamiento del estado del bienestar que aumenta en un marco de desafección política y donde la educación y la cultura tienen todas las de perder.

Es necesario seguir evolucionando los servicios de la biblioteca en un contexto de cambio social y de necesidades de la ciudadanía; en esta línea, los veinte factores de bienestar del modelo PERMA pueden ser útiles para ayudar a repensar lo que tenemos e invitar a imaginar iniciativas y proyectos innovadores que den respuesta a los retos emergentes.

No tengo ninguna duda de que hay que seguir abriendo las puertas de la biblioteca física porque el bienestar disminuye cuando el contacto es exclusivamente digital y, sobre todo, hay que reforzar la investigación y la evaluación para generar nuevos indicadores que nos muestren, de forma estructurada y fiable, cómo las bibliotecas se están adaptando a los nuevos contextos y siguen acompañando la vida de las personas, a lo largo de todo su ciclo vital. Una biblioteca en cada comunidad sigue siendo garantía de equidad, de cuidados y de seguridad democrática. Cuidémoslas a ambas.

 

©Imagen inicial de AldoRafa en Pixabay

Crónica de la jornada de Ciencia Ciudadana: el conocimiento no solo se comparte, sino que se construye colectivamente con y desde la sociedad

Candela Ollé 
Ciencias de la Información y la Comunicación - Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

Aurora González-Teruel
Departamento de Historia de la Ciencia y Documentación - Universitat de València

Miembros del proyecto “Ciencia Abierta en España: la transición hacia un nuevo modelo de investigación”


Jornada de Ciencia abierta, ciencia ciudadana: impacto y beneficio social. Valencia: Universidad de Valencia. 4 vídeos. Disponible en: <https://www.youtube.com/watch?v=zgJqZRMsFFM&list=PLxHTIX0tYDtPDhEbeaoQG_quOLKhD5Qin>


El seminario “Ciencia abierta, ciencia ciudadana: impacto y beneficio social”, celebrado en la Universitat de València el pasado 6 de junio de 2025, se enmarca en el proyecto de investigación “Ciencia Abierta en España: la transición hacia un nuevo modelo de investigación”, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Proyecto de I+D+i PID2021-125828OB-I00 financiado por MICIU / AEI /10.13039/501100011033 y por FEDER, UE) y liderado desde la FIMA y los ECIC-UOC. La jornada reunió a académicos, gestores y representantes de instituciones públicas con el objetivo común de reflexionar sobre las transformaciones contemporáneas en la práctica científica, derivadas de los principios de apertura, participación e impacto social.

¿Qué ha cambiado en los hábitos de lectura y compra de libros en Cataluña en 2024?

Marià Marín i Torné
Secretari tècnic del Gremi de Llibreters de Catalunya
Exdirector de l’Àrea del Llibre de l’Institut Català de les Empreses Culturals
Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya


Institut Català de les Empreses Culturals. Hàbits de lectura i compra de llibres - 2024 [en línea]. Barcelona: Institut Català de les Empreses Culturals, 2025. <http://hdl.handle.net/20.500.12368/36088>. [Consulta: 17 junio 2025].


Image_by_Pezibear_from_PixabayLlega una nueva edición del informe hábitos de lectura y compra de libros en Cataluña, que la Generalitat de Cataluña encarga a Conecta, la empresa que realiza el mismo estudio a escala estatal. Y ya que lo encarga la Generalitat, conviene saber qué destaca nuestra administración.  

Lectura frecuente, lectura en castellano e índice lector: 

- La lectura frecuente, aquella que más demuestra la fortaleza de las prácticas asociadas a la lectura, baja. 

    •  La lectura frecuente entre 2023 y 2024 se reduce ligeramente: del 60,0 % al 58,5 % (lectores frecuentes: quienes leen al menos una vez a la semana). 

- La lectura en castellano dobla la lectura en catalán y, con el tiempo, crece aún más. 

    •  El catalán como idioma habitual de lectura de libros se mantiene estable: del 34,3 % registrado en 2018, al 34,7 % en 2023 y un 34,6 % en 2024. El castellano continúa siendo la lengua mayoritaria de lectura: del 62,7 % en 2023 al 63,1 % en 2024. 

Las impresiones personalizadas no son objetos únicos: es la economía

F. Xavier Llopis
Filólogo y editor

Anta, José Manuel; Abril, Luis; Gálvez, Ismael; Mellado, Arantxa. Libro blanco de la distribución POD [en línia]. [Madrid]: Fande (Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones), 2024. 45 p. <https://www.podiprint.com/wp-content/uploads/2024/10/interactivo_BLANCO_.... [Consulta: 21.4.2025]. 


¿Cuál es vuestra opinión sobre la distribución POD (print on demand, impresión bajo demanda)? Esta es la cuestión que se nos plantea en esta reseña a demanda. 

La época digital (¿debemos llamarla era?) ha trastocado el ámbito del libro como probablemente nada lo había hecho desde Gutenberg. El libro, artefacto u objeto, mantiene la misma estructura sin modificaciones destacables, sea en papel o en formato digital. Ahora bien, todo a su alrededor es distinto. Todo se ha metamorfoseado. ¿Cómo hemos podido introducir tantos cambios y mantener el mismo resultado? Esta aparente paradoja no ha dado lugar, por ahora, a una nueva realidad. ¿O sí? El libro en papel sigue siendo un conjunto de páginas tipográficamente estructuradas e impresas que, añadidas una tras otra, y pliego tras pliego, se religan en unas cubiertas o se adhieren a unas cubiertas que las protegen. Nada que no hiciera Gutenberg (aunque sin tapas). Quizá alguien me dirá ahora: «pero el libro digital es otra cosa: un no-objeto (dentro de un objeto: el aparato electrónico)». Cierto: es una imitación. 

¿Y qué ha cambiado? En primer lugar, una vez tenemos el original (la materia intelectual), el proceso de preimpresión fue el primero en modificarse. Después le llegaría el turno a la impresión. Y desde hace unos años, a la autoedición y a la distribución: primero con la segmentación de los puntos de venta (librerías o grandes superficies comerciales y plataformas digitales) y enseguida con la personalización, es decir, el cliente tiene acceso a una gran cantidad de libros de la biblioteca de Babel borgiana, pagando el precio solicitado más los gastos de envío. 

En este pequeño añadido –los gastos de envío– es donde entra en juego la logística de la distribución. La cadena editor-distribuidor-librero-cliente se mantiene en líneas generales, pero se abre el abanico a otras posibilidades: a) editor-distribuidor-cliente; b) editor-librero-cliente; c) editor-distribuidor-librero-cliente. Tal vez deberíamos plantearnos si la eliminación de uno de los eslabones del proceso es un avance que vale la pena. Y la respuesta es que no. Ahora bien, ¿llegaríamos a un no tan rotundo si ponemos en juego otras cuestiones como la reducción del tiempo que puede tardar un libro en llegar a destinos lejanos, la eliminación del almacenamiento en editoriales y centros de distribución, la supresión de devoluciones a la editorial, el mantenimiento de un catálogo siempre disponible (incluidos libros de fondo), la posibilidad de convertir ese fondo en un ingreso constante para las editoriales, la no destrucción de estocajes, la producción ajustada a la demanda (solo se produce lo que se compra), etcétera

La respuesta a esta última cuestión la ofrece, en parte, el Libro blanco de la distribución POD, un trabajo de análisis riguroso elaborado por José Manuel Anta (Federación de Gremios de Editores de España), Luis Abril (Quares Salesforce), Ismael Gálvez (Podiprint) y Arantxa Mellado (LiberExpress), publicado en 2024. El lector debe saber, sin embargo, que se trata de una iniciativa privada en nombre de las empresas indicadas entre paréntesis tras cada autor, con el apoyo de la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones y del Ministerio de Cultura. 

Estructurado en cinco apartados (1. El modelo de distribución POD; 2. La cadena de suministro del libro; 3. La producción de libros en POD: la técnica de impresión digital; 4. El proceso de distribución POD, y 5. Distribución POD e internacionalización), más una introducción, unas conclusiones y un apéndice con casos de éxito, este libro blanco tiene la ventaja de mostrarnos todas las virtudes del sistema POD y el inconveniente de no profundizar en un sistema de distribución que aún no termina de despegar, pese a las ventajas que se describen. 

La pregunta es obvia. Si la técnica pone a disposición del mundo editorial y de la distribución un sistema que, en definitiva, podemos resumir (así lo dicen los autores en la introducción) que solo se producirá aquello que previamente se ha vendido, ¿por qué no termina de despegar? 

En la introducción, a nuestro parecer, es donde mejor se explicitan las ventajas del nuevo sistema, el POD (print on demand o impresión bajo demanda), en el que cualquier libro puede llegar al cliente en un plazo breve, con independencia del lugar donde se encuentre la editorial o el lector. Este primer beneficio, digamos cultural, va acompañado de otras ganancias económicas para editoriales y distribuidoras (eliminación del almacenamiento y del estocaje, destrucción de ejemplares e inversión en tiradas, por un lado; y ampliación del catálogo con libros vivos o reducción de los costes logísticos para las librerías, por otro). Pero la pregunta sigue sobrevolando el ambiente a pesar de las aparentes ventajas. Los autores esbozan, sin profundizar demasiado –para nosotros, el principal inconveniente de este libro blanco–, dos elementos: la falta de una cultura del riesgo y, como consecuencia, el aún elevado coste de la impresión 1x1. Así apuntan en el apartado 4.2 («La puesta a la venta del catálogo POD») que «...producir 1x1 es más caro que imprimir una tirada» (p. 36), pero que aun así, «la diferencia de precio no es más que una fase circunstancial en este modelo de comercialización, ya que se considera que cuando se normalice el POD y las ventas aumenten tanto como se espera, el volumen de producción permitirá un ajuste de costes que repercutirá en el precio de venta del libro» (p. 36). 

Si esta premisa no va errada, solo debemos esperar el tiempo necesario para la normalización del sistema y la expansión del modelo. Tal vez haga falta ser optimista por naturaleza para esperar este beneficio que –no lo olvidemos– tiene un componente básicamente económico, y pensar que en un proceso comercial donde todo son ventajas, haya que esperar para obtener dividendos. 

Las segmentaciones a las que nos ha acostumbrado el ámbito digital no siempre son palimpsésticas, sino más bien complementarias. Aunque en este ámbito hay otras que sí lo han sido. Es el caso de la tipografía de plomo, que dio paso al offset, y esta, al parecer, a la digital. Algunos pensamos que con cada cambio perdemos algo, pero la huella del plomo desapareció con el offset. En el caso de la distribución POD, por ahora, según los autores, la librería seguirá cumpliendo su función de ser el último eslabón antes del destinatario-cliente, ¿pero hasta cuándo? ¿Perderemos ahora al librero conocedor del cliente y del libro... si no lo hemos perdido ya? Y, en definitiva, ¿cómo se recupera una inversión (la del artefacto-máquina que realiza la impresión 1x1) sin dejarla concentrada en pocas manos que imponen modelos culturales? 

Y llegados al final, conviene aventurar una respuesta a la pregunta inicial. La distribución POD aún no ha alcanzado un grado suficiente de madurez (aunque pueda parecer novedoso según se desprende de la lectura del libro, la distribución POD está en marcha desde 2004, con las mejoras que ello ha comportado) para dar una respuesta satisfactoria a todas las ventajas que los autores plantean en el Libro blanco de la distribución POD. El elevado coste por unidad (cuestionado por algunos autores), las limitaciones en calidad y acabados, la externalización del proceso que reduce el control de calidad, y la dificultad para la editorial y el autor en los procesos de marketing configuran un conjunto de obstáculos que debería haberse tenido más en cuenta –y desmontarlos– en este libro, que adopta una mirada muy próxima al impresor –quizá un poco demasiado– y alejada del resto de actores del libro. Para terminar, diremos que la impresión 1x1 y la impresión digital son dos conceptos que no deben confundirse (algo que no hacen los autores, pero que tal vez, por la forma en que está redactado el texto, podría inducir a confusión al lector). 

Y punto final: este modelo convivirá con el modelo tradicional sin sustituirlo. 

 

Esta reseña se publica juntamente con el Blog de l’Escola de Llibreria.

© Imagen inicial generada con inteligencia artificial (DALL·E, OpenAI).

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