
Una banda sonora compartida de aprendizajes, emociones y vínculos
La Cátedra de Neuroeducación UB-Edu1ST celebra diez años de formaciones. Una década acercando los avances de la neurociencia a la educación, con un objetivo claro: mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje desde la evidencia científica, pero también desde el compromiso humano, la curiosidad y la pasión por educar mejor.
Como resume Jesús C. Guillén, han sido “diez años maravillosos transformando mentes con mucho corazón”. Y ese corazón se ha sentido en cada paso: en las formaciones, en las investigaciones, en los encuentros, y en la construcción de una comunidad que sigue creciendo y aprendiendo junta.
Durante este tiempo se ha compartido conocimiento, acompañado a profesionales, publicado investigaciones y abierto nuevas líneas de trabajo. Pero lo más valioso ha sido lo intangible: el tejido de una comunidad apasionada por formarse y acompañar mejor. Personas que se preguntan, que comparten, que experimentan… y que confían en que otra manera de enseñar es posible si entendemos cómo funciona el cerebro, cómo sentimos y cómo lideramos el cambio educativo desde dentro.
Porque aprender es conectar: con ideas, con personas, con experiencias que nos transforman
David Bueno lo recuerda así: “Hace 10 años empezamos a sembrar conocimientos sobre neuroeducación, con el objetivo de recoger consciencia: transformemos la manera como enseñamos pensando en la globalidad y diversidad cerebral del alumnado.”
La reciente celebración del décimo aniversario fue un encuentro lleno de instantes y propuestas significativas: creamos una línea del tiempo con recuerdos compartidos, revivimos momentos importantes, reímos, conversamos… y nos abrazamos. Las distancias se borraron y la sensación de vínculo se hizo visible.
A lo largo de la celebración se disfrutó de melodías que, desde las primeras notas, activaban memorias, conversaciones, descubrimientos y emociones forjadas a lo largo del tiempo. Esa banda sonora colectiva fue un hilo invisible que tejió lo vivido, lo aprendido y lo sentido. Porque en estos años ha habido muchas canciones: las que acompañan los inicios, las que nos recuerdan logros, las que suenan cuando se estrechan vínculos.
Rosa Casafont lo expresaba así: “Estos 10 años han sido una experiencia de vida inolvidable. Una transformación compartida con personas de valor, que ha permitido un crecimiento holístico y exponencial de todos y cada uno de nosotros. Ha sido un regalo haberlo compartido con el equipo de la cátedra de Neuroeducación, diverso y constructivo, de excelentes profesionales y mejores personas”.
Diez años después, seguimos con la misma ilusión. Como nos cuenta Anna Forés:
“Seguir aprendiendo, seguir compartiendo camino, feliz del trayecto. Gracias por hacerlo posible”.