Un estudio revela que podría haber síndrome de abstinencia por consumo de cannabis

En los usuarios frecuentes de cannabis, la prevalencia del síndrome de abstinencia fue del 12,1%.

cannabis

El síndrome de abstinencia de cannabis fue añadido recientemente al “Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales” en su edición más reciente, el DSM-5. Con el aumento del consumo de cannabis entre los adultos de EE.UU., hace falta información sobre la prevalencia y las correlaciones entre el síndrome de abstinencia en la población general. Este estudio presenta hallazgos representativos a nivel estadounidense sobre la prevalencia, los correlaciones sociodemográficas y clínicas del síndrome de abstinencia en adultos de EE.UU.

En los usuarios frecuentes de cannabis, la prevalencia del síndrome de abstinencia fue del 12,1%. Los síntomas de abstinencia más comunes entre las personas con síndrome de abstinencia fueron:

  • Nerviosismo/ansiedad (76.3%)
  • Hostilidad (71.9%)
  • Dificultad para dormir (68.2%)
  • Estado de ánimo deprimido (58.9%)

El síndrome de abstinencia se asoció con una discapacidad significativa y con trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos de la personalidad y historial familiar de depresión, pero sin embargo no se asoció a un historial personal de otros trastornos por uso de sustancias o antecedentes familiares de problemas por el uso de sustancias.

El síndrome de abstinencia es altamente comórbido y discapacitante. Sus síntomas compartidos con los trastornos depresivos y de ansiedad exigen que los médicos conozcan el síndrome de abstinencia y los factores asociados para promover un tratamiento más eficaz entre los consumidores frecuentes de cannabis.

Nota: estudio publicado en sciencedirect.com via @lasdrogasinfo

Drogas: la orgía lingüística

Un artículo que nos presenta uno de los temas que tratamos en el máster en forma de libro, escrito por Félix Rodríquez González.

El autor de “Diccionario de la droga: vocabulario general y argot” nos invita a un paseo que comienza por los inicios del consumo de drogas en España, descubriéndonos todo un léxico específico que engloba jerga y lenguaje técnico alrededor de éstas.

Drogas: la orgía lingüística

22 SEP 2015 

El mundo de la adquisición, consumo y disfrute de sustancias estupefacientes o embriagantes ilegales se desenvuelve en una auténtica orgía léxica. Ya sea porque su consumo comenzó en ambientes marginales o carcelarios, porque su comercio está fuera de la ley o porque los grupos que las usan usan claves para comunicarse sin ser entendidos, el caso es que hay una asombrosa proliferación de palabras que aluden a objetos, procedimientos y sensaciones relacionados con las drogas. Unas son palabras de jerga, otras son préstamos de otras lenguas, algunas son metáforas, otras juegos de palabras. Muchas han estado en uso en un periodo concreto, para nunca más volver… o reaparecer al cabo de unos años. A ello hay que sumar nombres científicos, marcas comerciales, denominaciones oficiales…

Félix Rodríquez (lingüista especializado en préstamos, y que ha compilado obras sobre otros campos minados del léxico, como unDiccionario gay-lésbico), ha reunido en esta obra más de tres mil términos. Las fuentes son variadas: prensa, obras literarias, cómics y películas que reflejan el ambiente del consumo, recopilaciones de argot, etnografías de grupos de usuarios, y por último, entrevistas personales del autor con clientes de narcosalas en grandes ciudades españolas.

La obra está precedida por un jugoso ensayo inicial que hace hincapié en la variedad de este vocabulario (que aparte de críptico muchas veces quiere ser ingenioso), y recuerda las muchas aportaciones del argot de la droga al lenguaje coloquial general (colgarse, mono, subidón…). El diccionario presenta entradas acompañadas por citas extensas, que proporcionan datos enciclopédicos y muchas veces permiten fechar usos; también tiene sinónimos y etimologías, no siempre fáciles (costo por ‘hachís’ vendría del nombre de una planta tropical, presente en latín y griego, pero ¿hay contaminación con coste?). Las últimas páginas organizan temáticamente el extenso vocabulario (por preparación, personas, efectos, lugares…).

Como ejemplo, tomaremos sólo uno de los muchos hilos que se entrecruzan en la obra, el relacionado con el hachís, que puede provenir del contrabando de un camello (si venía oculto en su cuerpo será culero); el consumidor pillará un talego, luego con el papel osábana liará el canuto (o chiri), que se compartirá circulando entre los asistentes (si alguno lo retiene olerá a uña), hasta que no quede más que la colilla o chicharra; el consumo producirá un colocón, o tal vez un ceguerón, y con mala suerte una pálida.

Este es el primer diccionario existente sobre materia lingüísticamente tan rica, y su consulta desvela áreas enteras del español coloquial y recuerda la creatividad de unos hablantes que, por necesidad o juego, han disfrazado lo que decían.

Diccionario de la droga: vocabulario general y argot. Félix Rodríquez González. Arco Libros. Madrid. 2014. LVI+564 págs.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/18/babelia/1442574810_354306.html