Educación social y drogodependencias

Sonia Fuertes y Toni Garin, docentes del Máster, abordan en este libro una mirada al ámbito de las drogodependencias desde la educación social.

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Este Manual plantea un recorrido histórico y conceptual que analiza las diferentes etapas del consumo de drogas en España, las respuestas institucionales y los diversos modelos teóricos. El análisis se completa con el repaso de las características del contexto actual, así como con una descripción de los retos a los que se enfrenta la profesión.

Se reivindica la necesidad de huir del prohibicionismo y de situar las políticas sobre drogas en la égida de la protección de los derechos humanos, atendiendo a la singularidad de cada persona y ofreciendo respuestas flexibles.

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Opinión : El riesgo de no informar sobre drogas

drogas polemica

En pocos meses hemos vivido polémicas diversas en Bilbao, Zaragoza y también en Barcelona sobre la prevención de drogas y cómo conseguir que sobretodo los más jóvenes no tengan problemas con ellas.

Desgraciadamente, estas críticas no han venido de profesionales o científicos que alertan sobre qué acciones se deben hacer o no para conseguir tal objetivo. Incluso me atrevería a decir que las críticas tampoco iban dirigidas directamente a estas formas de actuar y de prevenir. Estas críticas tienen su origen en partidos políticos que quieren desgastar y criticar otros partidos políticos, sin tener en cuenta que su propio partido financia estas mismas estrategias preventivas en otras ciudades o provincias o incluso al congreso.

De discursos sobre drogas hay muchos y muy diversos, y seguramente casi todos tienen sentido, porque es tan importante lo que se dice como quien se dirige.

Perfectamente puedo ser defensor de la abstinencia si la dirijo a mujeres embarazadas, a conductores/as o a los y las jóvenes que aún les queda lejos eso de consumir, pero tan acertado es reforzar la abstinencia en algunos como intentar reducir los riesgos o daños en otras. Hay personas que aunque tengan un consumo nocivo no tienen intención de abandonar o no están en un momento de su vida para dejar lo que él o ella considera la gasolina que cada día lo hace funcionar.

Entonces los consumidores sólo les podemos ofrecer la abstinencia? Tendremos que esperar que estén realmente mal para poder intervenir?

Quizás podemos conseguir muchas cosas sin tener que llegar a los problemas graves y poder actuar con estas personas consumidoras, sean de alcohol, cannabis o cocaína.

Las campañas desarrolladas en Bilbao, Zaragoza o Barcelona, ​​bien dirigidas a los que tienen que llegar, son campañas que han demostrado su eficacia siempre que no se escapen de esta población consumidora a la que va destinada. Y es aquí donde los medios de comunicación caen en la trampa, es aquí donde pueden hacer daño a estas actuaciones.

Los medios dando altavoz a peleas entre partidos, inconscientemente, transmiten los mensajes inadecuados sobre drogas a los que no consumen o no lo han planteado nunca. La noticia no debería centrarse en las acciones preventivas sobre las drogas, la noticia debería ser: “Los partidos se pelean, una vez más”. Aunque esto último, desgraciadamente, ya no es noticia.

Autor: Otger Amatller Gutierrez

Psicólogo especializado en prevención y atención consumos problemáticos de drogas. Docente y miembro del equipo de dirección del Master de Drogodependencias de la Universidad de Barcelona. Coordinador Área Prevención de la Fundación Salud y Comunidad. . Miembro de Red Periféricos y gestor de la web www.periferics.cat.

vía social.cat

Prevención universal del abuso de drogas: ¿una hipérbole?

Artículo que propone una reflexión sobre el descenso de la participación de adolescentes en edad escolar en los conocidos como programas de prevención universal, rescatado del Blog “Notas sobre drogas, salud e inclusión social” del psicólogo social Juan Carlos Melero (máster en drogodependencias por la Universidad de Deusto), quien se define a si mismo como “…-persona inquieta, medianamente culta y con una buena dosis de sensibilidad social.-…- psicólogo social inspirado por el psicoanálisis, el pensamiento sistémico y la sociología crítica. Un ecléctico, en definitiva.”

PREVENCIÓN UNIVERSAL DEL ABUSO DE DROGAS: ¿UNA HIPÉRBOLE?

Del conjunto de actuaciones que integran una política pública sobre drogas, llamamos prevención universal a aquella que se dirige al conjunto de la población, sin distingos relativos a factores de riesgo más o menos evidentes. Parte de una presunción razonable: puesto que más pronto que tarde cualquier adolescente tendrá que decidir cómo se relaciona con las drogas, mejor que decida de forma inteligente. ¿Qué quiere decir esto? Para mí inteligente quiere decir:informada, autónoma y responsable. Informada en el sentido de disponer de un saber objetivo que le permita imaginar lo que puede esperar del consumo de las sustancias habituales en su entorno, sin menospreciar los riesgos que puedan derivarse en función de variables como la edad, las mezclas, las conductas realizadas bajo los efectos de las drogas, etc. Autónoma en el sentido de que, a pesar de la relevancia del grupo a esta edad (y a otras, dependiendo de la cultura), pueda adoptar y mantener posturas personales. Responsable en el sentido al que alude el kantiano “imperativo categórico”.

¿Es universal la prevención universal?

Supongamos ahora que estamos en condiciones de medir qué porcentaje del alumnado español participa en programas de prevención universal. ¿Que es mucho suponer? De acuerdo, pero hagamos un esfuerzo de imaginación. Primero habrá que consensuar qué entendemos por “participar en un programa de prevención universal”. Quizás podríamos convenir en que se ha tomado parte en un programa de prevención si se dan, como mínimo, estas circunstancias:

  • durante al menos un curso escolar,
  • se ha participado en las actividades de corte interactivo,
  • de un programa basado en la evidencia,
  • que ha mostrado resultados positivos en evaluaciones rigurosas.

¿De acuerdo? Bien, pues ahí va la pregunta: ¿qué porcentaje del alumnado español ha participado durante el último curso escolar terminado (2014-15) en prevención universal entendida de acuerdo con los criterios señalados? A ciencia cierta, no lo sabe nadie. Veamos, por lo tanto, qué dice la última memoria publicada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD) que pretende recoger datos globales. Según esta memoria, correspondiente a 2013, participaron en alguno de los “programas estructurados” de prevención (de los que la propia memoria dice que hay “más de 100”) 800.853 escolares, la cifra más baja desde 2008, año en el que la participación ascendió a 1.600.821. ¿Qué porcentaje representa este dato sobre el total? Veamos qué dice el Instituto Nacional de Estadística. Según el Ministerio de Educación, el alumnado español de educación obligatoria (Infantil, EPO y ESO) asciende a 6.616.736 personas. Por lo tanto, de acuerdo con los datos publicados por la DGPNSD, en 2013 participaron en programas de prevención universal el 12% de la población española escolarizada. Sin entrar a valorar la calidad de esa participación, sobre la que no hay datos, parece a todas luces un porcentaje escaso.

Si partimos de la premisa de que este momento de la prevención debe ser universal y en la práctica solo llega al 12%, como mucho y en condiciones cualitativamente imposibles de analizar. Si, además, quienes participan no lo hacen debido a otra razón que la motivación de los equipos técnicos responsables y el profesorado, alguna situación relacionada con las drogas vivida en el centro o la pura casualidad, el panorama no es muy alentador.

Una última pregunta: ¿esto tiene solución?

Fuente: Blog “Notas sobre drogas, salud e inclusión social” del psicólogo social Juan Carlos Melero